Capítulo 25

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Que locura, ahora sí puedo decir que estamos en la recta final de la novela. ¡Que emoción!

Capítulo 25

Sebastián ignoró al guardaespaldas de Luna por centésima vez desde que habían llegado del aeropuerto. Los dos habían decidido pasar a saludar y darnos una visita exprés, ambos están trabajando codo a codo en una campaña en Rusia sobre las casas de acogida. Sigo sin entender cómo es que pueden trabajar juntos, si a penas y se soportan

Nicholas corrió alrededor del jardín, jugando con mi padre y Nate, riendo y disfrutando de este día familiar. Solté un suspiro feliz, contenta por todo lo que estaba teniendo después de las semanas pasadas

En la casa ya habíamos establecido una rutina, me voy al trabajo junto con Nate, después Taylor me trae a casa, superviso las clases de Nicholas, lo ayudo hacer tarea, ayudamos a Gail hacer de cenar, esperamos a Nate juntos, y si hay el tiempo y Nicholas puede permanecer despierto, vemos alguna serie o película animada. Después Nate y yo vamos a la cama, siempre nos besamos, después nos toqueteamos, y es todo, porque Nate sigue respetando la cuarentena que estableció el doctor. Pero ya tengo la tarjeta verde. Gracias al universo. Porque necesito que Nate me toqué. Mi cuerpo anhela su contacto

[...]

—Nicholas es realmente feliz junto con Sebastián y Luna, me alegra que hayan venido a visitarnos—dije, mientras me quitaba los pantalones, quedando en ropa interior

Habíamos cenado, y después Luna y Sebastián decidieron quedarse junto con Nicholas a ver alguna película, incluso le dieron permiso de desvelarse porque mañana es sábado y él no tiene que ir a la escuela

—Yo en realidad tengo miedo de dejar a nuestro hijo con ese par de lunáticos durante tantas horas—voltee a ver a Nate, quien estaba sentado en la cama, observando mi pequeño estriptís improvisado

—¿Por qué?—pregunté con verdadero interés

—Luna siempre quiere asesinar a Sebastián, y ¿si lo hace esta noche? Le pediría a Nicholas que fuera su cómplice, y mi pobre bebé no sería capaz de negarse. Lo educaste demasiado bien como para negarse

—Estas loco

—¿Vas a tomar una ducha?—preguntó, viendo como me deshice del sostén

—Sí, ¿por qué?—le guiñe un ojo y me recargue en el marco de la puerta del baño—¿te quieres unir?

—¿Puedo?—preguntó

—Por supuesto, cariño—le mandé un beso, y escuche como su ropa fue cayendo, abrí la regadera y esperé pacientemente unos segundos a que el agua se calentará un poco

Me quité las bragas, y entré a la regadera, mojando el cabello y el cuerpo, cerré los ojos, disfrutando de la sensación de calma y paz. Los fuertes brazos de Nate me envolvieron desde atrás, pegue de forma instintiva mi espalda a su pecho

—Sé lo que estás haciendo, pequeña provocadora, pero el doctor dijo...

—Que tenía luz verde para estar con el amor de mi vida de la manera en que quisiera—lo interrumpí, me di media vuelta y lo besé

—Pequeña provocadora, con razón has estado todo el día dándome caricias y calentándome—mordió mi labio inferior en represalia y me reí sobre sus labios

[...]

Maniobre con papeles, mi bolsa y la rebanada de pastel que Jonathan me trajo, para poder sacar mi celular y responder la llamada que llevaba sonando más de tres minutos. Los guardaespaldas me hicieron una señal, para que supiera que estaban supervisándome, les dedique una sonrisa, y entre al auto, cuando Marcus me abrió la puerta

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