The Winter Falling |Las Crónicas de Narnia|

1.10- Desgarro

La Gran Reina estaba en la tarde antes de dormir caminando por las carpas y vio a Peter salir de la suya. Levana sonrió al verlo mientras él abrió sus brazos para que lo abrace y ella feliz fue a hacerlo mientras se reía.

-¿Estás bien?
-Queria dar un paseo antes de dormir.
-¿Te acompaño a tu carpa?
-Con gusto.

Ambos fueron caminando y hablando hasta la carpa de Levana ella estaba feliz de escucharlo hablar sobre el entrenamiento que tuvo con Edmund y las cosas que Oreius le enseñó.

Al llegar él se iba a ir, pero antes de irse Levana lo detuvo, agarrándolo de la mano y acercándolo a ella.

-Nos vemos mañana, Pet.

Él sonrió mirando a Levana a los ojos hermosos que ella tenía. Él amaba el pelo blanco que ella tenía, la hacia ver única, como una verdadera estrella.

-Eres muy hermosa, Levie.

Ella sonrió con sus mejillas rojas, él puso sus manos en su cuello y la besó. Levana verdaderamente se sentía muy nerviosa, muy feliz y su corazón no paraba de latir rápido. Sentía que la serotonina más fuerte que nunca. Era el sentimiento que quería seguir teniendo en toda la vida. Y quería que fuera solo Peter el que lo causara.

-Nos vemos mañana, Levie.

Él soltó su mano y se dio vuelta con una gran sonrisa para irse a su habitación. Levana más feliz que nunca se dió vuelta y entro a su carpa para gritar de la felicidad.

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La mañana siguiente Levana se despertó porque sintió un roce sobre su mejilla. Se despertó de golpe e iba a agarrar su daga al alcance pero la rosas de los árboles la detuvo.

-Tranquila, excelencia. -Levana suspiró aliviada y profundamente. -Vengo a darle una triste noticia. Esta madrugada el Gran Rey Aslan ha muerto, ha manos de la Bruja Blanca.

Sintió como su corazón se encogía y se quedaba sin respiración.

-¿Que..? Que..

Una de sus grandes figuras paternas había muerto, su padrino y su gran tutor. El que siempre había creído en ella. Levana sin poder aguantarlo soltó un grito, empezando a llorar. La carpa se abrió y fueron a ver a Levana y preguntarle que le sucedía.

Oreius miro como las faunas intentaban que la dejase de llorar.

-Sueltenme.. ¡Sueltenme!

Sollozo y grito para que la dejaran en paz. No quería que nadie la tocará en entonces Peter entró y fue a su lado y la abrazó. Ella sollozo intentando sacarlo de encima pero él no se dejó y dejo que llorase en su pecho. Que se descargara.
Edmund y Oreius miraban todo desde la entrada de la carpa, como la Gran Reina se rompía enfrente a todos, pero más en frente de Peter, llorando sobre él.

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Levana se preparó para la guerra que se venía. Se puso un vestido cómodo, gris y arriba del vestido su armadura cómoda dorado y blanca. Se hizo una trenza y dejo la mitad de su pelo suelto. La gran Reina agarró su daga y la puso en su bota, y su espada en su cintura.

Salió de su carpa hasta donde estaban Oreius, Peter y Edmund. La mayor de los Pevensie al verla quedó impresionado por lo bien que le quedaba la armadura.

-¿Pet?

Su hermano lo sacó del trance y carraspeo mirando a Oreius y Levana.

-Usted manda, alteza. -Levana inclino su cabeza con respeto y una sonrisa sincera.

-¿Tenemos la ayuda de los dragones?
-Asi es.
-Ve a buscarlos, Levana.

Ella sonrió. Se reverenció sabiendo que él la miraba. La gran reina salió de allí corriendo hasta el lugar donde habitaban los dragones. Esperaba que no se hayan arrepentido de ayudarlos, los necesitaban, ella mas que nada los necesitaba.

Al llagar al lugar los pequeños dragones empezaron a llamar a el líder que al verla, se inclinó.

-Suba su excelencia.

Ella sonrió y se monto para empezar a volar. El dragón rugió fuertemente y empezó a subir con sus alas, los demás los siguieron. Levana vio como llegaban al campo donde se haría la guerra. Al llegar se ubicó sobre una tarima de piedra donde estaban los Narnianos que serían liderados por ella.

-¿Es allí, excelencia?
-Si, vayamos ahí.

Peter al verla sonrió e inclino su cabeza. Ella la inclino de vuelta y bajó del dragón para pasar entre la fila de los soldados y llegar al término de la cima de la meseta donde estaban.

-Quiero que estén atentos, no arruguen. -Se giro a los soldados que la miraban. -Esta guerra, la lograremos ganar. Tenemos a los Hijas de Adán y Las Hijas de Eva de nuestro lado. Mí profecía se cumplirá y cuando se sienten en los tronos de Cair Paravel los malos tiempos se habrán ido. Eso quiere decir que nos espera una gran vida con ellos reinando, Narnia.

Se giro para ver y vieron como se acercaba Jadis.

-¡A sus posiciones!

-Son más que nosotros, excelencia.
-Como dijo una vez Meus, Astron, los números no ganan batallas sino los más audaces y rápidos.

Peter alzó su espada y todos empezaron a vitorear. Estaba preparado para dar su señal. El ejército de Jadis ya estaba avanzando pero seguían sin moverse. La Gran Reina estaba muy nerviosa mirando todo hasta que Peter dio la señal y los hipogrifos empezaron a salir con rocas para tirar. Y así lo hicieron.

-¡Por Narnia y Por Aslan!

Ahí la Gran Reina sonrió y dio la señal para que todos sus soldados también vayan a luchar. Levana se subió al dragón líder y convirtió su espada en un arco y flechas para sorpresa de ella que no lo esperaba, pero no había estado tanto tiempo con la espada entonces no pudo comprobarlo.

Desde el cielo empezó a tirar flechas infinitas, con una gran puntería y el dragón rugió y empezó a quemar a una parte del ejército de Jadis.

Peter dio la señal para Edmund, Levana con dragón vio como todos tiraban flechas hacia los contrarios. Entonces empezó a disparar más flechas hasta que vio como la Bruja le daba al general Oreius y tenía ahora en la vista a Peter.