Capítulo 7

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Me desperté antes de lo normal, con un dolor de cabeza insoportable. Mi cabeza daba vueltas como un ventilador a toda velocidad, ni siquiera podía pensar con claridad. Bajé para verificar que mi familia todavía no se había levantado, el silencio era sepulcral; la oscuridad que envolvía la sala era escalofriante. Di unos cuantos pasos silenciosos, no estaba acostumbrada a ver la cocina tan poco llena de vida. Sentía que alguien me acechaba pero sabía que era imposible y supuse que eran alucinaciones mías. Aunque eso no evitaba que sintiera algo de miedo, por lo general no me asusto fácilmente, sin embargo, en ese momento era diferente, es como si fuera algo a lo que no pudiera enfrentarme ni pudiera defenderme de ello. Encendí todas las luces de la sala para sentirme segura, en eso pude ver la hora. ¡LAS CINCO Y MEDIA DE LA MAÑANA!

Nadie se levantaría hasta dentro de una hora. Últimamente me despierto muy temprano, debe ser que este tema de ir a Florida no me deja dormir. Pensar que dejaré a mis amigos aquí, dejar todos los buenos momentos que pasamos juntos...Recuerdos, era lo único que me quedaban y estaba dispuesta a aferrarme con uña y carne a ellos, no los dejaría realmente si los mantenía cerca de mi corazón. Los recordaría con cariño, en este momento estaba arrepintiéndome de todas las peleas que hemos tenido, las borraría de mi memoria, sin duda, a todas y cada una de ellas, por muy fuertes que fueran.

Subía a buscar mi celular junto con mis auriculares, la música calmaría todo, como siempre. Muchas veces he sentido que encuentro mayor consuelo en una canción que en una persona, como si el cantante transmitiera todos esos sentimientos escondidos dentro de su alma. Las palabras que nunca pudieron ser dichas y se quedaron atoradas dentro de su ser, creando un nudo en su garganta. Tal vez esa es su forma de desahogarse sin ser juzgado.

El ruido de pasos me sacó de mi ensoñación, cuando asomé mis ojos vi a mi padre caminando sigilosamente. Me arranqué los auriculares de un solo tirón, apagué el aparato y seguí con la mirada cada uno de sus movimientos ¿Qué está haciendo despierto a esta hora? ¿Tendría problemas para dormir al igual que yo? Dejé de tratar de llegar a una solución, no quería adelantarme a sacar conclusiones que después fueran pura imaginación mía. Sus ágiles manos se desplazaron hacia el armario del living, donde teníamos puras estatuillas de arcilla. Abrió un cajón, que no recuerdo haber visto antes, del cual extrajo una pequeña llave con un símbolo raro inscripto en ella. No era como cualquier llave, era más oscura, grande y, por como la tomaba, delicada. Cuando comenzó a girar su rostro hacia mi dirección, me escondí atrás del sillón. Recé para que no me haya visto. Volví a asomar la cabeza, estaba demasiado ocupado como para prestarme atención. No lograba ver demasiado pero suponía que estaba abriendo una puerta escondida detrás del armario de las estatuillas ¿Una puerta secreta? ¿Qué es esto? ¿Una película? Lo último que vi fue a mi padre cruzar la puerta, así sin más.

Si antes tenía un dolor de cabeza, ahora eran explosiones contra las paredes de mi mente. Estaba más que segura que necesitaría digerirlo. Mañana. A la mañana.

Mi. Padre. Nos. Ocultó. Una. Puerta. En. Nuestra. Propia. Casa.

Nos ocultó.

Traición.

Al abrir pesadamente los párpados divisé a mi hermano zarandeándome de un lado a otro, mientras que Finn me arrojaba almohadones en la cara.

-Sí que tienes el sueño pesado bella durmiente- dijeron ambos al unísono.

-Mmmm-gruñí.

-¡ARRIBAAAAA!-gritó Jack

-saben cómo me molestan los ruidos fuertes en la mañana par de idiotas.

-¿Por qué piensas que lo hacemos?

-Tienes los mejores hermanos del mundo-la sonrisa burlona de Finn no me gustaba nada.

¿Y AHORA QUÉ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora