VIII

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Después de un rato, Tweek decidió que lo mejor era regresar a su casa y empacar sus cosas para huir de South Park. También... ¿decirle a su papá sobre sus planes? Si no lo hacía, lo más probable es que llamaría a la policía.

—Papá.

Richard se volteó a mirarlo y le dio una sonrisa cariñosa.

—¿Qué pasa, hijo?

—Lo siento —, susurró—, debo irme. Por favor no llames a la policía cuando me vaya, te lo ruego. —Su padre lucía completamente confundido, y para nada de acuerdo.

—¿Qué hay de la escuela? Y primero que nada, ¿por qué te marcharas? Eres muy joven.

Y aunque Tweek sabía que esto iba a ocurrir, no pudo detener las lágrimas que bajaban por sus mejillas.

—Papá... estoy enamorado.

Richard se levantó de su asiento y alzó una mano: —no. ¿En qué estás pensando? Esa no es una razón para tirar tu futuro a la basura. El amor no es para siempre. Tarde o temprano se irá, al igual que tu mamá.

Lágrimas. Tweek apretó sus puños.

—Sé lo que hiciste —, Tweek grito de puro impulso, —y puede que lo que creaste sea un robot pero también tiene sentimientos y también se puede enamorar... ¡Al menos estoy planeando enseñarle cómo...!

Richard estaba perplejo y enojado. Fue cuestión de tiempo para que uno de sus puños golpeara a Tweek en la mejilla, haciendo que cayera al piso de la sala.

—Idiota. Es solo un robot. ¿Por qué te importa tanto?

El rubio se apoyó con una mano en la mesa de la cocina para así pararse, la otra sujetaba su mejilla lastimada. Caminó hasta donde estaba su papá tambaleándose.

—¡Amo a Craig! —, le gritó mientras le daba un puñetazo en el rostro.

Richard retrocedió unos cuantos pasos, estuvo unos momentos procesando lo que pasó.

—¡¿Cómo te atreves?! —Vociferó.

—¡No lo entenderías! Desde que mamá se fue todo dejó de importarte. Todos estos años has creído que fue mi culpa que haya muerto, ME culpaste. No tienes ni la menor idea de como me siento con él. No actúes como un adulto cuando claramente aún no eres uno.

Richard estaba sorprendido. No podía creer que Tweek —su pequeño hijo asustadizo— dijera esas palabras con tanta confianza. Lo que más le dolía es que cada una de las cosas que dijo eran ciertas. Ya no sabia que hacer. Quería que Tweek tuviera un futuro maravilloso y feliz... ¿Pero en algún momento incluyó los sentimientos de su hijo?

—Lo siento. Tienes razón. Aún no... soy un adulto... De verdad me esforcé en hacerte feliz pero supongo que al final del día, eres tú quien debe elegir su propio camino. E incluso si huyeras, sé que cuando quieres algo harás lo que sea por tenerlo, no tendría sentido que intentara detenerte, lo siento.

—Papá... —Los ojos de Tweek se iluminaron. Se acercó y le dio un fuerte abrazo.

—Te quiero papá. Y lamento dejarte. —Dijo. Soltó el agarre de su abrazo y corrió a su cuarto por sus cosas. Diez minutos después Tweek se encontraba en la puerta de su casa, listo para irse. Ahí se encontraba su papá también, despidiéndose.

—Regresaré. No te preocupes, papá.

—Hijo... —Richard llamó— amar a un robot es... complicado. ¿De verdad crees que vale la pena?

Tweek sonrió y asintió tranquilo.

Cuando Richard cerró la puerta, sintió las lágrimas derramarse de sus ojos.

"Pasó de nuevo. Alquien que amo me dejó y no hay nada que pueda hacer al respecto"

Craig estaba esperando a unos pocos metros lejos de la casa. Richard podía verlo por una ventana. Vio cómo su hijo saltaba alegre hacia él. La sonrisa amplia de CT fue suficiente para aclarar sus dudas.

"Bueno, tal vez sea lo mejor"

Suspiro y cerró las cortinas.

• • •

—¿Qué hacemos? Ninguno de los dos puede manejar y ni siquiera tenemos un carro. Tenemos que salir de aquí pero no podemos usar ni bicicletas ni el transporte público, debemos usar algo en lo que podamos elegir a donde ir.

—Busca en línea cómo robar un carro.

Craig se quedó viéndolo indignado.

—No podemos robar un carro, es un delito. Y la persona a la que le robemos probablemente se pondrá triste. Estoy muy decepcionado de que consideres una idea como esa.

Tweek dejó salir un gran suspiro. Se acostó en la nieve y miró los copos de nieve que caían desde el cielo. CT se quedó viendo como un copo de nieve se derretía en la mejilla de Tweek.

—Tweek, ¿no tienes frío?

Tweek ni siquiera lo miró, solo continuó viendo las estrellas.

—Creo que sí —respondió.

El porqué Tweek no se levantaba del suelo si tenía frío era un misterio para Craig. CT se arrodilló, tomó las manos de Tweek e hizo que se sentara.

—¿Qué haces?

Craig se sentó a horcajadas en el regazo de Tweek y lo abrazó tan fuerte como pudo.

—Estaba a punto de aumentar la temperatura de mi cuerpo pero parece que tu cuerpo se calentó demasiado rápido. ¿Estás bien? —Craig preguntó preocupado.

—¡Eso fue porque...! ¡Tú...!

Tweek cerró los ojos y enterró su cara en el hombro de CT.

—Nunca me dejes —susurró.

—No hago promesas, Tweek.

—Prometelo.

—Acabo de decir-

—Por favor... Solo esta vez...

—... Lo prometo.

Se sentaron allí por un rato más. 

VIVO •Creek• (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora