i win

221 4 1
                                    

Donde Eddie intenta disimular sus celos cuando un nuevo estudiante se acerca a ti.

Advertencias: groserías.

Estabas revolviendo tu batido con el sorbete con la atención puesta en las pequeñas burbujas que se iban formando en el líquido rosa cuando una voz te sacó de tus pensamientos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estabas revolviendo tu batido con el sorbete con la atención puesta en las pequeñas burbujas que se iban formando en el líquido rosa cuando una voz te sacó de tus pensamientos.

—¿Puedo sentarme aquí?

Alzaste la vista de tu bebida para encontrarte con una cabellera rojiza y unos ojos azules expectantes de tu respuesta. Tu mirada rápidamente se posó en la chaqueta blanca característica de Los Tigres que llevaba puesta.
Te encogiste de hombros y le diste un sorbo al vaso frente a ti.

No era muy común que alguien del equipo escolar quisiera interactuar contigo, o francamente estar cerca tuyo. Y no te molestaba, de hecho el sentimiento era totalmente mutuo.

Juntarte con Eddie conllevó pertenecer a un blanco fácil en la escuela, y te daba igual, lo único que significaba era que ahora tenías una excusa para devolverles todas las malas jugarretas que se llevaba tu amigo. Él le restaba importancia. Sostenía que los murmullos, los rumores y los insultos diarios no le afectaban en lo más mínimo, pero tú no podías con ello. A pesar de que pocas veces se habían metido contigo, cualquier mínima acción dirigida a Eddie hacía que tu sangre hierva.

Quedó demostrado cuando una de las novias del equipo derramó "accidentalmente" su refresco en la chaqueta nueva de Eddie y tú en respuesta le diste accidentalmente un puñetazo.

—¿Tú eres T/N? —preguntó casi en una afirmación el chico que ahora había tomado asiento frente a ti.

—¿Quién pregunta? —retrucaste tajante.

No es que fueras así de antipática siempre, pero cuando sucedían situaciones como éstas tenías que estar alerta ya que era muy probable que si bajabas la guardia en cuestión de segundos alguna bebida o cualquier goma de mascar se encrustara en tu cabello en respuesta a una broma de parte de ellos.

—Soy Andrew. Quizás no me conoces, he llegado aquí hace... poco y nada —y tenía razón. Su rostro no te sonaba de ningún lugar.

—¿Me tocó ser tu guía de recorrido, Andrew? —dijiste dedicándole una mirada neutral. Si bien era cierto que tu pregunta fue dirigida con un tono ácido, era probable el que te hayan denominado ser quien le debía guiar por la escuela. Era al azar y tranquilamente podrías ser tú.

El chico alzó las cejas con curiosidad y luego frunció el ceño con una confusión palpable.

—No... de hecho he oído de ti —comentó con una pequeña pizca de orgullo, como si ello fuese a doblar tu actitud. Una de tus cejas se elevó con aburrimiento e hiciste un diminuto movimiento de cabeza dándole a entender que debía seguir con su discurso —Sólo no juzgo a las personas por lo que dicen de ellas... me guío por mi propia... ¿perspectiva? sí, eso. No quería que los rumores me crearan una imagen equivocada de ti, menos cuando comparto clase contigo.

Eddie Munson StuffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora