Capítulo 2

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975 d. C. Londres, Inglaterra.

Mansión Slytherin.

La pequeña Arlette, ya no era más la pequeña princesita de los reyes y para Salazar, ahora era una hermosa adolescente de 18 años donde sus facciones eran casi idénticas de su padre y su madre, la cual no conocía y ni le habían hablado.

Para Arlette sus madres son las reinas Sulpicia y Athenodora, como segundos padres a los reyes Aro, Marcus y Caius Vulturi, a los guardias de los reyes eran como sus hermanos menores o mayores.

- Madres, ¿Han visto mi túnica favorita? - Le pregunto mirando los alrededores de la mansión

- No, cariño - Le contestaron las reinas

- ¿Ya buscaste en tu baúl que usaste cuando fuiste a Uganda con tu padre? - Le pregunto el rey Marcus

- En todas menos en esa - Se acerco a él- Gracias papi - Beso su mejilla para irse a su habitación

- Y te dicen princesa - Le grito Alec burlándose

- Cállate muerto viviente - Refunfuño haciendo que se ría a carcajadas

Arlette se reía igual mientras subía las escaleras, entro a su habitación y empezó a buscar su túnica favorita, se la había regalado su padre Salazar cuando viajaron juntos a Japón con fines educativos y exploratorios.

Recolectaron mucha fauna y flora que les servirían para crear nuevas pociones tanto curativas como venenosas, Arlette desarrollo una fascinación por las pociones y las artes oscuras cuando su padre se las mostro.

Era extremadamente hábil en Legeremancia y Oclumancia, también había mejorado espléndidamente su parsel consiguiendo tener a su Runespoor, que tenía un año de edad y bien protegido en el castillo Vulturi.

Gracias a que no había alguna autoridad existente, podía tener todo lo que se consideraba oscuro o peligroso, pero siempre tenía sus medidas preventivas por si algún brujo o bruja quería robarle algo, aparte que estaba custodiada por muchos vampiros.

- Iré a fuera - Les anunció- Alimentare a los Thestral de la zona, descubrí que aman la carne cruda como a los chupacabras

- Ten cuidado, cielo - Le pidió Sulpicia- Recuerda tener tu varita a la mano

- Sí madre - Asintió para salir de la mansión

Camino unos minutos por el bosque cercano a la mansión con varita en mano, al estar cerca de una pequeña manada de Thestral abrió la canasta llena de carne para empezar a alimentarlos.

- Hola pequeño - Saludo a una de las crías- Mira lo que te traigo - Le tiro la carne que pudo agarrar en el aire- También tengo para ustedes - Le aventó a los más grandes

A dentro de la mansión los reyes siguieron conviviendo entre ellos mientras que los guardias protegían la zona, Félix se tensó al oler sangre fresca cerca donde estaba patrullando.

- ¿Arlette? - La llamo acercándose al bosque- Mocosa, ¿Dónde estás?

Sin poderlo evitar empezó a avanzar hacía donde provenía el aroma de la sangre, empezó a correr hasta donde estaba la sangre, se horrorizo ante lo que veía.

Arlette estaba tumbada en el pasto rodeada de sangre con heridas bastante graves, no observo nada al rededor, pero había un aroma totalmente desconocido para él así que se apresuró a tomarla entre sus brazos y correr hacia la mansión.

- ¡MIS REYES! - Grito desesperado- ¡LA PRINCESA FUE ATACADA!

Los reyes al escucharlo salieron junto al resto de la guardia que estaba con ellos, las reinas al ver a Arlette tan mal con mayor corrieron hacia ella.

- Esta muy herida - Dictamino Aro- No puedo ver mucho, estaba alimentando a esas creaturas cuando algo la ataco

- No sobrevivirá al paso que está perdiendo sangre, hermano - Le dijo Marcus preocupado

- Conviértela, mi rey - Le pidió Félix desesperado

Félix y Arlette tenían un lazo demasiado fuerte de hermandad, con el hecho de solo pensar en perderla lo aterraba y le dolía tanto el corazón.

- Es la única opción, hermano - Le dijo Caius mirando a su pequeña- Hay que llevarla a su habitación para que pase su transformación

Apresuradamente todos corrieron a la habitación de Arlette, Félix la acostó en su cama para que Aro pudiera convertirla.

- Tengo que salir, su aroma - Explico cortamente para salir de la habitación en un parpadeo

Aro rápidamente agarro el cuello de Arlette con suma suavidad, enterró sus colmillo en este y libero su ponzoña resistiendo la tentación de beber la poca sangre que le quedaba a Arlette.





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- ¿Cómo te sientes, cariño? - Le pregunto Salazar entrando a la habitación de Arlette

- Muerta - Bromeo amargamente- Aunque no me quejo del desarrollo de mis sentidos

Salazar la miro con pena mientras su hija estaba mirando por el gran ventanal de su habitación, él diría que entiende su pesar, pero no era cierto, su pequeña no quería la inmortalidad y mucho menos vivir alimentándose de esos muggles.

- Traje sangre de dragón, a los reyes les encanta - Dejo el gran tarro lleno de sangre en el escritorio que había en la habitación

- Sí, pude olerlo desde que apareciste - Le contesto sintiendo su garganta arder como si tuviera un fierro hirviendo dentro de este

- Tu autocontrol me está sorprendiendo - La felicito sin saber que decirle- Su cabello tiene mayor vida

- Es lo único con vida - Aclaro apretando sus puños- Hasta mi piel está muerta - Lo miro por encima de su hombro

Salazar se fascino al ver los ojos carmesí de su ya no tan pequeña hija, ya tenía 18 años y era hermosa, tenía tanto parecido a su madre como de él. Pero sus ojos grisáceos la veían como esa tierna y astuta niña que ya estaba quemando casi todas las bibliotecas de la mansión y castillo con su magia.

- Lo siento, hija - Le dijo suavemente- Si lo hubiera sabido créeme que lo hubiera evitado, pero tu destino está escrito, por algo querían que estuvieras la inmortalidad

Se giro a verlo mejor- El destino, el mundo, Dios, Merlín o cualquier deidad que me quería así es un imbécil

- Hija - Abrió los ojos sorprendido, su hija no era de decir alguna grosería- Lenguaje, por favor

- Perdón padre - Agacho levemente su cabeza- Pero todo esto me tiene demasiado abrumada, por más que intento recordar que me ataco, no lo hago, ¿Podrías entrar en mi mente? - Lo miro suplicante

- Claro, hija - Saco su varita de su túnica verde esmeralda- Baja tu escudo mental para que me sea fácil... Legeremens

Vio como Arlette estaba acariciando y alimentando a los Thestral con la carne cruda, el bosque estaba iluminado gracias a un Lumos máxima que había hecho para observar mejor a su alrededor.

De repente los Thestral se fueron galopando para volar, confundiendo a su hija, se escucharon algunas ramas rompiéndose, Arlette empuño mejor su varita para después ver como la atacaron de sorpresa por la espalda.

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Arlette Slytherin | Bella Swan (G!P) (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora