Al llegar al departamento lo primero que hago es escribir en el buscador de internet el nombre del tipo que conocí en el ascensor, pero los resultados que me salen solo son algunas noticias antiguas como:
<< Ohm Pawat viajo a la temprana edad de 15 años para encaminarse en el mundo de los negocios internacionales. Actualmente, se encuentra culminando su segunda carrera en la universidad de Bangkok. >> y algunos artículos que mencionan el décimo sexto aniversario del convenio de las familias Pawat y Vachirawit.
Ahora sé por qué su rostro me resultaba tan familiar. Es un amigo de la infancia de Bright, lo que me hace preguntarme si tal vez por casualidad años atrás lo vi en la mansión. Tal vez si, después de todo, son como la uña y la mugre. En este caso, en mi humilde opinión, creo que la mugre seria Bright.
Lanzo un suspiro y cierro las ventanas del navegador, ha sido suficiente acoso por hoy. Ya sé que lo veré seguido en la universidad, oficina y... mansión. Ojalá no sea igual que Bright, de lo contrario terminaré tomando el doble de aspirinas para la migraña.
Vuelvo a agarrar mi tableta, pero esta vez deslizo el dedo al icono del correo. Debe ser una broma. Tantos mensajes por eliminar. ¡Qué estrés! Aún no entiendo por qué me siguen llegando mensajes de un usuario que bloquee semanas atrás. ¿Por qué siempre envía postales? Solo llena mi memoria. Tal vez alguien este hackeando mi cuenta, en fin lo resolveré después. Ahora tengo que alistarme para ir a la cena en conmemoración al convenio de las familias, si no quiero tener a mi madre al teléfono con sus amenazas.
.
.
— Llegaste. — dice mi madre con su tono de siempre, puedo notar como de reojo observa a la prensa que se encuentra a los alrededores, esperando el mejor momento para mostrarse como una madre afectiva y ser captada por los reflectores.
No ha cambiado en lo absoluto.
— Hola, madre. — digo, sonando seco y distante.
Mi madre ahora vuelve la mirada hacia donde me encuentro parado y menciona: — ¿Ese traje no es el mismo que usaste para el evento internacional?—cuestiona y con su dedo señala lo que traigo puesto.— ¿Por qué no estás usando lo que te envíe con el secretario Park? Lo escogí personalmente para que lo uses en esta ocasión. ¡Ahora veo que fue una total perdida de tiempo!
En mi mente solo puedo imaginar el gesto que se dibujaría en su rostro si le dijera que repetí el traje a propósito, si tan solo se diera cuenta de que no todo será como ella quiere. Desde que falleció mi padre, se ha encargado de decidir absolutamente todo por los dos, por mi futuro, es la respuesta que recibo cada vez que le cuestiono. Y me cueste o no admitirlo, eso es lo que separo a la pandilla, así como también fue el detonante para qué hace dos años tome la decisión de irme a Singapur.
Uno de los fotógrafos que se encontraba parado al frente de nosotros parece darse cuenta de la tensa situación y con su cámara enfoca hacia nuestra dirección. Mi madre inmediatamente esboza una sonrisa maternal en su rostro y menciona: — Ya tendremos tiempo de hablar sobre esto, querido. — acorta la distancia entre nosotros cuando ella simula darme un abrazo y antes de que se separe de mí, dice:— No arruinemos el momento que mi esposo ha estado esperando. — Y sin más aleja su cuerpo del mío, mientras regala una sonrisa al público espectador.
Tensión. Es lo que ahora estoy sintiendo. ¿Habrá sido una buena decisión regresar?
Una vez dentro del gran salón, observo como mi padrastro se acerca junto a un
Bright que no parece contento ante la presencia de mi madre.
Saludo a ambos con una venía. Bright solo hace un leve gesto y luego mira a mi madre con amargura.
ESTÁS LEYENDO
Querido Amigo
Teen FictionNanon, una vez conoció a un chico y tuvieron una conexión increible desde el primer día que hablaron. Años después se vuelven a encontrar pero las cosas han cambiado...