Torpe

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Len había esperado impaciente la hora de la cena para poder contar todo lo que esos días le había pasado y desahogarse un poco de ello, pero con la novedad de que su padre había trabajado demasiado y de que su madre se encontraba igual o más cansada, las palabras no fueron algo que se dieron en el momento de la cena, haciendo que el rubio se frustrara, ya tenía contemplada la idea de contarle todo a sus padres pero no había contado con el hecho de que una conversación con ellos era más difícil que encontrar una aguja en un montón de paja, y no es que sus padres fueran malas personas, pero cuando estaban cansados, Len había entendido que era mejor guardar silencio, y vaya que a él le gustaba hablar. Cuando estaba apunto de retirarse de la cocina, el impulso de quedarse a acompañar a su madre terminó ganándole, sentándose en una de las sillas del comedor mientras veía a su madre lavar los platos que antes habían usado, la idea de ofrecerle su ayuda pasó por su cabeza, más no duró mucho y decidió seguir observando sin comentar nada.

-¿Qué quieres? Recuerdo perfectamente que ya te he dado tu mesada...- Len se encontraba algo nervioso, jugaba con sus dedos para intentar hacerse el loco, pero al oír aquellas palabras supo que quizás el silencio no era su mejor arma.

-No es dinero... solo quiero acompañarte ¿qué tiene de malo querer estar con mi mami?-

-Te miras extremadamente sospechoso y tú presencia me da mala espina, ¿porque no vas con tu papá?- a veces sentía que hablaba con una extraña más que con su mamá, pero así era la mujer y de todas maneras sabía que ella muy en el fondo lo quería por que era su niño pequeño y único hijo, o al menos eso quería pensar.

-Mamá, ¿cómo se conocieron tú y papá?- la mujer dio un suspiro, era raro que el chico preguntara ese tipo de cosas y aquello solo le hizo imaginar que era lo que le estaba pasando a su hijo. En grandes rasgos, como toda madre se habría preparado para un momento así, aunque llegó un punto en que aquella "esperanza" de ver a su hijo al menos con un amor platónico se había ido hacia mucho tiempo.

-Pues no lo recuerdo bien, pero si que es muy aburrido, éramos compañeros de clase, me empezó a gustar y creía que yo a él también, al ver que el hombre no daba el siguiente paso fui yo quien me declare primero, fue en uno de esos festivales que hacen para que gastemos dinero, como por estas fechas si no me equivoco...- ella había comenzado a recordar dejando su labor de lavar los platos de la cena, mientras contaba se dio cuenta de que Len ya se había levantado de la silla y había comenzado a caminar hacia su habitación, a veces pensaba que la enfermera se había equivocado de niño cuando le entregaron a su hijo, pero no tenía prueba alguna sobre ello, ademas de que el chico era una copia exacta de ella y su esposo.

-Gracias por la historia, ¡hasta mañana!- terminó por decir al darse cuenta que su madre se veía molesta, corrió apresurado hacia su habitación, por lo que ni siquiera se percató de que su padre se encontraba en la sala de estar escuchando la platica que habían tenido madre e hijo.

Mientras que  sus padres habían comenzado a hablar y a cuestionar su comportamiento, Len ya había llegado a su pieza, recostándose completamente en su cama entrando debajo de las sábanas mientras tomaba su móvil.

-Así que ella dio el primer pasó... ¿entonces no era una mala broma?- era demasiado despistado como para darse cuenta de los detalles o simplemente fingía no darse cuenta porque se avergonzaba fácilmente, de su rostro un rubor rojizo se asomaba, recordando a cierta chica que le había pedido hace algunos días ir juntos al festival de verano, el mismo que suponía era el del relato que su madre la había dicho pocos minutos antes.

Rin x Len ♥︎ One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora