— Te lo juro, tampoco sé qué tengo de especial para que siga insistiendo. Ni siquiera nos conocemos. —se quejó con su amiga, Joohyun.
— Tienes un trasero enorme. Si yo fuese un domtop, también me sentiría atraída hacia ti. —le respondió mientras secaba el barniz de sus uñas.
— Chistosa. —rió— Pero la primera y última vez que salí con alguien que estaba en esas cosas, sabes como terminó.
— Y me lo llevaré a la tumba, no te preocupes. —sonrió— Pero al menos pasa una buena noche, luego te vas sin decir nada.
— Sabes que no es mi estilo... —aguantó la risa.
Sin embargo, ambos comenzaron a reír puesto que aquello no era cierto. Jimin amaba a los revolcones de una noche, y más aún, amaba bloquearlos y hacer como que no existían al día siguiente.
Era mejor así, no tenía ganas de volver a fallar en el amor de nuevo ni pasar por situaciones que lo habían dejado algo trastornado.
Eso, y que tampoco tenía ganas de aquello que llamaban responsabilidad emocional.
— En fin, ¿cómo llevas la expansión del café? —preguntó.
— Bien, ya estoy terminando los arreglos y pronto podré abrir el local en el centro y otro en la ruta. —sonrió— Lugares más estratégicos, aunque no pienso cerrar el del barrio. Es el lugar favorito de todos.
— ¿Y cómo no? Los mejores bollos los tienes tú, Mochi. —rió con su doble sentido.
— Idiota. —comenzó a limar sus uñas, que solían partirse con frecuencia debido a la lavandina, detergente y algunos otros productos de limpieza.
— ¿Te parece si vamos al club hoy? Para comenzar bien el fin de semana. —propuso ella— Iremos con Jennie, seguro se nos unirá Youngho y a lo mejor Minhyung. —sonrió.
— Genial. Hace ya rato que no salgo... No me vendrían mal unas copas. —asintió— Iremos en taxi, ¿no?
— Por supuesto, todos queremos beber. —rodó los ojos— Así que ponte más lindo, a lo mejor y encuentras a alguien que te saque ese estrés. —rió.
— Lo mismo digo. —le sacó la lengua.
— Como sea... ¿Me pintas las uñas de los pies? —pidió sonriente.
— Ya qué. —tomó el barniz y luego los pies de su amiga.
No podía dejarse envolver... De nuevo.
Cuando salió con aquel hombre estaba en sus veinte. Era ingenuo, y tenía la maldita costumbre de dejarse manipular por quien sea. Él estaba en sus treinta y ocho; había vivido mucho más que él y se lo hizo saber, haciéndole lograr cosas que jamás habría creído poder y que no volvería a hacer.
Jimin tenía una fuerte capa recubriéndole, pero en ciertos momentos la misma se iba y lo dejaba sólo, débil y triste. Y aunque trataba de no dejar ver aquel lado, salía por sí solo.
Él sólo anhelaba ser amado con sinceridad y ser respetado... No pedía nada más.
Pero la vida se esmeraba en ponerle tarado tras tarado en frente; por ello, sólo los tenía una noche y luego se despedía de ellos. Incluso, a ninguno le decía su verdadero nombre, siempre inventaba alguno distinto. Y si lo reconocían en el café y trataban de hacer alguna escena, los pateaba fuera de su recinto.
La única diferencia es que Jungkook lo conoció en el puto café y había prestado atención a la pequeña placa con su nombre.
Maldita sea el día que aquel infeliz cruzó la puerta de su local.
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CHANGES - KOOKMIN SHORTFIC [TERMINADO]
FanfictionJungkook jamás creyó que alguien podría tirarlo de aquel trono en donde él mismo se había puesto... Siendo un mafioso creído, arrogante, calculador, grosero, entre tantas otras cosas, nunca se le habría cruzado por la mente el caer de tan alto.