Larissa Jensen tiene una familia en la que solo les importa seguir con el linaje de sangre pura y marcar la diferencia entre los muggles y los mestizos.
Desde la muerte de su madre, Larissa solo tenía a su hermano mayor para darle afecto a parte de...
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Boggart
Después de unas horas de berrinche y llanto fingido, la señora Pomfrey atendió a Draco y antes de que saliera, pude oír como ella le decía que no exagerara tanto, no se iba a morir por el golpe de un hipogrifo.
—¿Cómo estás? —Le pregunto, éramos amigos después de todo.
—¿Preocupada por mí Larissa? —Sonríe como si fuera un triunfo—. Dejaste a tus otros amiguitos para venir a verme a la enfermería.
—Y ahora me arrepiento de hacerlo. —Me cruzo de brazos molesta, pero dejando de lado eso quería saber cómo estaba de todos modos—. Cree lo que quieras, no me importa, pero bien aquí porque quería ver a mi amigo de la infancia. Tanto show espero que haya sido falsa alarma.
—La señora Pomfrey dijo que pude haber el brazo —responde y yo solo aprieto los labios—. Es posible que no pueda hacer ni una tarea durante una semana.
—Así que está será una gran oportunidad para que te aproveches de aquellos que están dispuestos a besarte los pies. —Señalo con la mirada a los dos chicos guardaespaldas de Draco venir junto a Nott y Pansy—. Imagino que tu padre ya se debe haber enterado.
—Sí y ya está tomando cartas en el asunto, ese tonto de Hagrid tendrá lo que merece.
—Pero recuerda que también fue tu culpa. —Su mirada se tornó molesta—. Si no hubieras provocado al hipogrifo, tu brazo no hubiera terminado de esa forma. Estoy segura de que tu padre será capaz de despedirlo o algo peor.
—¿Te pones de su lado después de lo que me hizo? —Muestra su brazo vendado—. Mi padre se encargará del tonto de Hagrid y su mitad pollo.
—Siempre tu padre. —Niego—. Sé que si alguien se mete contigo harás lo que sea para que pague, pero aquí también hay alguien inocente —intento hacerlo razonar porque una vez que su padre logre convencer al consejo, Hagrid o el hipogrifo serán castigados—. Al menos lo intenté.
Dejo a Draco solo en la entrada de la enfermería y voy al gran comedor donde estaban Harry, Hermione y Ron, quienes al verme, dejaron de hacer sus deberes.
—¿Cómo está la reina del drama? —pregunta Ron.
—Como tú lo has dicho, es la reina del drama. No tiene ninguna herida, la señora Pomfrey lo vendó y creo que eso es más que suficiente, pero no para su padre. En estos momentos él debe estar planeando algo con el apoyo del Consejo. —Suspiro y no puedo evitar preocuparme por Hagrid y el hipogrifo que tampoco tenía la culpa.
—Al menos Hagrid sigue aquí.
—Sí Harry, pero como dijo Larissa, su padre está furioso, él no va a dejar esto así —dice Hermione.
—Intenté hacerle razonar de que piense bien sobre la decisión que tomará su padre, pero sabemos que a Draco no le agrada Hagrid, desde el primer año fue así.
