Capitulo VIII Hierro y Sangre

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Aturdida, apenas podía mantener los ojos abiertos, ni siquiera podía ponerse de pie. Ethernia había perdido y casi había muerto, podía ver a duras penas como Lara luchaba ferozmente contra Ares, era una verdadera batalla la que se estaba desarrollando frente a los ojos de Ethernia, ella jamás había mirado a Lara con tanta ira en sus ojos. Las cosas no pintaban nada bien, así que Ágata abrió un portal para huir. Sin embargo este fue destruido con una intensa llamarada proveniente del cielo.

_Carajo, Speculum. Exclamo Ágata.

Ágata había creado una ilusión para así poder abrir otro portal y poder escapar, no podrían con dos dioses a la vez, Apolo había llegado, este era un hombre joven, imberbe y guapo, que vestía una túnica griega dorada y un hermoso arco de oro y carcaj de flechas sobre sus hombros.

Apolo había sido enviado por Zeus, para que ayudar en la conquista del reino Vashyrios, por lo cual al acercarse pudo ver el enfrentamiento de Ares en contra de Atenea, y quedo muy decepcionado de su hermana, al perder en contra de Ares. Gracias a la ilusión que Ágata había creado pudo abrir otro portal en el cual entraron rápidamente Alba, Eliot, Ethernia y Ágata, lastimosamente fueron las únicas personas que habían logrado escapar. Artemisa trataba de ayudar a Atenea a ponerse de pie para escapar. Sin embargo, ya era muy tarde Apolo había roto la ilusión que Ágata había creado, por lo cual tomaron como prisioneras de guerra a Lara, Atenea y Artemisa. Habían sido encadenadas, de manos y pies, posteriormente llevadas a Olimpo donde fueron encerradas en los calabozos a esperar su juicio, en el fondo sabían cuál sería su destino a manos de Zeus.

_No creo poder, seguir. Mencionaba Atenea mientras presionaba su herida.

_Hermana, no digas eso. Respondía Artemisa mientras limpiaba sus ojos llorosos.

Las tenían encadenadas y encerradas en un lugar oscuro y húmedo, solo se escuchaban algunos gritos aterradores de todos los prisioneros que tenía Zeus, tanto elfos como centauros, que había capturado.

Lara estaba encerrada en otro calabozo donde la tenían encadenada en la pared, sujeta firmemente de sus manos y pies, los cuales sangraban por lo ajustados que estaban los grilletes. La tortura no terminaba allí para la bruja de fuego, Ares la visitaba todos los días y con un látigo la azotaba una y otra vez hasta hacer que su cuerpo sangrara, la golpea tanto que quedo totalmente desnuda frente al dios de la guerra, este no pudo resistir al ver a Lara tan vulnerable así que abrió los grilletes y esta callo directamente al piso sin mostrar reacción alguna. Esta situación le generaba placer al dios de la guerra, de solo mirar a Lara tirada en el suelo desnuda, con su cuerpo golpeado y sangrando, no pudo resistir más y comenzó a tocar su entre pierna por encima de su ropa y al mismo tiempo comenzó acariciar el cuerpo desnudo de Lara, Ares estaba tan excitado por lo que estaba haciendo que decido en quitarse su ropa y quedar totalmente desnudo enfrente de Lara. Mientras se masturbaba pateaba fuertemente el cuerpo inmóvil de Lara, solo se podían escuchar los fuertes gemidos de Ares mientras satisfacía sus más oscuros y perturbadores deseos.

Cuando termino de masturbarse este, comenzó a orinar sobre el cuerpo de Lara mientras se burlaba de ella de manera grotesca, posteriormente fue interrumpido por un guardia, por lo cual tuvo que retirarse del calabozo dejando a Lara en manos del guardia, este le volvió a colocar los grilletes que la sujetaban en la pared del calabozo.

_ En verdad lo siento, no puedo ni siquiera ver cómo es que te han hecho tanto daño. Recalcaba el guardia mientras abandonaba el calabozo.

El infierno apenas estaba comenzando, al menos para Lara, era el inicio. Al día siguiente Ares volvió al calabozo de Lara y volvió hacer lo mismo, esto se repetía día tras día, hasta que el cuarto día, decidió hacer algo distinto, mientras el cuerpo de Lara estaba inmóvil el en suelo frio y húmedo del calabozo, Ares desnudo se colocó sobre el cuerpo también desnudo de Lara y comenzó a penetrarla ferozmente una y otra vez, tal era la desesperación de Ares por lo que estaba haciendo que inconscientemente coloco sus grandes manos sobre los pechos de Lara y los apretaba fuerte mente, tanto era el dolor que estaba sintiendo el cuerpo de Lara que esta comenzó a derramar lágrimas sin mover ningún dedo.

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⏰ Última actualización: Oct 29, 2022 ⏰

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