A-Ying Vive Solo (en progreso)

Episodio 2

Resumen:

"A-Zhan, A-Huan. ¿Cómo se sentirían si invitara a un amigo para que juegue con ustedes?"

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Una sandía, un dibujo animado y un nuevo amigo.

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TW/CW:
Referencia a enfermedad y hospitalización

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La tienda está llena de gente mientras Lan Qiren se encuentra en el pasillo de los aperitivos, mirando una serie de alimentos envasados de colores brillantes y tratando de hacer una selección. No le gusta admitirlo, es vergonzoso estar abatido por una tarea tan simple como elegir golosinas, pero debe admitir que está fuera de su capacidad.

Frunce el ceño y elige un paquete verde con un personaje de dibujos animados de gran cabeza que sonríe amenazadoramente desde el frente. ¿Es este el tipo de cosas que les gustan a los niños? ¿Les gustará esto a los niños?

"¡Esa grande de ahí, da-ge! No, a la... ¿izquierda? Ah, no, ¡al otro lado!"

Lan Qiren se vuelve hacia la voz familiar y brillante para ver a Nie Mingjue ayudando a A-Ying a elegir una sandía de la parte superior de una gran pila, con una mirada divertida mientras saca el melón más grande y se lo pasa a A-Ying, que se tambalea bajo el peso.

"¿Estás seguro?", le pregunta mientras A-Ying la rodea con sus brazos; es demasiado ancha para que sus manos se junten.

"¡Sí! ¡Gracias, da-ge!"

Lan Qiren empieza a acercarse, con la idea de ayudar de alguna manera, cuando se fija en el blusón que lleva Nie Mingjue, con el logotipo de la tienda impreso en la esquina superior derecha. No se había dado cuenta de que el chico trabajaba aquí. ¿No debería estar en clases?

Lan Qiren sacude la cabeza y se dirige de nuevo a la pared de aperitivos, seleccionando unos cuantos paquetes de forma algo desordenada y añadiéndolos a su cesta.

Es un día soleado, con un cielo azul brillante salpicado por un puñado de nubes blancas e hinchadas que se mueven perezosamente por encima, con sombras escasas pero refrescantes. Lan Qiren espera fuera de la tienda, con las bolsas de alimentos en la mano, con las axilas sudando un poco en su camisa y su chaleco ligeramente arrugado.

A-Ying lo sigue unos minutos, arrastrando su mochila por el suelo, demasiado pesada, al parecer, para cargarla adecuadamente.

"¡Shushu! ¡Hola!", dice al ver a Lan Qiren, pasándose el dorso de su pequeña mano por la frente, en un gesto que parece demasiado antiguo para un niño tan pequeño.

"No deberías arrastrar tu mochila", le reprende Lan Qiren. "Debes cuidar mejor tus cosas".

La sonrisa de A-Ying disminuye y hace un valiente esfuerzo por levantar la mochila del suelo.

No lo consigue.

"Lo siento, shushu", se disculpa, su voz se tambalea. "A-Ying no puede".

Un fragmento de culpa atraviesa el pecho de Lan Qiren. Rápidamente, se agacha y le quita la bolsa a A-Ying, echándose la correa demasiado pequeña al hombro. "No te sobreestimes en el futuro".

A-Ying asiente con una sonrisa. Lan Qiren desearía, por un momento, saber ser más amable, ser más blando con él. Se da cuenta de que A-Ying no es como A-Huan o A-Zhan. A pesar de su independencia y alegría, su sonrisa es como un dibujo de papel: fácil de desdoblar cuando se arruga, pero las arrugas permanecen.

Sin duda, cuando regresan juntos al complejo de apartamentos, A-Ying no tarda en volver a sonreír. Comenta todo lo que ve, manteniendo una constante charla mientras Lan Qiren camina en silencio, sin animar ni desanimar la frivolidad.