Rin x Len ♥︎ One shots

Lover

—¡Len! ¡Despierta!— el agudo chillido acabó por despertarlo, levantándose con fuerza y sintiendo como se golpeaba contra alguien. —¡Ow! ¿¡Porque tienes que ser tan torpe!?— Levantó su mirada para encontrarse con una adolorida Rin, quien sobaba su nariz mientras hacía pucheros, su cabeza aún dolía pero acabó distrayéndose en las amenazantes lágrimas de sus hermosos ojos azules.

—L-Lo siento, pero fue tu culpa... tú me despertaste primero. ¡Te dije que fueras más cuidadosa!— Regañó, Rin sólo puede atinar a darle un pequeño golpe en su frente, completamente inofensivo. —Es porque te estuve llamando y no despertabas. Tenemos que irnos... ¡dijiste que me acompañarías al cerezo!

En ese momento recordó porque se había dormido en primer lugar.

Rin Shimoda era su mejor amiga, prácticamente desde que se habían conocido por accidente en una convención donde ambos buscaban que su cantante favorito firmase el album más reciente que había sacado. Después se dieron cuenta de que iban al mismo colegio, en clases diferentes, pero ambos cursaban el mismo grado. Desde que la conoció algo en ella había llamado su atención, quizás sus repentinos cambios de humor que le daban un toque "tsundere", como él solía llamarle, o que su cabello fuese de un rubio muy similar. Aunque llegaba a pensar que se trataba simplemente porque ambos tenían el mismo cantante favorito. Simplemente Rin le había agradado, no había que darle demasiadas vueltas.

En tres años de amistad Len también se había dado cuenta de que no era el único que pensaba que Rin era bonita, pues durante periodos específicos, varios chicos se le declaraban, más ninguno salía victorioso, pues la joven rubia siempre los rechazaba. Esto a Len le daba curiosidad, y siempre terminaba preguntándose porque ella lo hacía, más cuando indagaba sobre el tema, Rin solía no prestarle demasiada atención. Aquel día de primavera era como uno de aquellos, alguien le había dejado un recado para verse en una colina cercana a los límites de la escuela, donde adornaba el famoso y típico cerezo donde solían declarar sus sentimientos en primavera.

Ese día era uno de esos de días de primavera, y Len no entendía porque Rin insistía en que lo acompañase. Al final su plan de dormirse en la última clase y fingir demencia no había funcionado, pues Rin solía ser más insistente de lo que llegó a premeditar.

—Len... quita esa cara, si no querías acompañarme pudiste quedarte...

—¡Ahora me vienes con eso!

Ante su reclamo Rin solo se echó a reír, para Len fue imposible no contagiarse con su risa, incluso si sabía que ella solo estaba jugando con él. No podría enfadarse... él se había ofrecido la primera vez que Rin se lo había pedido, así que aceptaba que había firmado un contrato de muerte para volverse su acompañante de por vida. Cuando finalmente llegaron al lugar indicado, Len decidió sentarse en el pasto, levantando su pulgar para darle una señal de aprobación a Rin, quien notó que aquel chico ya la estaba esperando en la cima. Una vez Rin subió a la colina él solo pudo mirarla desde abajo. Siempre era así... ella siempre estaría por encima de él, y no es que lo odiase, entendía el porqué... a diferencia de Rin, él se sentía completamente común... e incluso algo aburrido. Aun así, algo dentro suyo no podía evitar sentir incomodidad ante la idea de no ser aquel que declaraba sus sentimientos con tanto esfuerzo bajo aquel cerezo.

Decidió recostarse, extendiendo sus manos y piernas en el césped mientras pensaba en todos los momentos que había compartido con ella. Era demasiado... como para arruinarlo para siempre, lo que menos quería era que Rin decidiera alejarse de él. Estaba tan enamorado de Rin... que le seguía pareciendo asombroso. Quizás si no fuese tan cobarde, ¿pero que podía hacer? Si le declaraba sus sentimientos muy probablemente ella lo tomaría como una broma, se echaría a reír... y lo rechazaría, de alguna u otra forma. Lo sabía, y aún así no podía dejar de enamorarse de ella.

Regresó a la realidad cuando notó una presencia a lado suyo, Rin se había recostado, en completo silencio. Siempre solía pasar eso cuando ella rechazaba a alguien. Nadie decía nada... hasta que él lo hacía, pero en ese momento solo guardó silencio, suponiendo que a ella no le molestaría.

—¿Y que te dijo?

—Lo mismo de siempre...

Suspiró, por un instante se sintió como en un deja vu, decidió entonces girar su cabeza, encontrándose con que ella estaba mirándolo fijamente. Incluso era algo... aterrador. ¿Que estaría pensando ella al verlo así? ¿Cuanto tiempo llevaba haciéndolo? Incluso si le gustaba la forma en la que sus miradas se unían... regresó su vista al cielo.

—Yuuma es un buen chico... creí que esta vez lo aceptarías, te escuché hablando de eso con Miku.

—Meh, dijo lo mismo que todos... no es, tan interesante como dicen.

Hizo su mayor esfuerzo por no volver a girarse, pero sabía que ella aún no dejaba de verlo, pues podía sentir su penetrante mirada... como si estuviese tratando de descubrir algo. —Rin, siempre hablas sobre cosas de amor... ¿porqué continúas rechazándolos? Es decir, uhm, nunca podrías experimentar algo como de lo que hablas si tú no lo intentas...

—Es porque ya lo siento, Len. Esos chicos no me hacen... no me inspiran ese amor del que tanto hablo.— No pudo evitar sorprenderse ante sus palabras, era la primera vez que ella le respondía. ¿Significaba que ella ya estaba enamorada? ¿Cómo podía ser eso posible? No pudo evitar sentir cierta molestia en su pecho.

—¿Cómo se supone que debe sentirse el amor?

—Bueno... es difícil de explicar, pero cuando lo sientes, es porque... es amor, y ya. ¿No es más fácil así? si lo piensas demasiado... quizás solo tengas una visión errónea o idealizada del amor.— Su respuesta le dió un ligero escalofrío. Él lo sabía, él lo sentía... sentía amor cuando se trataba de Rin.

—¿Es por eso que sigues rechazando chicos?— No pudo evitar murmurar, ella lo había escuchado y se había dado cuenta en cuanto la escuchó reír. Su hermosa risa... incluso si sabía que solo se estaba burlando de él.

—Mm... no, es porque... esos chicos no son Len.— finalmente cedió, girándose a verla, incluso podría jurar que estaba mucho más cerca.

Viéndola con aquella hermosa sonrisa... sus bellos ojos azules deslumbrando un brillo inexplicable. Rin siempre... lograba burlarse de él. Y acabó riendo junto a ella.