5. Cuando la ira habla

43 6 0
                                    

Bright

"Tenemos que hablar"

Aquellas tres palabras no dejaban de sonar en mi mente. El mensaje que Win me había mandado durante la cena me estaba inquietando a medida que los minutos pasaban. 

Nuestra relación había pasado de convertirse en solo laboral a algo más, una especie de amigos con beneficios, que terminará en el momento que uno de los dos encuentre a su persona indicada o en mi caso a la persona que me impongan. Pero ahora esta situación se está saliendo de control y soy incapaz de imaginar el día que deje de ver esa sonrisa ingenua cada vez que me observa pasar. Después de todo, él ha llenado el vacío que sentía desde la muerte de mi madre. Él siempre ha estado ahí para los momentos más difíciles. Incluso en mis peores momentos ha sabido aguantar y lidiar con mi carácter.

Mierda. ¿Qué está pasando conmigo? No quiero depender de nadie, pero siento que si Win se va ...... ¡Joder!

Se que no somos nada pero.... ¿Por qué me lo oculto? ¿Por qué no me dijo nada?

Suelto un suspiro al recordar las palabras que Ohm me dijo en la entrada de mi casa.

Arregla las cosas sin lastimar a Win.

Desde luego que iba a arreglar las cosas, pero no podía prometer lo segundo. Estaba demasiado enfurecido como para pensar en ser blando. Él no me debía explicaciones pero al menos debió darme la noticia antes que mi padre. Y eso era lo que más me molestaba.
Suelto un suspiro y poso mi mano en mi corbata, siento que me asfixia y presiona así que sin pensarlo dos veces, tiro de mi corbata negra y la lanzó a los asientos de atrás de mi auto y luego desabrochó el primer botón de mi camisa. Agarro mi celular, está apagado porque antes de salir de mi casa lo estampe furioso en una de las paredes. La pantalla está rota pero aún así sonrió al ver cómo este enciende, busco Google maps, tengo la dirección de Win registrada como favoritos. Pulso con mi dedo y activo el altavoz.

Suelto otro suspiro, antes de encender el motor del auto.

Solo hablaremos, es lo que me repito varias veces antes de comenzar a manejar.
.
.

 Tiempo atrás

— ¡No iré!— refunfuño y cruzo mis brazos a la altura de mi pecho. El hombre de mediana estatura que se encuentra parado delante mío, solo frunce el ceño y volteó la mirada hacia su izquierda para señalar mi auto estacionado detrás del suyo. — No puedes conseguir todo con chantajes, padre. — respondo, en un tono tieso. 

Él solo me ignora, voltea su cuerpo en dirección hacia su auto y cuando esta por subir, gira su cuerpo otra vez y dice: — Y si te atreves a llegar tarde no solo será el auto sino las tarjetas de crédito y…

— Está bien, acepto. — Digo casi de inmediato, no quiero imaginar que es lo que mi padre esta por decir, pero supongo que no es nada bueno. 

— Escúchame bien, Bright. — dice otra vez con ese tono que rara vez usa. — Se amable con todos. Eres la imagen de la empresa, no lo olvides. — menciona mi padre antes de subir a su auto, solo asiento y lo observó marcharse. 

Observó el cielo, será una larga noche. — Como quisiera que estés aquí….

.

.

Cuando llego al gran salón apenas son las 7:30. Puedo notar como está adornado con carteles que dan la bienvenida a los colaboradores del mes de abril. 

Querido AmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora