Capítulo 22

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Capítulo 22

El siguiente capítulo contiene una escena sobre Adessa enterándose de su aborto, necesitaba poner en el inicio esta advertencia, porque quizás allá alguien por aquí que leer algo así le pueda traer recuerdos dolorosos

Si tu sufriste un aborto, como sea que haya sido, quiero que sepas que eres fuerte. Que no estás sola.  Te admiro y te quiero. Besos

—... ella es fuerte, Nate. Saldrá adelante. Los dos lo harán

—Lo sé, solo... Es mi culpa, tuve que llegar antes. Ya sabíamos que iban a tratar de contactarla—escuché la tensión en su voz, y escuché como el pitido de la máquina que estaba conectada a mi pulso se disparaba

No era su culpa, era mía. Fui yo quien salió sin pensar en nada ni en nadie más, ¡por Dios! tengo un hijo y no pensé en él, fui egoísta

La neblina en que he estado entrando y saliendo en las últimas horas me volvió arrastrar

[...]

—... vete de aquí, Zoé. No me hagas pedir a seguridad que te saque—la voz de Nate llegó a mis oídos, la neblina que me envolvía entraba y salía de mi mente sin pedir permiso

Solo duraba unos minutos consciente y después volvía a dormir. Escuché cuando uno de los doctores habló sobre los somníferos en mi cuerpo para ayudarme más pronto con la recuperación, pero lo odiaba, no entendía que sucedía a mi alrededor y eso solo me frustraba. La visita indeseada de Zoé me confundía, ¿por qué estaba aquí? No me toleraba, eso lo dejó en claro cuando Nate me presentó como su pareja, entonces...

—Solo vine a comprobar que fuera verdad. Por fin la vida la está poniendo en el lugar que merece. Una mosca muerta como ella, solo esta pagando lo que hizo, la muerte de...

El sonido de un fuerte golpe llenó la habitación por completo, el silencio que le siguió me hizo revolver los entrañas

—No te atrevas a decir una sola cosa sobre Adessa—la voz de Irina, de quien supongo vino el golpe, me hizo sentir cálida

—Maldita estúpida

—No se te ocurra ponerle una sola mano encima a mi esposa, señorita Henderson, porque te aseguro que vas a perderla—la frialdad en la voz de Adrián me hizo caer en la inconsciencia de nuevo

Nate no está solo, tiene gente que lo cuida y lo quiere. Él está bien

[...]

Cerré los ojos cuando la luz blanca y brillante del foco me lastimó. Mi cabeza daba vueltas. Y mi cuerpo dolía demasiado. En el tercer intento fui capaz de abrir los ojos con normalidad. El silencio de la habitación solo me hizo sentir más nerviosa

—Estás despierta—la voz desconocida llenó el silencio de la habitación, una enfermera. Parpadee, tratando de enfocar bien mi vista

—Nate... M-mi p-pap-á... ¿dón-de...

—No te fuerces cariño, tu prometido llegará pronto. Tienes mucha suerte, no sé ha alejado de ti en estos tres días—pasó una luz sobre mis ojos, y me hizo seguir unas cuantas indicaciones—El doctor vendrá pronto—apretó mi mano—Tienes suerte de seguir viva, cariño, mucha suerte

La enfermera salió, justo cuando Nate entró corriendo a la habitación, se quedó parado a medio camino y yo rompí a llorar. En menos de dos segundos ya estaba entre sus brazos, mientras susurraba palabras de aliento en mi oído, dando el cariño y confort que tanto necesitaba

LimerenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora