Arlette Slytherin | Bella Swan (G!P) (Terminada)

Capítulo 51

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- ¿Es necesario todo esto? - Le pregunto mirando todos los libros enfrente suyos

- Sí, necesita aprender todo lo necesario para hacer magia, mi solecito - La miro con diversión- Todo esto enseñan en los colegios, son siete años de largos estudios, conmigo y Bellatrix enseñándote será pan comido, como dicen los muggles

- Pero es mucho - Se quejo casi en un berrinche

- Tenemos todo el tiempo del mundo - Le entrego los primero libros- Estos serán tus materias de primer año y son siete materias, Transformaciones, Encantamientos, Pociones, Historia de la Magia, Defensa Contra las Artes Oscuras, Astronomía y Herbología - Quito el libro de Historia de la magia- Este ya no lo necesitaras, ya que lo has leído y conoces más del mundo mágico que un niño de primer grado

>> Así que solo tendrás seis materias, no tardaremos tantos años enseñándote ya que no tendrás vacaciones - Le entrego su horario- Hice un horario para que podamos enseñarte mejor las materias, los fines de semana tendrás menos horas que el resto de la semana

- ¿No tendré días libres? - Le pregunto algo molesta- Eso es explotación

- Isi is ixpliticiin - La imito rodando los ojos- Deja de quejarte, así es la vida infantil de un niño de sangre pura, aparte puedo enseñarte a volar en una escoba, pero esa la tomaremos como un hobbie o no podemos enseñarte, es decisión tuya

- Si quiero - Le dijo con ilusión- Leí Quidditch A Través De Los Tiempos, es increíble

- Bien - Asintió con diversión- Te enseñe a volar y después a jugarlo, tendremos que ir al callejón Diagon para comprarte una barredora, después elevaremos el tipo de escoba conforme tus habilidades, ahora comencemos con Encantamientos - Le acerco el libro

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- Ya no más, por favor - Suplico recostada en la silla- Mi cerebro va a explotar de tantos pergaminos

- Bien - Rodo los ojos- Vete antes que me arrepienta de tener piedad de ti - Señalo la puerta de su despacho

Bella beso su mejilla para desaparecer del despacho, Bellatrix entro apenas Bella salió de este, miro con severidad a su esposa.

- No puedes ser tan blanda con ella, a este paso no avanzara - Se cruzo de brazos- Y lo sabes

- Lo siento - Se sentó en su silla derrotada- Pero ella no tiene la misma educación en casa y escolar como la nuestra, no está acostumbrada a llevar una vida tan estricta y estresante, nosotras estamos acostumbradas porque nacimos en este mundo

Bellatrix negó con seriedad descruzando sus brazos para caminar hasta ella, se sentó ahorcadas encima de ella posando sus manos en su pecho, ese que tanto amaba tocar, arañar y morder, solo de pensarlo su piel se erizaba.

- Esa niña te ablando tanto - Negó decepcionada- Ni porque tus hermanos me dijeron que no, pero bueno, cada quien - Quito una pequeña pelusa de su ropa negra

- ¿Qué? - Frunció su ceño- No es cierto, ella no me ha ablandado, sigo siendo yo

- Una cosa es que sigas siendo tú y otra es que seas más o menos firme - Le aclaro alzando una ceja- La Arlette que he conocido todos estos años ha sido una mujer de mano firme y dura, sin excepciones de personas, así sea sus propios ahijados o no

Las manos de Arlette acariciaban con suma suavidad y delicadeza los muslos pálidos lechosos tan suaves como la seda por debajo del vestido de Bellatrix pensando en lo que había dicho.

- Odio mi vida a veces - Recostó su cabeza sobre el respaldo de la silla- Una niña me ablando, que tragedia, que desdicha, que deshonor, que traición a mis ideales - Dramatizo mirando el techo con dolor

Las carcajadas de Bellatrix llenaron el despacho de Arlette, la rubia bajo su mirada al rostro pálido y cincelado de su esposa, observo embellecida como su azabache terminaba de reírse con su lengua entre sus dientes sobre saliendo un poco.

Ese era el gesto tan adorable e inocente de ella que le robaba el corazón cada vez que lo hacía, la primera vez que lo vio hacer, tenía solo 3 años, la pequeña azabache se reía a carcajadas por las cosquillas que había hecho.

Desde ese momento se volvió algo característico en ella, sin duda seguía siendo su pequeña azabache, esa niña caprichosa y malévola, esa adolescente astuta, necia y caprichosa, esa linda brujita que le robo el aliento, sin tenerlo o necesitaron, desde que cruzaron miradas.

- Te amo - Le susurro perdida en esos ojos marrones- Te amo mi perfecta y hermosa esposa - Agarro la mano derecha de esta para darle un delicado y tierno beso- ¿Has pensado sobre... los hijos? - La miro algo temerosa ante su respuesta

- No - Contesto algo ruborizada- ¿Por qué? ¿Quieres...? ¿Quieres que tengamos hijos?

- Quiero tener hijos - Asintió- Quiero que tengamos nuestros hijos, nuestros descendientes, nuestras pequeñas copias corretear por esta mansión, quiero escuchar sus risas o sus murmullos, quiero verlos crecer convirtiéndose en excepcionales magos de sangre pura, quiero tener eso

- Tengamos hijos - Le dijo enternecida ante las palabras tan suaves de su esposa- Millones de ellos si es necesario, repoblemos el mundo mágico con lindos azabaches con mi carácter o lindos rubios con tu carácter o lindos rubios con mi carácter y azabaches con tu carácter

- Me gusta cómo se escucha eso - Ronroneo complacida- Quiero pequeñas copias tuyas, masculinas y femeninas

Bellatrix se acercó al rosto de Arlette para besarla de esa forma tan demandante y posesivo que encantaba ejercer en ella, escucho como su esposa ronroneo debajo suyo mientras seguía el ritmo de su beso con facilidad.

Su lengua acaricio el labio inferior de Arlette pidiendo paso, esta se lo autorizo abriendo la boca para ella, no dudo en atacar y saborear cada parte de esa cavidad tan fría que le encantaba visitar.

Gruñó molesta para separarse del beso por la falta de oxígeno que le exigía sus pulmones, sentía las firmes y frías manos de Arlette en sus muslos debajo de su vestido, sentía como su piel reaccionaba ante su toque tan delicado y suave.

- Empecemos a crear esos pequeños brujitos - Ronroneo deslizando sus manos a los botones de la blusa negra de Arlette- Pero quiero disfrutarte, esa niña ya te tuvo mucho tiempo, es hora que yo tenga a mi esposa para mí - Desabrochaba cada botón con lentitud sin dejar de esos ojos carmesí teñirse de negro

- Amo que seas tan posesiva y celosa - Ronroneo mirando los ojos marrones destellar de lujuria

Cuando las manos de Bellatrix llegaron al saco gris oscuro de Arlette lo desabrocho con la misma lentitud, podía ver como su esposa se estaba desesperando debajo suya.

Abrió ambas capas de ropa dejándole libre la vista a ese maldito dorso tan sensual que tenía junto al brasier de encaje negro que realzaba aún más su piel pálida como la porcelana más hermosa y fina del mundo...

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