Live is life

Capítulo cinco

Isabel está detrás de un árbol mirando con una sonrisa a Suso, que está sin camiseta. Los demás también se esconden detrás de un árbol y se miran riéndose. Se acercan todos al descamisado por detrás y una vez que los ve, lo tiran dentro del agua. Garriga empuja a Isabel dentro del agua y salta detrás de ella. Los demás hacen lo mismo.

Se intentan ahogar metiendo las cabezas del otro debajo del agua. Se ríen sin parar y no les importa que se estén mojando la ropa. Agradecen la frescor de la piscina. Ese día no es uno de los más calurosos, pero después de haber pedaleado hasta llegar allí, han entrado en calor.

Todos se quitan la ropa para que se pueda secar mientras se quedan en remojo en el agua.

Todos menos ella. No se puede quitar la camiseta porque no quiere que vean los morados y cicatrices que tiene fruto de las peleas con su padre.

No es que no lo sepan, es un secreto a voces, pero ella prefiere no dar razones para que salga el tema.

Un día, los chicos vieron sus heridas y recuerda como se preocuparon por ella, estaban muy enfadados con su padre. Isabel no pudo evitar ponerse nerviosa y negó rotundamente que su padre la maltratara. Juró que como sacaran el tema una vez más, les dejaría de hablar. Ella no quería que se metieran en eso. Su padre es bastante poderoso y puede meter a cualquier persona en la cárcel, incluso a inocentes. Y ella se niega a que los manden a un centro de menores por su culpa.

Suso la mira y se queda pensando en porque no se quita la camiseta. Se le viene a la mente ese día, y se pregunta si el motivo por el que Isa no se quita la camiseta es por las heridas que le ha hecho su padre. No dice nada porque no quiere estropearle el día a Isabel, pero se queda preocupado.

Él es el que más conoce a Antonio, más de una vez ha ido a su casa mientras este estaba inconsciente en diferentes partes del hogar.

Cuando el padre de Isabel está despierto, ella obliga a Suso a esperarla un poco más alejado de la casa. A veces, Antonio salía detrás de ella a vigilar si alguien la esperaba.

Suso no se escondía y lo miraba directamente a los ojos, seriamente, para demostrar el odio que le tiene. Antonio lo miraba con una sonrisa burlona, le daba un sorbo a su cerveza y volvía a entrar a casa. Cuando pasaban esas cosas, él se aseguraba de castigar a su hija por salir con ese malnacido y por mentirle.

En la piscina, Maza tiene los pies debajo del agua, sentado en el bordillo. Isabel está tumbada justo a su lado. Él le acaricia la cabeza mientras ella mira a Suso y a Garriga que están metidos en el agua.

-mañana no curras, ¿no?- pregunta Garriga a su amigo Suso.
-no, siempre que acabe hoy esto. Se lo prometí a mi padre ayer en el hospital.- al decir eso, todos se miran mutuamente decidiendo quién le va a preguntar.
-¿que tal está tu padre?- acaba preguntando Rodri.
-bueno, dicen que está un poco mejor, pero aún no ha despertado. -niega con la cabeza mientras lo dice. Isabel lo mira con tristeza. Suso no se merece que le pase esto. Ella daría todo por hacer, que en lugar del padre de Suso, fuera el suyo el que estuviera en coma.

-¿mañana que hacemos, tú?- Maza intenta cambiar de tema para que se corte el silencio incómodo.

-buah, yo tengo una idea. Hay una amiga que hace una fiesta.- se nota que Garriga estuvo esperando mucho tiempo para poder dar esa idea.

-¿amiga?- Suso pregunta, sorprendido porque nunca lo ha visto hablando con ninguna chica que no fuera Isabel. Él mira a la chica preguntándole con la mirada si sabía de quien hablaba. Ella niega con la cabeza y espera intrigada la respuesta de Garriga.

-sí, sí. Tocan hasta un par de grupos.
-pero, a ver, ¿te ha invitado la chica?- Rodri pregunta, imaginándose cuál será la respuesta.
-algo parecido... -Isabel y Maza se ríen. Él la mira sonriendo y después se gira a preguntar divertido:
-espérate, espérate, ¿cómo que algo parecido?, ¿te quieres colar allí o que?