Nro. de palabras: 1349
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James Hogan era un chico dulce con una personalidad amable y encantadora. El joven pecoso se encontraba muy contento ya que hoy era su cumpleaños y estaba esperando a su mejor amiga.
Amelie Williams.
Para el Amelie era todo, ya que está era su primera amiga desde niños y su primer gran amor.
El joven chico encontraba un poco ansioso ya que cada año Amelie a primera hora estaba en su casa formando escándalo felicitando al cumpleañero, cada año hacia algo diferente para el. Cuando este cumplió 8 ella fue y lleno su cuarto de confeti, cuando cumplió 12 le llevó una serenata tocada con violín por ella misma, le entusiasmaba imaginar que haría este año para sus 16.
Pero eran las diez de la mañana y no sabía nada de Amelie, talvez esa chica estaba planeando una locura y se había tardado por eso.
Sus padres como cada año le estaban planificando una fiesta al chico, James le emocionaba la idea de que todos sus amigos estuvieran con el festejando, pero le preocupaba la ausencia de Amelie en todo el día.
Susan la mamá de James se le hacía raro que la energética chica no haya llegado como un torbellino como usualmente lo hacía. Está era muy querida en la casa del chico, ya que los papás de este y los de la chica eran muy amigos desde que sus hijos se conocieron en el kinder haciéndose mejores amigos.
Susan: Oye - llamo la atención del chico- ¿No sabes nada de Amelie?
El chico hizo una mueca de desanimo mientras negaba. Era raro que todavía no diera señales de vida, cosa que Susan se le hizo raro.
Susan: ¿ya la llamaste?
James: si, pero no contesta, y le pregunté a sus papás temprano y me dijeron que fue al centro comercial- dijo a su madre.
Susan: Probablemente esté planeando algo- animó la mujer a su hijo con una sonrisa.
James subió su ánimo, su mamá tenía razón Amelie era impredecible nadie podía descifrar su forma de pensar y eso le encantaba de ella.
Era ya de noche había mucha comida, un gran pastel, música y gente bailando y hablando. Muchos felicitaban al chico por su cumpleaños el muy feliz los recibía. Pero aún le preocupaba algo. Amelie todavía no aparecía, cosa qué preocupo al chico, a tal grado que no pudo disfrutar de su fiesta completamente.
A la hora del pastel su único deseo el cual siempre había sido el mismo, que Amelie estuviera siempre con el, lo cambio por qué Amelie apareciera y lo felicitara como todos los años.
La fiesta había terminado estaba afuera de su casa triste porque ella nunca llegó cuando su mamá se le acerco con una caja de regalo. Cuando vio la tarjeta, pudo ver que era una regalo de Amelie, un regalo de ella.
Se apresuró y la abrió cuando vió se emocionó era un cómics que había visto con Amelie en un tienda y quería comprar. Pero cuando fue se habían acabado.
De repente recibió una llamada. Era ella, la chica de cabello castaño que quería más que a su propia vida, la misma que no apareció y lo tenía preocupado. Contesto rápido y escucho a su amiga a través del teléfono.
Amelie: Hola...- se escuchó la voz débil de la chica- perdón por no haber ido- se disculpó.
James: me tenías preocupado, en dónde estás metida- preguntó tratando de sonar calmado.
Amelie: ah.... Yo...- la chica parecía que estaba pensando que decir.
James: Lie se cuándo mientes, dime la verdad- el chico sabía que ella estaba inventando una excusa para no decirle la verdad.
