Larissa Jensen tiene una familia en la que solo les importa seguir con el linaje de sangre pura y marcar la diferencia entre los muggles y los mestizos.
Desde la muerte de su madre, Larissa solo tenía a su hermano mayor para darle afecto a parte de...
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Hogwarts
Ya en la noche llegamos al castillo de Hogwarts, todos los alumnos tenían puesto sus túnicas. Bajé junto a Hermione y Neville y nos acercamos a un hombre grande que decía que los de primer año debíamos agruparnos.
Miré de reojo a mi hermano quien me dio una sonrisa antes de subirse al carruaje con sus demás compañeros.
—¡Solo cuatro por bote!
Subí al bote junto a Hermione, Neville y una chica. Y mientras más nos acercábamos al castillo, podíamos ver lo asombroso que era.
Subimos las escaleras hasta encontrarnos con una profesora con sombrero puntiagudo. Según me contó mi hermano, ella era la profesora Minerva McGonagall, ella es alguien muy respetada, es fría cuando es necesario. Es una Gryffindor que valora la valentía y la lealtad.
—Bienvenidos a Hogwarts, el banquete dará inicio, pero antes tendrán que ubicarse en sus sitios según la casa en la que hayan sido seleccionados. Las cuatro casas son: Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin; todos ellos han sido creados por grandes magos. A lo largo de su estadía en Hogwarts sus victorias le otorgarán puntos a su casa y a final de año, la casa ganadora se llevará una copa. La ceremonia de selección tendrá lugar en unos minutos. Mientras tanto esperen —dijo la profesora y se fue por la puerta que había frente a nosotros.
—¡Trevor! —Neville encontró su sapo cerca del barandal de la escalera.
—Es un alivio que lo haya encontrado —le murmuro a Hermione.
—Así que es cierto lo que se decía en el tren, Harry Potter vino a Hogwarts —dice Draco haciendo que todo el alumnado comience a murmurar y mirar al chico de la cicatriz—. Estos son Crabbe y Goyle, yo soy Draco Malfoy. —Tal parece que el pelirrojo hizo algo para que Draco lo mirara molesto—. ¿Te parece que mi nombre es gracioso? No necesito preguntarte el tuyo. —Lo observa con desprecio—. Cabello pelirrojo y la túnica de segunda mano, debes ser un Weasley.
—¿Lo conoces? —me pregunta Hermione.
—Sí.
—Verás que hay familias de magos mejor que otras —dice mientras me miraba al igual que Harry voltea—. No te juntes con la gente equivocada —mira de nuevo a Ron, quien parecía estar triste por los comentarios de Draco—. Yo te puedo ayudar.
—Creo que sé quién está equivocado y puedo elegir por mí mismo gracias.
Había tensión, Harry acababa de rechazar la propuesta de un Malfoy, estoy segura de que su orgullo debe estar herido o quizás solo está enojado. Pero conozco a Draco desde hace algunos años y sé que no se quedará tranquilo por esto.
—A formar una hilera y seguidme —ordenó la profesora McGonagall.
Al pasar por la puerta, todos los alumnos que estaban en sus respectivas mesas nos miraban, busqué la mesa donde estaba mi hermano y al encontrarlo, alzó los pulgares dándome apoyo. Al fondo había una gran mesa en la que estaban los profesores, al frente de ellos había un taburete y encima un sombrero que la profesora colocó.
