VI. 𝔗𝔞𝔫𝔞𝔱𝔬𝔰

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Capítulo 6. Tanatos

❝Y recibió a la muerte como
si fuera una buena amiga...



















YA LLEVABA TIEMPO DESPUÉS DE SU ULTIMO  CASO RESUELTO y durante es entonces no había tenido tiempo de pensar en la Deathe Note ni de su misterioso pasado con ella, hasta ese momento. 

Lo recordaba mejor de lo que ella quisiera, recordar el momento de su muerte solo por salvarla a ella, su sonrisa antes de convertirse en algo que no era más que oxido y polvo, sus últimas palabras que desde que recuperó la memoria la atormentaban por las noches, el solo hecho de recordarlo le hacía querer llorar otra vez como hace años.

Su yo de ese entonces siempre juzgaba a las adolescentes hormonales que lloraban porque su entupido novio las había dejado, pero en ese momento las entendió completamente, entendió el sentimiento de dolor y durante un tiempo pensó en olvidar todo acerca de esa época, olvidar todo lo malo que hizo, olvidar todo lo que el tuvo que soportar con ella, pero sobre todo...olvidarlo a el, olvidar que por culpa de ella el se sacrifico para salvarla.

"Te amo...pero esta no eres tu, no eres la chica justicia de la que me enamore"

Si me preguntan "¿por qué dejaste de matar?" definitivamente respondería lo mismo sin dudarlo ni un instante.

—Ya han pasado algunos días desde que te enteraste...no pensé  que estuvieras tan mal —dijo una voz ronca frente a mi

La castaña, quien estaba sentada en el pasto y recargada en un árbol suspiró aún sin abrir sus ojos, tan sol disfrutado de la tranquilidad de aquella área verde.

Nice: —tomó aire por la boca— este era nuestro sitio favorito para ver aves, a el le gustaba ver sus colores 

Dijo ella ignorando el comentario antes dicho por aquella tenebrosa criatura.

— Lo se, fui su mejor amigo por siglos...no me puedes decir algo de él que yo no sepa 

La castaña sintió el pequeño viento que generó aquel ser cuando se sentó a un lado suyo y posteriormente sintió el ligero peso en su regazo por lo que con curiosidad abrió los ojos y observó sus piernas, donde se encontró con la libreta de cuero negro y letras blancas que constantemente la atormentaba.

— Lo lamentó, quería respetar tu decisión, que recuerdes nada de Ryuu pero sino tienes una Deathe Note no puedes recordar nada, son las reglas...pero si quieres volver a olvidar yo estoy dispuesto a ayudar —dijo con voz tranquila 

La castaña dejó de observar la libreta y dirigió la mirada hacia el Dios a su lado, fue en ese momento cuando pudo apreciarlo a detalle: tenía el cabello blanco, ligeramente despeinado y un mechón que tenía en medio de la cara que salía de su lado izquierdo, estaba ligeramente inclinado lo que lo hacía llegar al inicio de su otro ojo y cubría la mitad de su nariz, sus ojos rojos característicos de un Shingami, cejas blancas y medianas, piel extremadamente pálida, vestía de negro, tenía un collar de plata con el dije de una cruz colgando de su pecho y de sus muñecas colgaban cadenas que cuando caminaba estas sonaban y finalmente su Deathe Note colgada de su cintura con esas mismas cadenas.

Ajedrez «L Lawilet»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora