Por entre medio de aquellos cerros que majestuosos sobresalían por sobre el horizonte depuntaba el alba fulgurante, y con ello un nuevo día principiaba en la ciudad fortaleza que de manera desafiante se erguía bajo sus pies. El sol de la mañana se colaba por las ventanas del departamento de la primera elegida, y las tenues y ya más que gastadas cortinas no pudieron evitar que la luz del sol le diera de lleno en toda su cara, provocando que ella despertara.
Como solía ser típico en ella, se levantó y sin demora acudió al baño para lavar su cara, ello a fin de poder despertarse y, de paso, ver si podía borrar las lagañas, así como los surcos de secas lagrimas que estaban por sus mejillas. Luego fue a la cocina y, de la misma manera en que lo hacía todas las mañanas, extrajo del refrigerador una caja abierta de leche, la cual terminó de vaciar sin calentar en un vaso mediano. Acompañando este humilde desayuno con una barra alimenticia proteínica y la ingesta de un cóctel de pastillas cuidadosamente predeterminado según indicaciones clínicas, el cual procedió a ingerir como siempre lo había hecho todas las mañanas desde hacía ya largo tiempo atrás. Sin embargo y luego de haber tomado ya unas cinco pastillas, reparo en que en esta oportunidad tendría que tomar un medicamento adicional que le había sido entregado el día anterior.
Ante esto, Rei Ayanami observó aquel frasco con detenimiento durante algunos momentos, era este un frasco plástico de color blanco que no tenía más indicaciones que el complejo nombre del medicamento y una somera indicación de sus componentes, así como la indicación que debía tomarlo todos los días por las mañanas después del desayuno.
"¿Por qué debía tomar tantas pastillas?". Se cuestionaría ella inesperadamente en silencio luego de haber abierto aquel frasco. Ello debido a que no se sentía físicamente enferma y, por lo que había escuchado del último control médico, ella se encontraba bien de salud. Incluso, para alguien como ella, el tomar tantas pastillas ya le estaba comenzando a resultar demasiado molesto y desagradable, sobre todo si ignoraba las razones del porque debía ingerirlas. Algo que nunca había cuestionado hasta ese momento. Por eso, fue que sorpresivamente ella opto por no ingerir esa última medicación; con todo lo que tomaba sentía que ya era más que suficiente. Además, algo en ella le hacía intuir que esa nueva prescripción debía ser para aplacar el dolor que ella tenía desde el día anterior; uno que provenía desde lo más profundo del alma; de esos que, muy en el fondo, ella intuía que no podían ser curados en base a medicación. De ahí que decidiera cerrar aquel frasco abierto para luego dejarlo de mala manera a un lado de aquella desordenada mesa plegable.
Luego de terminar de desayunar, Rei termino de vestirse para marchar hacia la escuela. Por muy dolorosos que hubieran sido para ella los acontecimientos del día anterior, había que proseguir con esa monotemática rutina que resultaba para ella eso que llamaban la "vida cotidiana". Aunque por primera vez en su vida ella se sintiera extrañamente incomoda con toda esta situación.
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La escuela. Un lugar donde se supone van los jóvenes a estudiar y a aprender los conocimientos que deben de serles útiles para su vida futura de adultos y así puedan llegar a ser miembros de provecho tanto para si mismos como para el resto de la sociedad. Además de ser un lugar donde los jóvenes podrían aprender a socializar, a compartir y a relacionarse con las demás personas de su edad. Pero para alguien como Rei Ayanami, la escuela no parecía tratarse más que una especie de extraño convencionalismo ritual que a pesar de todo este tiempo transcurrido todavía no lograba comprender. Las materias que le eran impartidas podía entenderlas prácticamente a la perfección sin necesidad apenas de estudiarlas; aún más, muchas de esas materias las podía haber estudiado por su cuenta. Además, sentía que podía prescindir de dichas materias, después de todo, lo que aprendía en la escuela parecía no servirle de mucho en su vida diaria. Después de todo, ella no veía para sí un futuro más allá del Evangelion.
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Dos Caras Tiene la Luna
FanficRei Ayanami y Asuka Langley Soryu. Parecen tan distintas. Pero ¿realmente lo son? Puede que ellas tengan mucho mas en común de lo que podría parecer o... aceptar.