1. Estacionamiento

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Que odioso es mi hermanastro.

No quiero caer en el mismo circulo vicioso que todos en la universidad; el chisme. Es incomodo caminar por los pasillos y escuchar como murmuran: Que él y Win, mi compañero de cuarto tienen una relación.

Desde Enero asisto a la preparatoria más exclusiva de Bangkok y trabajo a medio tiempo en la compañía de mi padrastro. Soy el secretario sustituto del gerente. Agradecido con el puesto que me tocó, notese el sarcasmo, créditos al cavernícola de Bright.

Mi trabajo no es tan malo pero a menudo me siento explotado por el... secretario. Soy el hijo político del presidente de una de las principales empresas del país, debo verle el lado positivo a eso.

No, tampoco soy un interesado. Apenas llevo viviendo cuatro meses con la familia Vachirawit, lo suficiente para saber que el único que me quiere es el perro de mi hermanastro.

Estos dias el secretario me ha tratado bien, lo que me parece sospechoso, ya que siempre me ignora y solo me dirige la palabra para encargarme sus pendientes. Casi escupo mi café en la cara de Bright, cuando me anunció que pasaría a ser su secretario oficial. Debo estar de "suerte"

Cuando finalmente termino con todos los pendientes que mi "gran jefe" me asignado tener para el día siguiente con suma urgencia. Me levanto de mi asiento y estiro mis brazos. Hoy fue un día tedioso, necesito un baño, así que agarro mi maleta y sin mirar hacia ese bendito escritorio, camino rápidamente hacia la salida. La verdad quien sabe en donde este mi amado hermanastro, prefiero no pensar y solo irme a descansar.
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Faltan 20 minutos para la medianoche. Que buena hora para regresar a casa.

Maldición. Está lloviendo. ¡Perfecto! Lluvia de verano como dicen. Estoy afuera del edificio, pensando en si llamar un taxi o cruzar media calle para ir al parking de la empresa donde me espera mi amado Silver. Me doy por vencido cuando caigo en cuenta de que mi celular esta sin bateria y no pasa ningún taxi. A pasos veloces, cruzó la pista y entró al garaje, totalmente mojado. Suelto un suspiro y saco mis llaves de mi bolsillo del pantalón y pulso en el botón del mando, mi amado Silver pestañea sus luces inmediatamente dándome la bienvenida.

De manera inconsiente comienzo a pensar en algunas escenas de las peliculas de terror que suelen asustarme. Siento un pequeño cosquilleo que recorre toda mi piel, no soy miedoso pero estar en lugares cerrados y silenciosos no ayudan con mi paranoia.

Bien. Creo que debería calmarme y solo irme de una vez por todas. Ay, ya se me puso la piel de gallina.

Siento alivio, cuando ya estoy dentro de mi auto, me aseguro de que todas las puertas del coche esten con pestillo, abro mi maleta, saco una toalla blanca y me seco la cara. Es por la lluvia, no sudor de miedo. Seguramente me enfermaré.

Justo cuando estoy por meter las llaves en el contacto....¡Bam! ¡Mis llaves, maldición!

Tengo manos de mantequilla. Murmuro y sigo lamentando mi mala suerte, mientras busco a ciegas. No logro encontrar nada mas que algunas envolturas de .... ¿Cuándo fue la última vez que mande a lavar mi auto? Ahora que lo recuerdo, fue solo hace unos dias, me pregunto de donde salieron esos empaques. Sonrio aliviado, cuando por fin encuentro las llaves. Aunque hubiera sido mas fácil si prendía las luces desde el comienzo, lo sé. Y en el momento en que estoy por levantar mi cabeza, escucho unas risas avecinandose, alcanzo a mirar un poco de reojo mientras mantengo mi cabeza agachada.

¡Oh, Dios mío!

Entre susurros, miradas y risitas veo acercarse a mi hermanastro junto con Win. Parecen llevarse muy pero muy bien. Eso me pone de mal humor. Yo, siendo explotado hasta la madrugada y ellos andan de parranda.

Querido AmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora