Capitulo 1

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Hoy, la vida sigue, como dice todo el mundo.

Hay que levantarse otra vez, ir a clase, volver a casa y pensar en tonterías como los exámenes, que están a la vuelta de la esquina. Solo nos queda «esperar, rezar y

confiar», y un montón de patrañas que no paran de contarnos.

la vida sigue, pero eso es mentira, porque Agnes puso el tiempo en pausa la noche que desapareció. Pasan los días y los meses, las estaciones y todas esas porquerías , pero nada

más. En realidad no pasa nada. Es como si lleváramos ocho semanas aguantando la respiración.

Hay una cosa que han dejado de decir: ya no repiten que

Volverá a casa cuando esté preparada. Y veo a Ashira, su hermana mayor, en el instituto, cabizbaja e impenetrable, como

si no quisiera que nadie se le acercara. Y a sus padres dando vueltas por el supermercado, mirando cosas sin verlas.

Sí, es verdad que de vez en cuando le daba por fugarse para que todos fueran detrás de ella, lo hacía porque durante un tiempo pensaba que esa clase de psicodramas la

ayudarían. Pero ya había pasado mucho de eso, y ya no era como antes. Ella no querría angustiar a sus padres así que Ash estaba siempre ansiosa, a la espera de malas noticias. Agnes

es complicada, pero quiere a su familia, y el sentimiento es recíproco. Es como una especie de faro que nos atrae a todos, como mariposillas embelesadas por las llamas. En su familia

sí que se preocupan los unos por los otros.

Agnes jamás les haría eso, y a nosotros tampoco. Pero nadie hace caso, ni la policía, ni tan siquiera su madre, porque es

más fácil pensar que Agnes es una ramera sin sentimientos.

Por eso, a veces me gustaría que encontraran su cadáver de una vez.

Así de estúpida soy. De vez en cuando desearía que

estuviera muerta solo para saberlo.

Pero nada. No lo han encontrado. Y la vida sigue.

Lo que significa que hoy le hacemos una prueba a un bajista para sustituir a Agnes .

Durante un tiempo, parecía que íbamos a separarnos. El resto de Imagine (Dylan, Rose y yo) quedamos un día para ensayar y empezamos a preguntarnos si no sería mejor dejarlo, y hasta coincidimos en que era lo que habría hecho ella. Pero luego nos quedamos los tres plantados, sin

movernos, sin recoger, y supimos sin que hiciera falta decirlo que no podíamos renunciar al grupo. Separarnos significaría dejar atrás lo mejor que teníamos en nuestras vidas, y sería

como olvidarla a ella para siempre.

Agnes fundó el grupo, o al menos fue la que lo transformó de una mierda de ejercicio de clase en algo real, importante incluso. Gracias a ella los demás encontramos una vocación, porque a ella se le daba genial tocar. Era una bajista estupenda, pero bastante buena: todo el mundo flipaba al oírla tocar. Además, sabía componer unas canciones alucinantes. A mí no se me da del todo mal, y cuando tocaba con ella sonábamos de cine, pero Agnes tiene algo, esa cualidad especial de coger un tema plomizo y gris y volverlo único y brillante. Antes de Imagine, no sabía que tuviera ese superpoder, pero ahora sí, porque se lo dijimos. Y cuanto más

se lo repetíamos, mejor tocaba. Cuando tienes un superpoder así, no tienes por qué huir...

El día que estuvimos a punto de separarnos, vino a la sala de ensayo el señor Smith, nuestro profe de música. Fue durante las vacaciones de verano, y prácticamente teníamos el instituto para nosotros gracias a él. Nos había dado permiso, y se pasó las vacaciones sentado leyendo el periódico mientras discutíamos y tocábamos. Pero esa vez entró y esperó a que dejáramos de hablar y lo mirásemos, y entonces me di cuenta de lo cambiado que estaba.

El alma negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora