09 de Mayo de 2004

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Abrí los ojos y volteé a ver si mi hermana seguía allí. Habíamos pasado toda la noche de mi cumpleaños en el auto, solamente esperando a que Jason se cansara de estar con Leah. Di un gran bostezo y noté el desagradable aroma de mi aliento; agradecí tener una menta a mi alcance. El auto de mi hermano seguía allí, así que no me preocupé. Tomé mi teléfono y me sorprendí al ver quince llamadas perdidas de mamá, tres de Sarah y cinco mensajes más, cuatro son de mi chica, pero el otro es de... Jason.

Jason: Te gusta jugar al detective? Dile algo sobre esto a Sarah y te mato.

Mujeriego de mierda.

Sacudí la pierna de Jessica para despertarle. Ella abrió poco a poco sus ojos y me saludó con una sonrisa. Le enseñé el mensaje y ella rápidamente empezó a gritar como loca. La detuve, le di una menta, y luego la invité a proseguir. Justo después vimos que la puerta de la casa de Leah se abría y Jason salía. Le dió un beso de despedida a ella y nos saludó descaradamente.

- Es una maldita mierda - La furia recorría mis palabras. Jessica no quitaba sus ojos de él.

- ¿Qué hacemos? - me dijo mientras veíamos como el auto salía de la casa y se dirigía seguramente a la nuestra - no le podemos decir a mamá lo que vimos.

- ¿Ah no? - fijó su mirada en mi.

- ¿Y qué haría ella? ¿Castigarlo? Tal vez ni nos crea - bufó echándose en el asiento - aunque es la excusa perfecta para que él y Sarah terminen de una vez.

- Quiero que ella se enamore de mi, no que me quiera por despecho.

- Estúpido, eres un estúpido - se cruza de brazos - vámonos ya.

Salimos de aquella casa y fuimos hasta la nuestra. Cuando llegamos el auto de Jason ya estaba allí, así que antes de bajar planeamos una excusa para mamá porque ¿Cuál era la razón para no volver en toda la noche? Además, a mamá le gustaban los detalles. Cuando entramos en la casa no escuchamos a nadie, caminamos lentamente recordando que eran las siete de la mañana.

- Hijos - escuchamos una voz desde la sala y paramos en seco - no se detengan, vengan para acá - seguimos caminando hasta llegar al lugar. Mi madre estaba sentada en uno de los grandes sillones y nos miraba enfurecida. Jason, a su lado, sonreía pícaramente ante nuestra expresión de duda ¿qué habíamos hecho? - ¡¿No tenían que buscar a Jason y volver a casa?! - oh no...

- Mamá, cálmate - dije suavemente.

- ¿Qué me calme? ¡Pasé toda la noche esperándolos y los invitados no dejaban de preguntar por ustedes, mis hijos! - oh mierda, ya está gritando.

- Mamá, nosotros buscamos a Jason hasta por debajo de las rocas, pasamos toda la noche en eso ¿Dónde se supone que estaba él?

- Yo estaba comprándole una joya a Sarah - ¿Qué?

- ¿Toda la noche? - cuestioné furioso.

- Quería la mejor joya para la mejor chica, así que salí de la ciudad. Creí que no tardaría nada pero se hizo de noche y decidí quedarme por allá - sonrió, orgulloso - me quedé sin batería en el móvil, y no pude llamarlos. Discúlpenme.

- Bueno mamá, pero fue su error decidir viajar ayer - Mi hermana se cruzó de brazos.

- Lo sé Jess, pero todos se equivocaron, asi que por eso ninguno saldrá de esta casa excepto Jason

- ¿Qué mierda, mamá?

- ¡James! Cuidado con tus palabras - me hizo estremecer. Ana molesta no es de fiar - Jason le va a pedir matrimonio a Sarah - de pronto una sonrisa en su rostro aparece

Sarah está prohibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora