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La familia se encontraba en la oficina de Mikey, los niños estaban sentados en las sillas dándole la cara a su padre quien los veía de brazos cruzados esperando que ellos dijeran algo al respecto pero solo tenían la mirada agachada mientras sorbían su nariz para que los mocos no se le salieran, el albino soltó un suspiro, no sabia como decir aquello con delicadeza, normalmente dice las cosas directamente como son y no sin tantos rodeos pero hoy no se podía dar aquel lujo ya que se trataba de la estabilidad emocional de sus hijos, no quería que sus pequeños fueran un desastre como él, si tenia la oportunidad de salvarlos de ese infierno entonces lo haría a toda costa.
—Llame del número que ustedes marcaron.—el silencio continuaba.—¿Por qué mintieron?
—Porque pensamos que si te decíamos la verdad no querrías saber nada de nosotros.—Kai fue el que hablo primero.—.
—¿Y pensaban ocultármelo para siempre?
—Parecía que no te importaba mamá, asi que no pensamos que fuese necesario.—___ levantó la cabeza viendo a su padre.—.
Manjiro se recargo en su silla mirando al techo soltando un suspiro, no sabia si preguntar de forma tan directa sea buena idea, siguen siendo niños que carecen de una figura materna quien sabe por cuanto tiempo, a esos dos lo que les faltaba era unos padres, su madre ya no estaba con ellos pero él estaba ahí, no puede simplemente alejarlos como si fueran nada, porque son sus hijos y no tiene el corazón para hacerlo además de que todos en la mansión lo matarían si eso pasara.
—Mamá no esta muerta.—___ llamo la atención de los dos chicos.—.
—Hermana, la tía ya nos hablo de esto.
—¡No esta muerta!—se puso de pie con los ojos llenos de lagrimas.—¡Ella va a despertar! ¡Nos lo prometió!
—Esta en coma.—hablo Mikey entendiendo la situación.—.
Al decir esas palabras no solo que ___ volviera a llorar si no también Kai, ya habían pasado tres años desde que Dela había caído en coma y no se veía con la intención de despertar, la única razón por la que seguía conectada es por la necedad de los niños pues se aferraban a una falsa esperanza, el doctor les había dicho que lo más probable es que nunca despertara, todo gracias a un accidente que tuvo.
—¿Cuánto tiempo lleva así?
—T-tres años.—la fémina se limpio las lagrimas.—Pero ella me dijo que iba a desertar y volveríamos a ser una familia.
—Mamá dijo que te buscaría para que los cuatro estuviéramos todos juntos.—Kai seguía llorando.—.
—Sí ustedes creen que ella va a despertar entonces yo también.—se acerco a acariciar la cabeza de sus hijos.—Lo único que puedo hacer por ella es llevarla al mejor hospital del país.
Los infantes estaban aferrados a la ropa de su padre mirándolo con los ojos brillosos llenos de esperanza, su tía les había dicho que si su madre se encontrara en un mejor hospital las probabilidades de que despertara son altas, eso les daba felicidad, en algún momento volverían a tener una mamá.
