capítulo 3

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DIANA;

— no te ves bien, amor

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— no te ves bien, amor.— me miró con burla Niklaus una vez que los tres estábamos en  el apartamento.

— ¿cómo voy a estar bien si dos locos— analicé lo que acabo de decir— sin ofender Elijah

— no te preocupes.— me interrumpió.

—...entran a mi casa y me apuntan con un arma?— completé— entiendo tu trauma pero las personas tenemos vida y no podemos dejar entrar a extraños a nuestra casa.—

— Elijah creo que fuiste muy lejos con eso del trauma. Dile la verdad.—

— no creo que sea...—

— está bien. Se la diré yo...— sonrió guardando su arma— ¿conoces el cártel de las sombras, amor?—

me resulta conocido...— donde demonios escuché eso.

— somos narcotafricantes.— completó Elijah, congelándome. ¿QUE DEMONIOS? AHORA SI SIENTO QUE ME VOY A DESMAYAR.

— los mejores...— agregó Niklaus orgulloso pero no, todo fue demasiado.

Las náuseas me ganaron y salí corriendo al retrete, expulsé todo una vez más.

— Niklaus, ayúdala demonios.— escuché a Elijah a mis espaldas, también sentí que se acercó a sostenerme el pelo.

— amor, no te preocupes no te mataremos....— río Niklaus cerca, parece que atravesó la puerta.

— se más simpático, Niklaus.— escuché que Elijah le decía, yo seguía arrodillada frente al retrete.— ¿Niklaus?.— lo llamó.

— Elijah...— masculló Niklaus, fue suficiente para ladear mi cabeza para ver que hacía. MALA IDEA. PÉSIMA IDEA. HORRIBLE IDEA.

MIRABA EL TEST, QUE NI SIQUIERA LO HABÍA VISTO.

— NO..— me tapé los ojos con la mano y me acerqué al test para tomarlo, y pasarle agua fría.

Lo dejé a un lado y me lavé los dientes, Niklaus me miraba a través del espejo como nunca me miró. No era burlón, no era sarcástico, no era salvaje, no era él.

Al terminar me di vuelta para mirarlo.

— por favor no me digas...— suspiré sintiendo las lágrimas bajar por mis ojos.

— ¿que sucede? ¿qué hiciste, Niklaus?— Klaus carcajeó y pude sentir todo a la normalidad, hasta que lo soltó. Soltó ese comentario que me cambiaría la vida.

— está embarazada...— abrí mis ojos y miré la expresión de Elijah esperando decepción o incluso asco. No lo hizo.

El silencio recorrió la habitación, me acerqué al test para tomarlo después del trance que me causó el comentario de NiKlaus. Al ver ambas rayitas maldecí.

¡OH LOVE!- MIKAELSONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora