Capítulo seis.

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- Jay despertó (gracias al estupido despertador) y se estiró en la cama, refregando sus ojos, observó todo alrededor. Ya no estaba en su departamento, esto estaba pasando.

Soltó un suspiro y se destapó, saliendo de la cama arrastrando los pies hasta el baño.

Hizo todas sus necesidades básicas, se bañó y cepilló sus dientes. No había dormido casi nada, solo cinco horas - que para él no habían sido nada.- pero todo sea por su buen y humilde corazón, no sería tan cruel para esperar que el castaño se encargará del desayuno de ellos y de YiRen, estando en el estado que lo había visto en la madrugada.

Así que haría su buena acción del día por esta vez.

Fue hacia la habitación de YiRen para despertarla, pero no la encontró ahí.

Hizo lo mismo en el cuarto del castaño y tampoco estaba..

¿A dónde se había metido HeeSeung y encima con YiRen? ¿Acaso en un estado de delirio raptó a Yiyi y se la llevó lejos de él? Okay, el pelinegro ya se encontraba pensando incoherencias mientras entraba en una especie de pánico.

Bajó corriendo las escaleras y vio que estaba sólo.

— ¿HeeSeung? ¿Yiyi? —gritó— ¡HEESEUNG! ¡YIYI!

La puerta principal se abrió dejando ver a la pequeña corriendo con una paleta y una bolsa tan grande como ella, arrastrándola por el suelo. Y por detrás suyo, el castaño lleno de bolsas.

El menor sintió su alma volver al cuerpo en cuanto el ojimiel le regaló una linda sonrisa.

—Buenos días, Jonggie. —saludó cordial.

— ¿En donde se habían metido? ¿Por qué no me avisaste que saldrías? ¿No te das cuenta que casi muero de un jodido infarto? ¡Eres un desconsiderado! —gritó haciendo que el castaño abriera los ojos sorprendido.

—Oye, bájale a tu moto, bebé. Primero, estuvimos de compras, segundo, si te avise. Deje un post-it al lado de tu cama, tercero, si fuera un desconsiderado no te hubiese traído un latte para ti con muffins de chocolate, que se qué te gustan. —respondió suave y bajito, a comparación del menor quien estaba a los gritos.

— ¿Pero no estabas enfermo? Anoche casi te mueres. —preguntó confundido.

—Gracias a tus cuidados hoy ya me desperté como nuevo, así que, en agradecimiento por lo de anoche, fui por tu desayuno preferido.

—Y-yo.. yo... —tragó saliva, no se esperaba para nada eso— Bueno... Es que.. o sea.. yo creí.. yo... Bueno.. debería... Debería decir..

—De nada, Jay. —sonrió, interrumpiendolo, sabía que era difícil para el pelinegro retractarse, y no tenía pensado en pelear hoy— Ven, vamos a desayunar.

— ¡Mila, tío, Jonggie! ¡Hee complo fubete nuevo para mí —dijo emocionada la pequeña justo cuando ambos entraron a la cocina. Le mostró una colección de pequeños unicornios en un estuche.

—Oh pero que hermoso, cielo, me encanta —sonrió enternecido el azabache— A tío HeeSeung le encanta malcriarte —dijo alargando las vocales.

—Ya para con eso, Jonggie.

—Deja de decirme "Jonggie", es tonto. —bufó, pero en su interior sabía que no era cierto. Que el castaño haya pensado en un apodo para él, le hacía sentir un agradable cosquilleo en el estómago.

—Pues te aguantas, no voy a dejar de llamarte así.

—Contigo no se puede.

—Pues, contigo menos, bebé. —le guiñó un ojo sacando su propio desayuno y el de la pequeña, para después cargar a YiRen y sentarla en su sillita.— Ten, nena, es un rico yogurt de vainilla, como a ti te gusta. —tomó el pote y hundió la cuchara en el, sacando una porción del producto y acercándolo a ella.— Ahí viene el avioncito —dijo con una estúpida voz infantil que hizo al pelinegro reír.

— Yummy, rico —habló la castañita, pasando la lengua por sus labios.— Más, más.

Y así se pasaron la mañana, Jay burlándose de la tonta voz que el ojimiel usaba y el otro solo riendo y negando, en verdad había comenzado un gran día, hasta el momento.

— ¿Tienes trabajo hoy? —preguntó el castaño, a un lado del pelinegro, apoyado sobre la mesada, mientras lo observaba lavar las tazas y los platos que habían usado la noche anterior.

—Uh... Estoy trabajando en un nuevo libro, y tengo algunas pinturas para entregar, así que supongo que estaré libre en la tarde ¿Tú?

—Bueno, tengo que ir hasta Londres en unos días, será un corto viaje, solo de unos pocos días, tal vez dos o tres.

— ¿Cuándo te irás? —preguntó interesado el oji avellana.

—Supongo que el miércoles.

—Faltan tres días para eso.

—Por eso quería hablarlo contigo, Jay. Sé que esto es importante y que ambos debemos estar aquí, pero no puedo dejar todo de un día para otro. —hizo una mueca, tratando de hablar lo más cuidadoso posible.

—Uhm... Supongo que puedo encargarme de YiRen esos días que tú no estarás, no será difícil, de cualquier manera, puedo recurrir a mamá. —encogió sus hombros.

—Joder, no me gusta la idea de dejarlos solos, pero es que no puedo faltar, es una reunión muy importante..

— HeeSeung —por fin el menor decidió cruzar miradas con el chico.— Como te he dicho, estaremos bien, de verdad.

— Jay tú aún no estás del todo...

—No importo yo, estaré bien para YiRen.

—También importas tú.

El pelinegro volvió a girarse, no queriendo enfrentar la mirada que HeeSeung estaba dándole, eso sólo lo hacía sentirse más nervioso.

—Como te he dicho..

—Olvida esto, Jay. No he dicho nada. —se paró rígido para luego irse.

— HeeSeung. ven aquí. —el menor intentó hacer que el chico se quedará y seguir discutiendo el tema, pero el otro solo ignoró su llamado.— ¡Por dios! —pasó una mano por su frente.

Él no quería quedarse con la culpa de que HeeSeung dejará todo solo porque aún no se sentía totalmente listo para afrontar esta situación solo. No quería parecer dependiente al muchacho.

Secó sus manos y se dirigió hacia donde el castaño había ido, encontrándose con una hermosa imagen, que hizo asomar una sonrisa en su rostro mientras se cruzaba de brazos.

El castaño se encontraba con la pequeña en su regazo, dejando que esta, aún sin saber cómo hacerlo, intentaba pasarle un labial por sus labios. La niña se había "maquillado" ella misma.

—Lidto, Hee, ahora los dos estamos hermosos. —dijo la niña, dejando a un lado su labial de brillitos.

— ¿Me veo lindo, bebé? —preguntó el castaño estirando un piquito. Al ver al pelinegro frente a ellos, éste se sonrojo por la pregunta.

—Te ves muy lindo, cariño. —respondió.

 —respondió

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𓏲  𝗕𝗮𝗷𝗼 𝗲𝗹 𝗺𝗶𝘀𝗺𝗼 𝘁𝗲𝗰𝗵𝗼. ! #𝗛𝗲𝗲𝗝𝗮𝘆.﹆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora