capitulo 8

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Habían pasado varios días desde aquella reunión. Los demonios se sorprendieron de la historia que Naruto les había contado, sin embargo la historia trajo consigo muchas incógnitas que sólo Naruto podría responder. Sin embargo Naruto los había citado en el bosque para darles una información.

— me alegro de que llegaran temprano. — dijo el Rubio.

— ¿Puedo saber por qué nos citaste en el bosque? — preguntó Rias.

— debo darles una información. — dijo el rubio.

— ¿Y por qué no lo hablamos en el club del ocultismo o en Sala del consejo? — preguntó Sōna.

Los demás también se preguntaban lo mismo.

— ¡Sencillo! Voy a entrenar a ambas noblezas por orden del Maō lucifer y el Maō Leviathan. — dijo el rubio.

Todos se quedaron en shock al saber que serían entrenados por un guerrero experimentado capaz de luchar con los cuatro Maō al mismo tiempo y ganar.

— pero ¿Por qué a las dos noblezas? — preguntó Sōna.

— verán, a pesar de que son fuertes aún no han explotado todo su potencial y se me ordenó hacerlo. Además que le debo un favor a Serafall-Sama y a Sirzechs-sama. — dijo el rubio.

Después de decir eso Naruto creó varios clones de sombra para que entrenaran a cada uno por separado, el original estaba entrenando personalmente a Akeno. Ambos se fueron a una parte del bosque para entrenar sin riesgo a herir a los demás.

— Akeno-chan, te ayudaré a mejorar tu rayo. — dijo el rubio.

— y ¿Que me enseñarás? — preguntó Akeno con curiosidad.

— primero debemos liberar todo su poder y para hacerlo debes liberar el odio hacia tu padre. — dijo Naruto.

Akeno se estremeció al oír eso, aunque hayan pasado años, ella lo seguía odiando.

— ¡Ese hombre no es mi padre! Nos dejó a mi madre y a mi cuando más lo necesitábamos. — dijo Akeno con odio.

Naruto no se sorprendió, sabía la razón del por qué, sin embargo también sabía que si no hacía algo pronto, ella podría caer en el mundo de la venganza.

— Akeno, sé por qué lo odias, sin embargo no te has puesto a pensar si ¿él había Sido enviado a una misión? — preguntó Naruto con seriedad.

— si fuese Sido así, le hubiera pedido a un amigo que cuidara a su familia. — dijo Akeno con ira.

Naruto se estremeció internamente, a veces akeno le recordaba a su hijo Boruto cuando él no podía pasar tiempo con su familia debido a sus labores como Hokage, un amargo recuerdo pasó por su mente y sin que él lo supiera, una lágrima traicionera bajo por su mejilla derecha.

Akeno vió la lágrima y se asustó, en el tiempo que conoció a Naruto nunca lo vió llorar, siempre la cuidaba a ella y a koneko como si fueran sus hijas.

— ¡Lo... Lo siento! — dijo Akeno para inmediatamente abrazar al rubio.

Naruto devolvió el abrazo y secó su lágrima.

— ¡Descuida! Me recordaste a alguien que conocía. — dijo el rubio con tristeza.

Antes de que Akeno pudiera decir algo, el rubio se apartó. Así empezó el entrenamiento de las noblezas, Naruto entrenaba a los demonios por la tarde ya que Sōna había dicho que no faltarían a clases.

Durante el entrenamiento, Sōna y su nobleza se dieron cuenta de que Naruto se iba en la noche a una parte del bosque y volvía hasta la mañana, ella le comentó esto a Rias y ella le dijo que él solía entrenar toda la Noche.

Naruto: La maldición de ser un Inmortal ( Naruto x High School dxd)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora