# 7 - Trauma

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Abrió los ojos e intento moverse, pero estaba inmovilizado en lo que aparentaba ser una silla, con las piernas atadas y sus manos quietas con algo que parecían esposas detrás de su espalda, tenía los ojos cubiertos con una tela que no era para nada transparente.

—¿Q-qué ocurre?

—Oh, mira quién despertó—Dijo una voz femenina delante de él—¿Me recuerdas, amiguito?

—¡U-Umh!—Una bofetada fue depositada en su rostro.

—Mh ¿Qué sucede? ¿Te gustó?
¡Eres una maldita perra!—Le dió otro golpe pero está vez mucho más fuerte—Yo te dije que quería que nos encontramos, pero no sabía que sería así, es... es...¡PERFECTO! ¿Por qué no lo celebramos?

—Y-yo no se de lo que hablas—.Dijo confundido.

—¿Cómo que no lo sabes? Bueno, no me interesa, pero, una celebración como esta requiere de invitados—.Dijo mientras les daba paso a dos chicos.

—¿Nos recuerdas? Somos tus amigos, los que tanto te queríamos y cuidamos
¿Por qué te fuiste? ¿No nos extrañaste?

—¡A-ah!—Le pegaron un fuerte puñetazo en el estómago que tiró la silla hacia atrás—¡A-ayuda!—Comenzó a removerse intentando liberarse

—¿A quien le pides ayuda? ¿A tus amigos?—Soltó una risa—
Si ya estamos aquí, Wooyoungie, no pensé que había contratado a un bromista—. Dijo mientras recuperaba el aire—Trae el paño mojado—Le dijo al que tenía al lado.

—¡N-No! ¡Por favor! T-Te lo ruego...

—¿No? ¿Seguro que no? ¿Yo sé que esto te gustará Wooyoung?

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Todo seguía oscuro, pero estaba en una posición distinta, al sentir la textura del lugar se dió cuenta de que estaba en una cama, y el frío pegaba contra su piel

Estaba desnudo.

Al igual que antes estaba atado, pero está vez de las manos y pies con cadenas.

—N-no lo hagas—Sintió que estaban apunto de poner una mano en el lugar menos apropiado—P-por favor n-no...¡Ayuda!

Un portazo retumbó en todo el lugar.

—¿Quién eres tú?

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Un San cubierto salía a caminar a la calle, era una hora perfecta para salir, ya que no había personas en esos momentos, además salió para inspirarse en la letra de su nueva canción, lo que sí, tuvo que salir con un gran abrigo, que le cubría hasta las rodillas, eso lo mantenía bien abrigado.

Escucho ruido venir de la casa que estaba frente a él. Le pareció extraño, ya que ahí no vivía nadie, siempre estuvo abandonada.

Se quedó congelado al escuchar unas suplicas con una voz que le sonaba conocida...

—E-ese es ¡N-no puede ser!— Empezó a patear la puerta, que se abrió fácilmente y corrió hacia adentro

—¿Quién eres tú...? ¿No eres el de los ridículos broches de su bolso?

❝𝑨 𝑺𝒊𝒎𝒑𝒍𝒆 𝑳𝒐𝒗𝒆❞ SanwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora