CAPÍTULO IV

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Contra cualquier pronóstico, Jungkook se pasó toda la semana recordándole que el sábado iría por él y que no había posibilidad de renegociar.

Bufando, se convenció a sí mismo de que quizás y solo quizás, Jungkook podía no ser tan imbécil. Al menos podría comer y beber gratis, aquello siempre fue su debilidad.

— ¿De verdad vas a ir? —Joohyun lo miraba fijamente— Yo que tú dejaría de hacer las cosas tan difíciles y me entregaría al placer. —rió.

— Mira, siento que si le doy a probar de ésto. —se señaló graciosamente— Ya no habrá vuelta atrás.

— ¿Por qué lo dices?

— Porque Jungkook no es un desconocido para mi... —se mordió el labio— No es que le haya dado pase a que nos conociéramos pero supongo que entre insulto e insulto nos hicimos más cercanos... Entonces... No voy a meterme entre sus sábanas.

— Ah, vamos... —le dió un empujón— Si no sientes nada por él, es solo un revolcón.

— Mira, él dice que me dejará ir luego... Pero por alguna razón, sé que no será así y... No podré fingir demencia. —rió— Realmente no podré fingir que no lo conozco y salir huyendo.

— Entonces míralo como un nuevo sex buddy. —se encogió de hombros— Él quiere, tú quieres y eso lo sé, no te hagas... ¿Qué importa el resto?

— Jungkook es un mafioso despiadado y eso lo sabes. —su cuerpo tembló ligeramente, y sintió que un ataque se aproximaba— N-No quiero saber nada con tipos como él... Debo mantenerme lo más lejos... Posible... No voy a volver a acostarme... O a salir... Con un tipo como él... —los recuerdos comenzaron a atosigarlo.

Lo siguiente que supo fue que su memoria se apagó por unos minutos y cuando abrió los ojos, Joohyun estaba abrazándole mientras acariciaba su cabello.

— Ya pasó, bebé. —ella le acarició su cabello y pudo sentirse mejor luego— No tienes que hacer nada que tú no quieras, ¿sí? —su voz era suave y aquello le otorgaba tranquilidad.

Todo sería más fácil si no estuviese tan traumado.

Si tan sólo...

— Sólo iré a cenar porque hay comida gratis y me merezco al menos eso por coser su maldita ceja. —dijo finalmente.

Tú puedes hacerlo, se dijo mentalmente.

Aunque, más que auto motivación lo que en realidad necesitaba era terapia y más terapia.

— Bien... Si algo no te gusta, solo llámame a mi o a Tae e iremos por ti. ¿Si?

— Sí... —se quedó abrazándola por unos minutos más.

Cuando ella se fue, buscó algún outfit que no fuera tan de gala pero medianamente formal. Él podía hacerlo.

-

Por fin llegaron las ocho treinta y entonces el timbre en su puerta sonó. Jimin suspiró mientras miraba hacia el techo; ¿qué podría salir mal?

— Whoa... —levantó las cejas cuando lo vió— Te sumas a la lista de personas que quieren matarme, cielo.

— Gracias. Tú también luces bien. —rió.

Jimin no lo había notado por su falta de atención, pero Jungkook se había sonrojado al oír aquel pequeño cumplido. Estaba cien por ciento seguro de que el pelirosado era un brujo que se alimentaba de estúpidos como él para obtener vitalidad.

— ¿A dónde planeas llevarme? —preguntó, sólo por curiosidad.

— A mi suite. —dijo mientras se subían en la parte trasera del auto.

CHANGES - KOOKMIN SHORTFIC [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora