CAPÍTULO VII

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Jimin sabía, presentía y tenía en la punta de la lengua, el próximo movimiento de Jungkook.

La había cagado hasta el fondo, pues incluso rompió su propia regla de no repetir. Eso era su culpa, genial, pero tampoco quería dar pase a esto que iba a suceder.

No de nuevo, volver a pasar por aquel error... No podía.

Mimi... —la voz de Jungkook resonó en el local, sólo quedaban ellos dos.

— ¿Hmm? —dijo mientras seguía limpiando las mesas.

— Yo... Quería-

Tan predecible como siempre.

— No. —interrumpió.

— ¿Eh? Pero no sabes lo que quería pedirte... —hizo una mueca.

— Lo sé. —lo miró a los ojos— Y la respuesta es no.

— Pero de verdad-

— Jungkook, no. —hizo énfasis en la última palabra.

— ¿Por qué no? —suspiró.

— ¿Y por qué sí? —preguntó de vuelta.

— Porque me traes loco, demasiado. Sé que te gusto también... ¿Por qué es tan complicado salir conmigo? —su voz sonaba algo triste.

— Jungkook, lo nuestro fueron varios revolcones y por supuesto que me atraes, no me habría acostado contigo de no ser así...

El pelirosado comprendió entonces, que ese era su momento para escaparse de lo que podría ser otro desenlace fatal.

— Mira, los de tu tipo sólo me sirven para una noche o quizás dos. Tienes suerte, porque te di diez de mis noches, pero nada más. No estás para nada cerca de lo que yo quiero para mi. —suspiró— No saldría contigo ni porque me pagaran un millón de dólares... La gente como tú no cambia, cielo.

— ¿Qué cosas dices? —sonó herido— ¡Yo he cambiado! Y mucho, sólo para poder... Por lo menos, invitarte a cenar sin cagarla...

Increíble como las palabras de un simple ciudadano ordinario derribaban aquellos muros que hace tanto tiempo permanecían intactos.

— No, cielo. —rió— Las personas no cambian... Mejoran o empeoran según las circunstancias, pero siguen siendo la misma mierda al final del día. —se encogió de hombros— Te lo dije una vez, y te lo volveré a repetir... Eres el hombre más penoso que me he podido hallar. —sonaba tan sincero— No saldré contigo ahora ni nunca, pero te deseo una linda vida.

Finalizó así con esa lluvia de palabras hirientes que terminaron de romper cualquier rastro del complejo de dios que Jungkook tenía. En sólo unos minutos, lo había pateado de su trono y reducido a un pequeño pedazo de insignificante mierda.

— Bien... —se paró de su asiento— Si así piensas... Y-Yo... Adiós... Hasta nunca, Mimi.

Y Jimin pudo jurar que en aquellas últimas tres palabras, su voz se había roto.

Jungkook terminó manejando hacia su casa con rapidez mientras trataba de lidiar con el dolor que tenía en el pecho. El ardor era insoportable y sentía que estaba prendiéndose fuego. Una vez en su habitación, se desplomó sobre la cama mientras sentía cómo su vista se nublaba. Por primera vez en mucho tiempo, estaba llorando.

Y no era para nada silencioso.

Lloraba desconsolado cual niño mientras se aferraba a su almohada para sentir que alguien estaba junto a él. Porque la otra realidad era que estaba sólo, completamente.

CHANGES - KOOKMIN SHORTFIC [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora