Zeus estaba mentalmente inestable, tras la pérdida de su hermano Poseidón, y las muchas muertes de sus soldados, estaba fuera de sí. Su esposa Hera estaba preocupada por la situación de su esposo, esto nunca antes había pasado, le surgieron un sinfín de preguntas, sin respuesta.
Hera no era una mujer simple, era muy temperamental y si algo no le gustaba se los hacia saber e incluso al mismísimo Zeus. Era una mujer con una belleza inigualable, respetada por todos los dioses. Ella sabía, que algo estaba de más en el olimpo, y no se equivocó.
En sus aposentos Zeus se encontraba sentado en su cama mirando su reflejo en el espejo, cuando la seductora Melania se hizo presente en la habitación, sin nada de ropa comenzó hacer contacto con la piel desnuda de Zeus, la lujuria se apodero de la habitación, Zeus estaba tan cegado por Melania, y eso se podía ver en los besos apasiónales que se daban mientras acariciaba su cuerpo por completo, Melania no era una mujer débil, por lo cual con fuerza sometió a Zeus y colocando sobre él, comenzó a montarlo como si de un caballo fuera. Los jades de ambos comenzaron a retumbar por toda la habitación, cuando menos se lo esperaba Melania, Zeus con fuerza la sometió y el tomo el mando, ahora el cuerpo de Melania estaba a disposición total de Zeus. Durante varios minutos de disfrute carnal, Melania le recuerda a Zeus.
_Tienes que romper y abril la grieta por completo, de esta forma podre acceder a todo mi poder, y convertiré en el rey de todo. Le menciona Melania mientras lo besaba y rosaban sus cuerpos desnudos.
_Lo hare, te prometo que te sacare por completo. Respondía entre jadeos, Zeus en verdad estaba a la merced de Melania.
La noche aún era joven y estos dos amantes aun disfrutarían de sus actos sexuales, Zeus estaba tan sumergido en la seducción de Melania que no se daba cuenta que su esposa Hera los había mirado, ni siquiera le prestaba atención. Era evidente de que la reina sabía lo que Zeus estaba haciendo y no se quedaría sin hacer nada, le pegaría donde más le doliera.
Al día siguiente Zeus había reunido a todos sus soldados, saldrían al reino de los Centauros, serían los siguientes, ya era un hecho. El ejército de Zeus marchaba con dirección al reino de los Centauros, sin saber que estos ya habían hecho una alianza con el reino de Mercia, cuando estaban por cursar el puente de los lamentos, fueron emboscados y aniquilados en su totalidad, cuando la noticia llego a oídos de Zeus, este entro en cólera, no podía creer que los Centauros fueran capaces de tal Azaña, tendría que ir personalmente, se preguntaba.
Atenea por su parte estaba confundida sobre las decisiones que su padre estaba tomando, esta guerra que estaban iniciando no era justa, aun así no le quedaba de otra más que obedecer a su padre, _Querida hija, estarás a cargo de la conquista de Castrobia, dirigirás las tropas, quiero la corona. Mencionaba Zeus a su querida hija.
Estaba no del todo conforme acepta y se plantea salir de la sala real, cuando Artemisa entra apresurada y sin pensarlo cuestiona a su padre y hermana de sus acciones.
_ ¿Al caso no pueden parar? Ya se ha derramado demasiada sangre no lo creen. Gritaba frenéticamente Artemisa.
_Y que es lo que propones querida hija? Responde Zeus con firmeza y algo molesto.
_Hermana tú eres mejor que esto, no te manches las manos con sangre inocente. Repicaba Artemisa mientras miraba a su hermana Atenea.
Cuando se pensaba que todo quedaría ahí, entro un guardia con una noticia impactante, al parecer alguien tenía noticias sobre la princesa elfa.
_Majestad, me atrevo a interrumpir, solo que la información que hemos recopilado es de suma importancia, para dar con el paradero de la princesa. Mencionaba el guardia algo preocupado.
_Que es lo que saben de su paradero? Zeus pregunto con mucho interés.
_Ayudaron a la princesa a escapar, en el lugar donde encontramos el cadáver del sabueso, había marcas de pisadas de ciervo y que se dirigían al interior del bosque oscuro, lastimosamente no pudimos seguir con su rastro por mucho. Señalo el guardia.
Todas las miradas se dirigieron hacia la joven diosa Artemisa, su padre con mirada enfurecida ordena que encarcelen a su hija, cuando los guardias se disponían hacer caso de la orden de Zeus, su hermana Atenea interfiere por ella.
_Padre, por favor... no la lastimes. Suplicaba Atenea.
_La traición se paga, y muy caro. Ella decidió ayudarla a sabiendas que estaría traicionando a su pueblo, ahora se tiene que hacer responsable y aceptar la muerte. Respondía Zeus.
Al escuchar lo que su padre dijo, Artemisa tomo su arco y apunto en contra de su padre, este con una sonrisa burlona le pregunta _¿Que planeas hacer con eso?. Mientras se ponía de pie.
_Luchare, no me rendiré y si te tengo que asesinar no lo dudare. Respondió con firmeza Artemisa, al mismo tiempo que disparaba múltiples flechas en contra de su padre. Este las esquivo fácilmente y se disponía a tacar a su hija con su lanza, pero esta tampoco retrocedería.
Al ver que tendría un poco de acción Zeus ordeno a sus guardias que no intervinieran en su lucha contra Artemisa, estaba por iniciar una pelea que nadie en el olimpo se esperaría, padre en contra de su hija, Zeus tomo una de las espadas de uno de los guardias, y con fuerza arremetió en contra de su hija, esta logro cubrirse del ataque de su padre con su arco dorado, y a la vez saltando hacia atrás y disparando una ráfaga de flechas en contra de su padre, este fácilmente las desviaba con la espada, Artemisa sabía que no la tendría fácil, pero tampoco podía escapar, quizás no saldría con vida de esta.
De un fuerte golpe lanzo a Artemisa fuera de la sala, dando vueltas en el piso por varios metros, con algo de dificultad se volvió a poner de pie y con una de sus manos se limpiaba la sangre de su rostro, mientras miraba fijamente a su padre.
_En verdad, estas perdido. Gritaba fuertemente Artemisa mientras apuntaba su arco en contra de su padre.
_Quizás si, por lo cual deberías de tener miedo. Respondía Zeus con una fuerte risa, que se tornaba algo inquietante.
Artemisa no se daría por vencida, sabía que no podría con su padre pero tampoco dejaría que la asesinara, por hacer lo correcto. La fuerza de Zeus realmente era formidable, artemisa no podía cubrirse de todos los golpes que le proporcionaba su padre y uno que otro la alcanzaba, de esos pocos golpes la logro hacerle daño, a tal grado que ya estaba a punto de terminar con su vida cuándo, Atenea se pone en frente de su hermana y con su escudo detiene sin ninguna complicación el ataque de Zeus.
_¿Qué es lo que estás haciendo?. Pregunto Zeus confundido por la acción de su hija.
_Lo siento padre, pero no permitiré que le arrebates la vida a mi hermana. Respondió Atenea con firmeza y a la vez proporcionándole una fuerte pada a su padre, con la cual lo mano a volar por varios metros, Atenea provecho esto para tomar a Artemisa mal herida y con su espada apunto hacia el cielo para convocar a su Pegaso al cual monto rápidamente y salieron apresuradas del olimpo.
Zeus no podía creer que nos de sus hijas lo habían traicionado, en u ceguera por el poder, ordeno que asesinaran tanto a Atenea como Artemisa, y los encargados de dicha tarea eran nada más y nada menos que Ares y Apolo, ellos dos habían sido enviados en busca de sus hermanas y tenían la estricta orden de asesinarlas.
Por el momento la invasión al reino de Castrobia había sido pospuesta, Zeus se enfocaría en exterminar a todo aquel que lo traicionara, por lo cual se volvió más agresivo en contra de los demás, incluso llego amenazar de muerte a Hera, cuando esta le reclamo por lo que estaba haciendo con Melania.
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ETHERNIA WAR OF THE GODS
FantasyEthernia buscaría venganza en contra de los dioses por los actos atroces que cometieron en contra de su familia, siendo un niña presencio la muerte de todas las personas que consideraba su familia a manos del dios de la guerra Ares, un ser despiadad...