Capítulo uno

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Isabel.
Hija de un policía corrupto y una mujer prostituta.

Antonio fue con unos compañeros del trabajo a un prostibulo en busca de un poco de compañía.

Ninguna de las chicas que trabajaban allí les gustaba estar con los policías, eran muy bruscos y babosos. Se aterraban nada más verlos en la entrada y se entregaban miradas piadosas entre ellas cuando les tocaba a alguna. Incluso las que se llevaban fatal se sentían mal por la otra cuando les llegaba el turno.

Y un día le pasó a Mari. La pobre lo pasó fatal pero se tranquilizó pensando que solo iba a ser ese día. Él se encaprichó con ella y no la dejó tranquila ni una sola noche. Y no se sabe como, acabaron siendo pareja. A ella no le dio tiempo ni a pensarlo, Antonio ya había decidido que eran novios y Mari no tenía ni voz ni voto en el asunto.

Un día, la mujer se quedó embarazada, haciendo que separarse de él fuera aún más difícil. Si lo dejaba, ¿qué vida le podría dar a su hija? No, era mejor aguantar lo inaguantable con tal de que su niña tuviera un futuro mejor. Y Mari lo intento, pero no pudo. Decidió coger a la niña y marcharse lejos de allí. Lamentablemente, no le dio tiempo. Ni siquiera pudo salir del pueblo, él la encontró y le dio una paliza que la dejó inconsciente por algunas horas.

Mari comunicó a todo el pueblo sobre lo sucedido, nadie la creyó. ¿Quién creería a una prostituta? La veían como a una histérica, una loca demencial. Todos pensaban que la bebé estaba mucho mejor con el padre, que tenía un buen trabajo y podría protegerla.

Aun así, Antonio decidió alejarse del pueblo para evitar los rumores y hacerle creer a su hija que su madre estaba loca.

Así acabaron Isabel y Antonio en Galicia. Pasarón años y años donde ella tuvo que pasar por las borracheras y cabreos de su padre. Noches llorando y pidiendo a Dios que matara a su padre, más tarde arrepintiéndose de haber pedido algo tan fuerte, ya que, al fin y al cabo, seguía siendo su padre y se supone que tienes que querer a tus progenitores.

Por suerte, en algunos de esos años que pasó en Galicia, conoció a unos chicos que le hicieron sentir que la vida valía la pena.

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