Fujimoto Hiroki, es un niño con un sueño. Convertirse en el mejor asesino de demonios. Pero para lograr su cometido deberá pasar por incontables pruebas. Algunas que lo harán pensar en rendirse.
Mira esta historia para saber si Hiroki cumple su sueñ...
En los baños del blasón, se encontraban el los amigos espadachines, finalmente disfrutando de un momento de silencio en el que ninguno de los tiene que estar escuchando tanto el lloriqueo de Zenitsu o el griterío de Inosuke.
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Tanto Tanjiro como Hiroki se dejaron relajar en las aguas calientes del baño después de haber quitado toda la suciedad de la noche anterior. Ya habían llegado a lo que creían seria su ultimo día en el blasón. El doctor de la casa de las glicinias los había citado justo ese día para hacerles un chequeo a los 4. Lo único malo es que, si ya estaban recuperados, lo más seguro es que de nuevo les entreguen más misiones en el momento en que pongan un pie fuera del blasón, y aun así quedaba una duda pendiente.
"¿Crees que si nos dan de alta este día nos separaran en diferentes misiones?" le pregunto Tanjiro, un poco preocupado, a Hiroki quien estaba frente a él en el otro extremo del baño, ambos recostados sobre las rocas y con un trapo en la cabeza.
"Es una posibilidad. A menos que sea una misión difícil que requiera de más de un cazador, es la única excepción que conozco" le dijo Hiroki, sacando la mano del agua y acomodando el trapo en su frente.
Tanjiro sintió un poco de tristeza al escuchar las palabras del peliblanco, no solo sentía que había ganado alguien importante en su vida, también había notado como Nezuko se aferraba bastante a Hiroki, en una forma de buscar refugio. Aunque el que se separen no significaría el fin del mundo, sin duda era algo para desanimarse ya que no se podrían ver tan seguido como deseaba.
El peliblanco al notar la mirada algo decaída de su amigo opto por intentar animarlo, aunque no fuera su fuerte. "aaaunque... también podría ser una posibilidad de que, ya que nos acabamos de recuperar, nos manden los 4 juntos en una misión. Es de esperarse que no estemos a nuestro 100 cuando apenas nos acabamos de recuperar, así que no te preocupes." Le dijo Hiroki, reacomodándose en su lado de las aguas. Se dio la vuelta para colocar sus brazos cruzados sobre las rocas y dejo reposar su cabeza en ellos.
Tanjiro, quien seguía con pensando en las palabras de su amigo, decidió darse un poco de esperanza, deseando que lo que dijo Hiroki pudiera cumplirse. "Tienes razón. Puede ser que pasemos un tiempo juntos antes de que los 4 nos separemos. ¿eh?" Tanjiro dejo salir un sonido de confusión cuando vio la espalda de Hiroki.
No solo su amigo tenía el cuerpo esculpido como el de un Dios griego, pero también había algo raro. Tenía una especie de dibujo de una raíz que salía desde su nuca y abarcaba el resto de la espalda e incluso unas partes de sus brazos, pero no era tan notoria como lo sería un tatuaje, más bien se veía como una marca de nacimiento por el color un poco más pálido que su piel.
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