Temporada 2: Episodio 1

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Resumen:

"¡Encantado de conocerte, Wen-jiejie!"

"¿Así que Jiejie? Pequeño encantador, no aceptaré nada de eso. Es a-yi para ti. O... no, en realidad. ¿Por qué no me llamas Popo?"

El chico asiente enérgicamente con sus manos juntas frente a él. "De acuerdo, ¡Popo!"

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¡Un nuevo vecino!

¡A-Ying conoce a los Wen!

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Notas de la autora:

¡Estamos de vuelta! ¡Bienvenido a la temporada 2 de A-Ying Vive Solo!
Espero que disfruten este capítulo y esta nueva temporada. ¡Hay mucho reservado para toda la pandilla!

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"¡A-Ning! ¡A-Qing! ¡Rápido o no tendrán tiempo de comer!"

"¡Ya vamos, Popo!" A-Qing responde mientras Wen Shiya asoma la cabeza en la habitación para ver cómo están. A-Qing está ocupada ayudando a A-Ning con su corbata, y la suya propia anudada bajo su cuello primorosamente planchado.

Wen Shiya los deja solos y vuelve a la cocina para repartir douhua en tres cuencos distintos, teniendo cuidado de añadir un poco más de azúcar al suyo y al de A-Ning—A-Qing prefiere el suyo casi natural, ya que no le gusta lo dulce.

El par sale de la habitación de A-Ning unos minutos más tarde, presentándose para su inspección. Wen Shiya hace un pequeño espectáculo haciendo que giren para ella, frotándose el mentón mientras modelan sus flamantes uniformes. Esos uniformes le costaron a Wen Shiya casi un verano entero de trabajo extra, así que cree que se merece la oportunidad de admirarlos mientras todavía están nuevos y sin manchas. Por muy cuidadosos que sean los niños, siguen siendo niños; es cuestión de tiempo que empiecen a aparecer las manchas.

"Muy bien, lo apruebo", declara Wen Shiya después de hacer que A-Ning dé una tercera vuelta mientras A-Qing esconde su sonrisa tras la mano. "Si das más vueltas, estarás demasiado mareado para comer".

El desayuno es algo apresurado. La noche anterior estuvieron despiertos hasta tarde, todos demasiado ansiosos por el día siguiente como para dormir bien. Wen Shiya escuchó a A-Ning desde su cama cuando entró a la habitación de A-Qing en puntas de pie poco antes de la medianoche, así como la conversación susurrada que siguió hasta altas horas de la madrugada. No se atrevió a despertarlos cuando el despertador sonó a las seis de la mañana y los encontró acurrucados bajo las mantas de la cama de A-Qing.

Con el tiempo, tendrá que poner fin a eso; tendrá que ser más estricta con ellos. Pero todavía no. No cuando las heridas están todavía tan frescas, la pérdida sigue siendo sangrante y cruda. Y especialmente no hoy, cuando la perspectiva de una nueva escuela, llena de extraños, se vislumbra oscura y desconocida ante ellos.

"¿Tienen sus mochilas? ¿La merienda?"

"Sí, Popo", responden al unísono.

"Bien. ¿Y saben a dónde van?"

"Cuatro cuadras al norte, una cuadra al oeste", recita puntualmente A-Qing.

"¿Y en qué dirección está el norte?"

Ella señala, y Wen Shiya asiente con aprobación. "Muy bien. Hoy cuento con ustedes dos. Compórtense y cuídense mutuamente".

A-Qing toma la mano de A-Ning entre las suyas y salen juntos por la puerta a la escuela.

Wen Shiya los observa y se asoma a través de las persianas tras ellos, tratando de acallar el pequeño silbido de ansiedad que siente en su interior. Wen Qing, se recuerda a sí misma, es una chica responsable, con una buena cabeza sobre los hombros, y A-Ning está lejos de ser problemático. No es tan extraño que una niña de la edad de A-Qing vaya a pie a la escuela, y para empezar no está muy lejos.

A-Ying Vive Solo (en progreso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora