DOCE

100 11 0
                                    

                                                                                                     CHANGKYUN

Los pasillos a mi alrededor son más pequeños de lo que recordaba, los estantes llenos de libros están impregnados de palabras que en su momento fueron actuales pero ahora son ambiguas. Hay una sección donde están los libros firmados por las generaciones que han pisado este costoso lugar y yo evito pasearme ahí, tantos recuerdos que solo quería ver lo que me deparaba el mañana y cada día que abría los ojos a encontrar paz en este enorme caos.

Me sorprendía que la reputación de esta secundaria estuviera aún en lo alto y tuvieran esa pésima seguridad. Aunque también lo agradecía pues si no fuera tan basta e incompetente no podría estar tomando asiento en la biblioteca.

El ventanal enorme a mi lado es llenado de esa luz oscura nocturna, marcando la hora de dormir de los adolescentes.

Rio alto y bajo mi cabeza hasta esconderla entre mis brazos.

Que días tan locos había pasado.

Si pudiera hacer una lista, solo con lo que quisiera eliminar para no volverlo a vivir lo haría. Lo recordaría todo para anotar específicamente aquello que pesaba.

— Supuse que estabas aquí— hablaron.

Suspire profundo y me hundí más en mi asiento sin cambiar de posición.

—Hola Kihyun— hablo resignado, evitando a toda costa las ganas de verlo.

—No creí que te encontraría aquí— murmura con tono alegre. Algo en el también cambio.

— ¿Sabes que tuve que contratar a alguien para encontrarte?— Finalmente suelta la risa casta que por su tono llevaba tiempo queriendo gastar. ¿Por qué sonaba tan feliz?

— ¿No piensas hablarme?-

Dejo mi caparazón para verlo y no puedo evitar mirarlo a profundidad, hay una pequeña línea arriba de sus cejas pobladas detonando confusión. Bajo un poco más y sus ojos brillan con intensidad y calma, buscaba algo de mi está noche. Su piel sigue blanquecina y bien cuidada. De nuevo estaba frente a mí ese Kihyun con el que pase horas y horas en este lugar.

Me detengo a ver sus manos y sonrió levemente.

— ¿Cuál es mío?— pregunto apuntando la caja donde aún sostenían dos vasos llenos de lo que creo es cafeína.

—Este— Lo saca de la caja y me entrega el vaso. Le doy un sorbo sin importar que está caliente y trago duro viéndolo a los ojos

—Creí que la tierra te había tragado— me río y el me ve como si lo que dijera no fuera para nada divertido

—No es para reírse Changkyun— Golpea mi mano con la suya y después la deja reposar ahí. Su piel sigue dándome esa calidez que toda mi vida extrañé

—Pensé que habías muerto— enlaza sus dedos con los míos y yo no me despegó de ese sentimiento, tenerlo aquí frente a mí, tan asustado como aliviado y feliz.

Solo quería acortar la distancia entre los dos y recordar el sabor de sus labios. Suspiro.

—Hierba mala nunca muere— Logro formular aún hipnotizado. El ríe por cortesía y aprieto la unión de nuestras manos— Mi abogado dijo que desapareciera del ojo público—vuelvo a tomar del café cargado —

Además de que he estado trabajando en poder tener todas las pruebas para que Wonho se haga responsable de lo que hizo.

— Pero ya no está aquí... ¿Qué tienes en mente?-

LOVE  -  CHANGKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora