Inu no Taishō

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Pasamos dos días mas junto con las tribus, antes de partir de regreso a nuestra aldea. Estos días habían sido de pura celebración, ya era hora de volver a nuestra rutina.

- Espero verlos muy pronto! - Ayame se despidió de cada uno con un efusivo abrazo - Recuerden que tienen que venir a conocer al bebe.

- Todo saldrá excelente, no te preocupes Ayame. Vendremos a conocer a nuestro sobrino - Me reí - No es así Inuyasha?

Inuyasha y Koga pusieron cara de repulsión ante mi comentario.

- Querida Aome, no quiero ser grosero pero, por favor no emparientes a mi hijo con ese perro.

- Ja! - fue lo único que Inuyasha se limito a decir.

- Cuidense mucho!

Todos agitamos nuestras manos en el aire y nos despedimos de Ayame, Koga y los muchachos de las tribus.

Habían pasado unas tres hora de camino cuando decidimos parar a tomar un pequeño descanso.

- Inuyasha te encuentras bien? - No pude reprimir mi curiosidad. Se la había pasado todo el viaje muy callado y con la mirada perdida.

- Si, no es nada Aome.

Pues a mi me parecía otra cosa..

- Te preocupa lo que mencionó Ruukosetsu acerca de ti y tu madre no es así?

Definitivamente había dado en el blanco. Llame su atención tan pronto termine mi pregunta.

- Ahora que lo menciona señorita Aome, tiene usted razón. Dinos Inuyasha no te da curiosidad saber que pasó aquella noche?

- No digas tonterías Miroku, eso ya pasó.

Decidimos abandonar el tema, era muy terco y en ese estado no podríamos sonsacarle nada, ademas, no quería presionarlo, hablar de su madre no le gustaba.

Escuchamos a kirara quejarse mientras se rascaba mucho en la parte superior de su espalda. Una pequeña figura salió de su cuerpo y salto directo hacia el rostro de Inuyasha. Sin pensárselo dos veces, Inuyasha se golpeo la nariz para deshacerse de aquel insecto.

- Vaya, miren quien apareció - Inuyasha sostenía en alto su palma izquierda, para que todos pudiésemos verlo - Viejo cobarde!!

- Amo Inuyasha no sea malo, tenia unos asuntos pendientes..

- Mentiroso, siempre huyes cuando la situación se vuelve peligrosa.

- Shippo tiene razón, dime viejo Myoga que haces aquí ah? Pulga cobarde - Inuyasha lo apretujaba una y otra vez con sus dedos pulgar e indice.

- Amo por favor! Que me despeina! - La pulga Myoga logró safarse de las manos de Inuyasha - Tengo que decirle que su padre estaría muy orgulloso, por haber sido victorioso en una batalla con Ruukosetsu.

- Anciano Myoga, usted sabe algo acerca de lo ocurrido entre ese demonio y el padre de Inuyasha?

Inuyasha le lanzó una mirada asesina al monje Miroku, definitivamente esto no lo dejaría así.

- Por supuesto, yo personalmente acompañe al amo Inu no Taisho a todas sus batallas, sin embargo, el objetivo de esta era mantener a la princesa Izayoi y al amo Inuyasha a salvo.

Myoga consiguió la atención de Inuyasha con esas palabras.

- A que te refieres?

- Lo siento amo, pero no tengo permitido contarle esas cosas, podría confundir a su pequeña cabecita.

Amor a traves del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora