Capítulo Seis

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Habia un nuevo escenario.

Ambos se encontraban en la cancha de entrenamiento de la UA, uno al lado del otro.
Tenya estiraba las piernas maldiciendo por lo bajo, nunca se volvería a preocupar por la chica. Es más, terminando las pruebas se iría y jamás volvería a verla. Jamás.

-Bien Delebot, tu dime cuando estés listo. Este bebé quiere hacerte morder polvo.-la excéntrica chica descansaba cómodamente sobre un vehículo que ella misma fabricó, no pasaba del metro y se veía que con dificultad podía sostenerla. Era su gran orgullo.

Una magnífica presencia que sólo gritaba éxito, además que ya habían pasado 10 minutos con ella encima y no había explotado, Era realmente prometedor y ella lo consideraba su más grande obra de arte, solo hasta mañana que daría los últimos ajustes a su microondas portátil, claro.

-Hatsume, según tus propias palabras necesitabas mi presencia para marcar una meta de velocidad sana para tu mecha, no me dijiste que querías hacerlo competir conmigo-. Estaba terminandole la paciencia, pero verdaderamente se controlaba para no hacerlo saber, aunque Hatsu lo tenía muy en claro, realmente quería ver si tenía un límite, o si podía rebasarlo incluso, eso la haría verdaderamente feliz.

Una mirada de inocencia se pinto en la cara de la rosada, solo logrando cansar más a su compañero.

-¿No lo mencioné? Vaya, un error mío.- las chicas eran muy lindas cuando fingían de ese modo un sentimiento tan puro, siempre le dijeron eso, pero en mei era hasta aterrador, como si solo pudieran pasar cosas malas con ella ahí, pero sabía que era grosero pensar en eso, necesitaba despejarse.
Además, hace mucho no mantenía un buen entrenamiento y siempre era divertido probar retos así que por esta vez, los cambios de planes de la chica le habían resultado benefactorios.

-¿Sabes que? No importa, hagamoslo. ¿Tu mecha tiene alguna velocidad establecida para llevarle el ritmo o quieres que vaya con todo?- Quizás preguntar había sido una mala idea, quizás sólo debió establecer la velocidad y no darle la oportunidad a ella de hacerlo, ya que esa sonrisa que se formaba en el rostro de la chica, no le daba ningún buen presagio.
Al menos podría correr libremente, lo presentía, pero también el hecho de que Mei se ponía en peligro con esta práctica.

-¡Dame todo lo que tienes Gran delebot! ¡Mi bebé podrá con eso!- Lo sabía.

Algo cansado, tenya tomó una pose que le permitiera correr con libertad, mientras acomodaba sus lentes, no haría más preguntas a menos que fueran necesarias.

Esperó la señal para iniciar, pero esta nunca llegó, en cambio escuchó la turbulencia de aquel invento alzarse ¿iba a explotar acaso? Por un segundo el único pensamiento que pudo tener fue salvar a la chica, pero no hubo tiempo de nada. Una nube de polvo y tierra fue lo único que pudo divisar mientras tosia por esta misma, también si se concentraba podría oír la risa lunática de la inventora, al parecer la carrera había empezado, y el preocupándose, se sentía humillado.

-¡Mei, eso no es justo!- el rugido de sus motores fue acompañado con una nueva nube, dando inicio a su paso veloz igualmente, tendría que esforzarse mucho por alcanzar a la chica, ya que aparte de la ventaja que llevaba, su invento era realmente rápido.
No había que perder tiempo, sentía la brisa cálida y polvorosa chocar contra su rostro, afortunadamente sus ojos estaban bien debido a los lentes, pero si que era incómodo respirar con tanta presión en el aire.

Por cada curva, la máquina giraba un poco, Mei volteaba constantemente asegurándose de mantener su distancia, y le alegraba no poder ver a tenya tras ella, era magnífico.
¿Cómo reaccionarian todos al ver que una máquina hecha por ella sola superaba en velocidad al hijo del linaje Ingenium? Luego de esta carrera, su vida sería puro éxito... Claro, hasta que su artefacto comenzó a temblar y a expulsar humo.

Mha: La princesa Para El caballero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora