*Flashback*
—Buenos días, ¿qué se le ofrece señorita?— la señora Susan recibía a una muchacha joven, tendría unos veinticinco años aproximadamente.
—Hola...— dijo la chica llevando la mirada al niño que traía cargado en brazos.
—¿Viene a adoptar o...
—No... vengo a poner a mi hijo en adopción.— Respondió la joven rápidamente.
—Entiendo. Necesito saber algunos datos antes de aceptarlo— la mujer asintió.
Hablaron de las razones por las que pondría a aquel niño en adopción, sobre la religión que se impartía en el orfanato y terminaron llegando a la conclusión de que no habría ningún problema en aceptar al chico en el lugar.
—Está bien, necesito que me diga algunos datos del muchacho— comenzó Susan tecleando un viejo ordenador —Nombre y edad.
—Tiene cinco años y su nombre es Minho, Lee Minho.
—¿Alergias o necesidades?
—Ninguna, está sano...— respondió la mujer con una sonrisa algo nostálgica.
En unos minutos, la mujer ya se había ido y Susan dejó a Minho con otro niño.
—¡Hola! Soy Christopher Bang, pero puedes llamarme Chan, es más fácil. ¿Tú como te llamas?— el chico sonreía haciendo que se le marcara un hoyuelo en su mejilla y esperó la respuesta de Minho, pero no la obtuvo— Bueno... uh... tengo 7 años y... ¡Ah sí! Estoy jugando con estos coches ¿quieres jugar conmigo?— Minho asintió con una sonrisa y terminó llevándose bien con su nuevo compañero.
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*6 años más tarde*—¡DIOS BENDITO! ¡NIÑO! ¡ALÉJATE!— Gertrudis se encontraba caminando aceleradamente en dirección a Minho en el patio del orfanato, este se encontraba con su compañero de cuarto, Choi Yeonjun. Ellos tenían 12 años y sentían cosas que nunca antes sentían entre ellos, y ¿cómo evitarlo? se atraían, así que Minho se encontraba besando a Yeonjun, es por eso que la reacción de Gertrudis les hizo apartarse de inmediato.
—A-AUCH— Minho se quejaba ya que Gertrudis le estaba aporreando con un periódico enrrollado que traía. Rápidamente la mujer agarró a Minho y le arrastró a una habitación nueva no tenía nada más que dos armarios, dos camas, un escritorio y unas puertas que parecían llevar a unos cuartos de baño.
La mujer abofeteó al chico y comenzó a gritar cosas que Minho no pudo escuchar ya que las oía lejanas, volvió a sentir un golpe en su otra mejilla y con este se le escapó una lágrima. Caían unas detrás de otra. Gertrudis le gritaba "¡Eso está mal eres un sucio, si sigues así iras al infierno!". Al principio, Minho creyó que era por haberse besado con alguien, pero habían parejas por todo el patio besándose... claro... parejas de heterosexuales, pero Minho había besado a un chico.—¡NIÑO, YA ES LA SEGUNDA VEZ QUE ESTO OCURRE! ¡A PARTIR DE AHORA NO TENDRÁS MÁS COMPAÑEROS!— la señora se dio la vuelta para marcharse pero antes de irse añadió: —¡Y NO SALDRÁS DE AQUÍ HASTA NUEVO AVISO!— Gertrudis cerró la puerta con fuerza haciendo que los otros niños se asomaran para ver qué ocurría en silencio.
Minho comenzó a llorar, no comprendía por qué aquella monja había reaccionado de aquella manera. ¿Tan malo era besar a alguien de tu mismo sexo? ¿De verdad iría al infierno por ello? Como ella había dicho no era la primera vez que ocurría, la otra vez fue hacía unos dos años, con otro compañero al que adoptaron meses después de que la señora Gertrudis les castigara por besarse. Minho se encontraba llorando en silencio, sentado en la orilla de una de las camas de aquella habitación tan vacía.
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Kijong Dong *TERMINADA*
RomanceLa palabra "desgracia" se queda corta para definir la vida de Minho, una detrás de otra, se enamoró y lo perdió todo así que se prometió no volver a sentir nada parecido nunca más, hasta que a él llega una persona que alegra sus días, lo que no sabe...