38. Luces Apagadas.

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"¿Es una reunión?" pregunta Chuuya. "Porque parece un poco temprano para eso."

"No, no," Dazai niega con la cabeza. "En realidad— Oda se imaginó que habría un montón de gente de nuestro año yendo a casa al mismo tiempo, y luego Kunikida vino con la idea de reunir a todos para ir  cenar." parece un poco exhausto ante la idea, y Chuuya no lo culpa.

Al castaño solo le falta un semestre y la tesis de grado es agotadora, incluso para él. "Hasta Ango va a ir."

"¿Vendrá desde Nueva York?" el pelirrojo sacude la cabeza. "Entonces de verdad deberías ir."

"¡Pero es el domingo!" se queja el mayor, recargándose contra su novio de manera patética.

"¡No los has visto desde que te graduaste!"

"¿Vas a ir conmigo?"

Chuuya rueda los ojos, pero asiente.

Y en realidad, el ojiazul no puede enojarse con Dazai por lo que ocurre— porque no había forma de que lo supiera, y si lo hubiera sabido, nunca habría aceptado. Pero—

"Nakahara-kun—" Kunikida luce un poco aturdido cuando Chuuya y Dazai llegan al restaurante. "tú, uh—"

El pelirrojo no esta muy sorprendido por su reacción, porque la última vez que vio a Kunikida... él estaba... en un lugar diferente.

Así que, verlo ahí parado a lado de Dazai, con el pelo más largo, los piercings, los jeans ajustados y la chaqueta de cuero— es un gran cambio, e incluso Ango parece sorprendido. "Solo Chuuya esta bien." lo corrige, alcanzando su mano para sacudirla. "¿Cómo te va en Seúl?"

Dazai parece haber sido atrapado en una conversación con Oda y Ango— al pelirrojo no le molesta, esta feliz de ver que se ponen al día. Pero en realidad, para toda la gente que hay ahí, podría ser una reunión de preparatoria. Y por como algunas chicas están presentes, Chuuya sabe que no es una reunión exclusiva de estudiantes de Keio.

Es entonces que ve una cara familiar, y se detiene en medio de la explicación de pros y contras de su clase de evidencias que le hacía a Kunikida.

No esta exactamente orgulloso de las primeras palabras que salieron de su boca. "¿Quién demonios la invitó?"

El rubio luce desconcertado antes de girar la cabeza, y ahí, parada cerca del bar... Cabello largo y oscuro, ojos cafés y, hay que admitirlo, una cara atractiva—

Es ella...

Sasaki.

Chuuya sabe que probablemente, por lógica, es un problema mayor para Dazai que para él. Pero la última vez que la vio... La imagen de ella en los brazos de Dazai, recargándose en él para forzarlo a besarla— el recuerdo le deja un sabor amargo en la boca.

"Estaba cerca con unos cuantos chicos de nuestro año," le explica Kunikida lentamente. "cualquiera de ellos le pudo haber dicho que nos reunimos esta noche— ¿Chuuya-kun?"

Antes de que pueda terminar de explicarle, Chuuya se abre paso entre la multitud, sin parar hasta que encuentra a Dazai, quien esta a punto de unirse a Yosano para atormentar a Ango reviviendo un recuerdo particularmente atroz.

"Quiero decir, ¿quién lanza una bola tan abierta?"

"Te lo estoy diciendo, fue la prescripción de mis lentes."

"¿Eso fue lo que le dijiste al árbitro que golpeaste en el ojo?" Dazai pregunta, riéndose hasta que siente un par de brazos envolviendo su cintura, y mira hacia abajo viendo a Chuuya con sorpresa. "Oye," levanta una ceja, envolviendo un brazo alrededor de sus hombros. "¿Estas bien?"

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