The Winter Falling |Las Crónicas de Narnia|

1.5- En Busca de Aslan pt2

Llegaron a la montaña y pararon cuando el Castor lo hizo.

—El campamento de Aslan está junto a la Mesa de Piedra.. cruzando el río helado.
—¿Río?
—El río lleva cien años helado.
—Esta muy lejos.
—Es el mundo, Pet. ¿Esperabas que fuera pequeño? —Dijo divertida, Peter iba a sonreír pero el comentario de su hermana, hizo que no lo hiciera.
—Más pequeño.

Paso por delante de él para seguir caminando. Largas horas caminando pasando por el helado río. Algo qje Levana odiaba era caminar por siglos.

—No recordaba que Narnia fuera tan grande.
—Es porque tenías a tu dragón querida. —Aquello despertó una chispa dentro de Levana.
—¡Mis dragones! ¿Que ocurrió con ellos?
—Los pequeños Raider, Jesmin y Cinan están vivos, y también Leyla.

Ella sonrió feliz y nostálgica.

Todos estaban caminando tranquilos salvo por Castor que está a estresado.

—¡Rápido humanos! Me estoy haciendo viejo!
—Si se le ocurre decir, otra vez eso.. —Dijo mientras paraba al lado de Levana que lo escuchaba atentamente. —Me tendré que hacer un peludo sombrero de castor. —Dijo mientras subía a Lucy a su espalda, y escuchaba la risa de Levana y sus hermanas.

—¡Rápido! Vengan.
—Les está gustando ser el que manda.

—¡No! ¡Detrás!

Los cuatro se dieron vuelta para ver un trineo acercándose a ellos. Levana empezó a correr nuevamente hacía los árboles al llegar con los Pevensie todos se escondieron detrás de una roca, que el Castor dio a conocer para que se escondan.

Todos estaban agitados, y Susan agarró la mano de Levana para que esté más tranquila. Ella le intentó sonreir de lado pero pareció más una mueca.

—¿Se habrá ido?
—Yo voy a revisar. —Dijo Peter pero el Castor lo detuvo.
—¡No! Si mueres no ayudarás a Narnia.
—Tampoco tú, mí cielo.
—Gracias, cariño.

Castor salió del escondite mientras todos esperaban inquietos.

—¡No hay peligro, salgan! —Se asomó sorpresivamente asustando a todos que estaban allí. —Espero que se hayan portado bien porque vino a verlos alguien.

Primeros Peter ayudo a salir a Lucy para después agarrar la mano de Levana y ayudarla también. Al salir vieron a Santa Claus con su trineo.

—Feliz Navidad, señor. —Avanzó Lucy mientras, Peter miraba a su amiga más emocionada que nunca.

—¡Es Santa, Peter! ¡Es Santa! —Le susurro feliz.

—Si que lo es, Lucy desde que llegaron ustedes.. su excelencia. —Ella sonrió emocionada.

—Oye, he soportado mucho desde que llegué pero esto.. —Le dijo Susan a Peter pero este la interrumpió para hablar a Santa mientras su amiga apretaba su mano.

—Creimos que era la Bruja.
—Lo lamento. Pero en mí defensa yo he conducido uno de estos desde mucho antes que ella
—Yo creía que no habia Navidad en Narnia.
—No, no la ha habido desde hace mucho. Desde que la Gran Reina murió no ha habido más. Pero la esperanza que ustedes nos han brindado, majestades.. debilita el poder de la Bruja. Aún así, yo diría que estos les vendrán bien.

Sacó un gran bolso, sorprendiendo a Lucy y emocionando a Levana.

—¡Regalos!

Lucy y Levana se acercaron haciendo sorprender a Susan por lo infantil que era Levie. Primero Santa miro a Lucy y le dio un estuche con un jugo.

—El jugo de la flor de fuego. Una gota cura cualquier herida. Y aunque espero no tengas que usarla.. —Era un daga.

—Gracias, señor. Pero creo que puedo hacerme de valor.
—Apuesto a que si. Pero las batallas son algo repugnante.

Ella sonrió y se hizo para atrás.

—¡Gran Reina Levana! Te conozco desde niña, y se que te portaste muy mal la última navidad.

—¡Fue una pequeña broma! —Se rió, y Santa se la siguió.

—Esto es para usted, excelencia. —Del bolso sacó un bolso pequeño para llevar a todas partes. —Aqui dentro tenemos, una daga con rubíes. —Le mostró la daga y ella sonrió pues deseaba desde hace años una daga. —El libro que pidió sobre Narnia y otros reinos, redactado por su padrino. —Ella se rió. —Y por último. —Del bolso donde estaban los otros regalos agarró un estuche con una espada. —La espada de la Gran Reina, la espada que las Estrellas empezaron a crear durante tu reinado, la terminaron justo cuando paso la guerra con la Bruja, tiene un grabado con tu nombre en dorado que brilla, y nadie la puede levantar más que tú. Estoy seguro que sabes que..

—No son juguetes, son armas.

—Exacto, su excelencia.

Ella se hizo para atrás con sus regalos como una niña con sus ojos brillantes haciendo sonreír como tonto a Peter, de aquello su hermana menor se dió cuenta y empezó a hacerle burla mientras la Gran Reina se ponía el bolso y dejaba la otra espada tirada en el trineo de Santa, y se ponía la otra. Y Susan estaba con Santa hasta que él llamo a Peter.

—Peter. La hora de usar estás cosas quizá se acerca. —Peter se acercó y agarró la espada con el estuche y un escudo. La facinacion de Levana se fue por el escudo, era muy hermoso.

Peter desvainó la espada mirandola con una sonrisa.

—Gracias, señor.

—Son herramientas no juguetes. Las deben usar con sabiduría. —Peter guardo la espada en ese momento. —Ahora, me tengo que ir. El invierno ya casi se acaba y los pendientes tienden a acumularse durante cien años. —Se rió guardando al bolso. —¡Larga Vida a Aslan, y la Reina Levana! —Ella inclinó su cabeza con una sonrisa. —¡Y Feliz Navidad!

—¡Feliz navidad!
—¡Chau Santa!

—Te dije que si existía.
—¡¿No crees en Santa, Susan?! Eso es alta traición. —Dijo la reina exagerando mientras desvainaba su espada con agilidad.

—Dijo que el invierno ya casi acaba. ¿Saben que significa? No más hielo.

Levana guardo su espada sin entender hasta que llegaron al río.

—¡uh! El río.