Epílogo

243 6 0
                                    


Matt

10 de octubre, 2014

Me bajo del auto y agarro el ramo de girasoles a mi lado, me dirijo a aquella tumba, a lado de ese gran árbol de cerezos Aquel árbol da una gran sombra, que podría llegar a tapar por lo menos tres tumbas más, pero por alguna extraña razón, solo cubre aquella a su lado.

Me acerco cada vez más, pero se siente lejos, muy lejos, hasta que la realidad golpea mi imaginación y llego.

Me agacho lentamente hasta sentarme en el verde y frío césped, me acomodo tan bien, que la brisa golpea mi cara, moviendo mi cabello, cierro mis ojos, y se siente muy bien escuchar el silencio, sonaba absurdo, pero ahora me doy cuenta que si es posible.

Enseguida los abro y vuelvo a la realidad.

Veo su hermoso nombre en esa horrible tumba y recuerdo el porque está ahí desde un principio, ella no merece estar ahí, no debería estar ahí. Me armo de valor y empiezo.

-Hola, ¿cómo estás? -le digo mientras quito el polvo con un pañuelo.

-Espero que estés bien, en donde sea que te encuentres, gracias por la carta, también espero que puedas tomar todo el vino que desees, espero que estés con tu abuelita, y que se puedan abrazar muy fuerte. -no lo puedo contener y suelto un par de lágrimas, pero las seco y continuo.

-He venido porque hoy se cumplen dos semanas desde que te fuiste de nuestras vidas, vengo en representación de tu mamá, porque sabes que no está bien, se fue donde el abuelo, de veras, espero que este bien allá.

También he hablado con Ashley y Mateo, ellos siguen tristes, pero están bien, están alegres porque en dos meses terminan el instituto, y porque están en unos papeles, y al parecer les ha ido bien.

-Bueno, creo que te he puesto al corriente con lo que está pasando aquí. -digo levantándome y dejando el ramo de girasoles a lado de la tumba.

-Cuídate, y no lo olvides, vas a seguir viéndome todos los meses -le digo dando una sonrisa a medias, y saliendo del cementerio

--------------------------------------------------------------------

26 de octubre, 2014

-¿Cómo estás? -digo sentándome y sacando el polvo

-Te cuento que la señora Alisa, volvió a la casa, aún no está lista para venir, pero con que haya vuelto es bastante, la verdad ya me sentía solo. Ashley y Mateo, pronto se graduarán, Ashley decidió irse por la medicina y Mateo por la pediatría. Tu abuelo ya cumplió 65, pero es el mismo de siempre, en este mes tuve la oportunidad de visitarlo un par de veces. Yo por otro lado tengo un trabajo de medio tiempo, pero me ayuda para pagar la luz y el agua en la casa, la mayor parte del tiempo paso solo, porque tu mama se metió en un grupo para católicos en la iglesia cerca de la casa.

-Creo que debería irme, está oscureciendo, y debo llegar temprano a la casa, hoy tu mamá preparó pie de calabaza y no me lo pienso perder -finalizo despidiéndome de ella.

--------------------------------------------------------------------

26 de noviembre, 2014

Hoy casi no había brisa, eran las cuatro de la tarde y estaba muy oscuro.

Me acerqué a la tumba y observe que el árbol había dado frutos, pero recién estaban saliendo, aproveche para sentarme y me di cuenta de que no había pájaros cantando, los árboles no se movían, todo estaba totalmente calmado.

Limpiaba cada letra de su nombre mientras lo leía en mi mente, cada palabra, cada mirada, cada recuerdo, venía a mi mente y hacía darme cuenta de todo lo que vivimos juntos, y que simplemente es algo que no se puede olvidar.

Mi guarda espaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora