El tintineo de vasos y botellas de vidrio llena sus oídos junto al bullicio de voces en el local, Seungmin le sirve un trago en el vasito de shot a ambos antes de que Minho le sirviera a él, luego los tres chocan sus vasitos entre sí para luego beberlo de un sorbo. El local es pequeño, en el centro de la ciudad, un lugar bastante reducido así que no hay muchos clientes, el aroma y el olor de los vegetales hervidos en la cocina se encierra por las paredes, el tintinear de vasos de vidrio combinado con las voces y risas llenando el silencio, la canción de algún grupo femenino se escucha en la pantalla mediana colgada en una de las paredes.
Llevan varias horas allí, ni siquiera sabe qué hora exacta es pero sabe que es lo suficientemente tarde, ya que hacía un buen rato que el sol se ocultó y oscureció el cielo.
Tan pronto como llegaron al local los mayores decidieron que empezarían a tomar, así que eso hicieron. Pidieron papas fritas y arroz para no tomar con el estómago vacío, yendo por más de dos botellas de soju. El conejito pasó diez minutos enteros cuidándolos, solo escuchando la plática sin sentido de cualquier tema, sobre la universidad, los proyectos pendientes, las temporadas de calor y cosas felinas que Minho no entendía. Solo se quedó ahí, mirando la manera en que las mejillas de los alfas se ponían rojas y cómo poco a poco sus ojos se dilataban y sus movimientos se hacían cada vez más pesados. Hyunjin fue el primero en emborracharse después dos botellas enteras, siendo más escandaloso que de costumbre, mientras que el león permaneció bastante tranquilo, ni siquiera parecía ebrio si no fuera por la forma en que hablaba. Incluso dejó sus orejas y su cola dorada al descubierto, incapaz de controlar la media transformación. Minho se había entretenido en el movimiento de sus orejas de león sobre su cabeza, girando en direcciones distintas con tal de captar sonidos, la cola larga agitándose despacio.
Luego de eso, a pesar de haber dicho que no tomaría porque debía tomar el autobús de regreso mañana por la mañana, rompió su promesa. Observó por un largo rato el vasito de shot frente a él, considerándolo por un largo rato, hasta que alzó una mano y le dio un sorbo rápido, escuchando los vitoreos de sus amigos al haberse unido.
Ahora se encuentra mareado, su cabeza da vueltas y su vista se siente borrosa y pesada junto a todo su cuerpo, ni siquiera recuerda cuánto tomó, pero seguro lo suficiente como para que la resaca fuera un desastre por la mañana. Se siente un poco acalorado, la chaqueta de cuero siendo tan estorbosa, por lo que decide quitársela, solo para abrazarla sobre la mesita redonda, restregando su nariz contra la tela que se arruga por sus dedos. Frunce las cejas, odiando el hecho de que el aroma de aquel alfa ya se ha esfumado por completo, siendo reemplazado por los perfumes de sus amigos. Pero está demasiado cansado y aturdido como para pelear por ello, solo quejándose con balbuceos y pucheros, una de sus piernas patea despacio, su conejo reaccionando ante el enojo de su lado humano. Se ocupa tanto en su silencioso berrinche que no nota el momento exacto en que sus orejas peludas saltan sobre su cabeza, solo se da cuenta cuando Hyunjin estira una mano con tal de acariciarlo, pero sus orejas son tan sensibles que eso solo provoca un escalofrío que recorre toda su columna, haciéndolo saltar en la silla.
─ ¡No! ¡Sin tocar! ─ apunta al tigre con un dedo acusador. El alfa dominante abre mucho los ojos, alzando ambas manos como delincuente siendo atrapado.
─ ¡No es justo! Tú siempre acaricias mis orejas…
─ No quiero, no quiero ─ lo ignora, frotando sus orejas para tratar que desaparezcan, pero no puede hacerlo en ese estado. Incluso su colita esponjosa está libre en su espalda baja, agitándose ligeramente por su rabieta.
Antes de que el tigre pueda replicar, el único más cuerdo de los tres, a pesar de haber bebido más que los otros dos, lo detiene con una mano en su nuca, suspirando con cansancio. Seungmin también está un poco mareado, pero no tanto como ellos, todavía se puede mantener quieto en su asiento, parece el más alerta, sus oídos poniendo atención a cualquier ruido sospechoso y su nariz buscando algún olor peligroso. Quizás la media transformación sólo ayuda a aliviar el alcohol en su sistema y agudiza sus sentidos.
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wolf's gaze,, minchan
أدب الهواةconejito minho tuvo un muy mal comienzo de día. está varado a mitad de la carretera completamente solo, a cuatro horas de la ciudad, la lluvia se está formando en el cielo, va muy tarde a su primera clase y se encuentra muy cerca de la manada de lob...