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Donde tienes que superar el fin de tu relación con Eddie y Steve se convierte en tu hombro donde llorar.

Advertencias: relación inestable, sentimiento de dependencia, alusión a la depresión.

Estabas atravesando una ruptura dolorosa cuando Harrington tomó tu mano y te sacó de aquel pozo de tristeza en el que te estabas hundiendo

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Estabas atravesando una ruptura dolorosa cuando Harrington tomó tu mano y te sacó de aquel pozo de tristeza en el que te estabas hundiendo.

Eras una persona realmente dependiente en cuanto emociones se trataba. Tu apego a Eddie había sido casi enfermizo y el sólo hecho de estar un día lejos de él podía arrojar tu ánimo al suelo. Siempre comprobando que él estuviera bien contigo, de elegir las palabras correctas para que no se enfadara o mucho peor, para que no se le pasara por la mente dejarte.
Porque, ¿qué sería de ti sin él? Vivías por y para Eddie.
Lo amabas tanto que dolía.

Cuando ustedes rompieron tu mundo se derrumbó.
Podías visualizarlo. Tus sueños, tus planes, tu mente, tu salud... todo. Todo quedó aplastado.
Te sentías insuficiente. Incapaz de todo. El sentimiento de que merecías la mismísima nada inundaba tu ser entero
¿Que habías hecho mal?
Te estaba consumiendo.

La tarde en que viste a una chica deslumbrantemente hermosa siendo rodeada por el brazo de Eddie en el centro de Hawkins fue la gota que colmó el vaso.
Esa imagen acabó contigo. Si estabas luchando por ponerte de pie con la ruptura, ahora te encontrabas de cara al suelo.
No sólo te sentías insuficiente, sino que ahora también idiotamente reemplazable.

Tu forma de ser cambió drásticamente. Ya no reías por los chistes tontos de Robin, ni tampoco cuando hacía perder los estribos a Nancy. No reaccionabas con alegría a las anécdotas de Dustin y ni siquiera las citas fallidas de Steve podían robarte una risa.
Y eso le carcomía el cerebro. Estaba realmente preocupado.
Tu imagen también cambió. Habías adelgazado notablemente, tu rostro estaba adornado con distinguidas ojeras y tu cabello descuidado.
Necesitabas salir de ese estado.

-¿Quieres ir por un helado hoy? -preguntó Steve mientras acomodaba por sección las películas en el famoso FamilyVideo.
Robin creaba una especie de pirámide con otros cassettes en el mostrador.

-Honestamente no tengo muchas ganas -dijiste con sinceridad. Nunca tenías ganas, a decir verdad. Pero eso no detenía los intentos de Steve por despejar tu mente aunque sea un rato.
Pocas veces él o Robin habían logrado convencerte de hacer algo con ellos que significara tener que enfrentarte a la gente de Hawkins High y a sus miradas de lástima, porque sí, las noticias se expandían rápido en aquel pueblo.
Pero no podías decirle que no a los pedidos exclusivos de tus amigos, como por ejemplo el día en que Robin eligió ir a patinar por su cumpleaños. Y aunque Steve se burló diciendo que antes de patinar debía aprender a caminar bien, no ibas a rechazar su invitación. Tus amigos eran la excepción a tu tristeza.

-Y yo realmente quiero que vayas conmigo... necesito respirar aire fresco, tengo muchas cosas en la cabeza -confesó Steve sin quitar la mirada de las películas en sus manos.
Terminaste por aceptar. Porque si Steve era el que necesitaba despejar su mente entonces tú estarías allí, aunque no te consideraras de mucha ayuda.

Eddie Munson StuffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora