Capitulo 1.

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"No aprecias la belleza de mi trabajo... ¡Y me dan ganas de matarte!"— Sorprendentemente, todo su cuerpo comenzó a cambiar, al punto de deformarse.— Tobi, lo siento.—  Después de sus últimas palabras, una gran explosión destruyó una gran parte del bosque, probablemente matando a Uchiha Sasuke.

Su muerte fue la definición perfecta del arte, Deidara siempre estuvo dispuesto a morir por ella, y aquí está la prueba de ello. Se inmoló sin dudarlo un momento, todo esto para demostrar que la explosión era 1000 veces mejor que esos ojos arrogantes. Sharingan.

Todos los Uchiha nacieron privilegiados, eso era el colmo del absurdo, nunca necesitaban mucho para ser reconocidos, solo la mención del nombre de su clan era suficiente para asustar.

Ahí es donde todo terminó. Fue allí donde Deidara dejó de existir, y fue allí donde se convirtió en el arte mismo.















(...)













De repente una descarga eléctrica recorrió todo su interior, está descarga fue lo suficiente fuerte como para hacerlo sentarse en la cama, casi se le saltan los ojos de la cara, sin poder reaccionar, sintió que algunas personas lo empujaban hacia la cama, obligándolo a acostarse.

Poco a poco, varias voces invadieron sus tímpanos, parecían esta llorando, pero ¿por que lloraban?

"Deidara" se giraba en toda la sala, a su lado se encontraban dos hombres vestidos de blanco con mascarillas desechables cubriendo parte de sus rostros. Deidara frunció el ceño, había varios cables pegados a su brazo y la gente seguía llorando, eso ya lo estaba irritando.

Incapaz de esperar, una mujer pelirroja saltó sobre el abrazándolo como si no hubiera un mañana, sin importarle si lo estaba lastimando o no. Los hombres de blanco estaban tratando de sacarla, diciendo cosas como: "Sra. Uzumaki, cálmense, el todavía está desconcertado, ¡por favor no le apriete tan fuerte!"

—¡¡Hijo mío, estás vivo, gracias a Dios!!—  Siguió apretándolo, casi tan fuerte al punto de dejarlo sin aliento.— ¡No sabes lo feliz que estoy!.—

—¡Mami, acaba de tener un paro cardíaco!— Otro chico llegó la habitación, igualmente emocionado, pero mucho más contenido que la pelirroja, él -con mucho esfuerzo- quito a su madre de encima del rubio. Este chico... Deidara lo reconoció al instante. —¡Tenemos que decirle a papá!— Dijo tomando ya su celular, sin soltar nunca a su madre, quién lo abrazaba entre lágrimas.

"¿ Naruto ?"- Deidara pensó airadamente.

Giró su cabeza hacia un hombre frente a él, no pidió permiso cuando abrió uno de sus ojos, y apuntando con una "linterna", pareció verificar algo. Deidara estaba totalmente confundido, por eso seguía sin mostrar ningún tipo de reacción.

—¿Cuántos dedos tengo aquí?— el hombre mostró tres dígitos, Deidara sabía la respuesta, pero no contestó. —¿Recuerdas tu nombre?— una vez más dejado en el vacío. — Llamé al neurólogo— Dijo después de alejarse, en el mismo momento, una de las enfermeras salía de la habitación, probablemente iba a hacer lo que le ordenaron. La pelirroja se alejó rápidamente de Naruto y corrió hacia el médico en búsqueda de una explicación.

—Q-¿Qué quiere decir con neurólogo?— Pregunto entre lágrimas, estaba apunto de volver a estallar en llanto. —¿Qué le pasa a mi hijo?—

—No es nada, señorita Kushina. Solo quiero aclarar algunas dudas.— explicó pacientemente. — Recibió un fuerte golpe en la cabeza, fue un milagro que sobreviviera.—

"¿Golpe? Me explote... No fue un golpe"- pensó una vez más, todavía aireado.

De nuevo movió su visión hacia los cables clavados en su brazo, no lo pensó dos veces antes de sacárselos todos a la vez. La acción inesperada llamó la atención tanto del doctor como de Kushina, los dos inmediatamente cambiaron de desconcierto.

—¡No hagas eso, hijo mío!— exclamó acercándose a él.

"¿Por qué está loca me llama hijo? Soy un jodido huérfano".

Ignorando a la mujer, Deidara se sentó en la cama. Esta vez, Naruto también decidió intervenir en la situación, trató de sujetarlo impidiendo que se levanta del colchón, su estado no era el mejor, no podía hacer el más mínimo esfuerzo. Y fue en ese momento, que Deidara despertó para siempre.

—¡Quítame las manos de encima, idiota jinchūriki!— Grito furioso mientras empujaba al rubio lejos de él de manera violenta, casi haciéndolo caer al suelo con tanta fuerza empleada. —¿Qué lugar es este? ¿No mori? Y esa mierda de Uchiha ¿eh? ¡¿No murió?!— Disparó varías preguntas a la vez, dejando todos confundidos, esa reacción no era normal viniendo de Deidara, quién siempre fue una persona dulce y amable con todos. —¡Voy a volarlos a todos!— en el momento exacto en que levantó las manos, notó algo sumamente extraño. Sus bocas extra habían desaparecido de su palma, miro varias veces desde diferentes ángulos, tal vez fue un error. Pero desafortunadamente no fue así, las bocas realmente se habían ido, no solo ellas, sino también las más grande en su pecho. —¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde?— El odio dentro de él creció aún más y más.

Deidara se levantó y siguió rompiendo todo alrededor de la habitación, quería esa situación fuera un mero sueño, pero no lo era, definitivamente no era un sueño. Todo todo era diferente, ¿cuánto tiempo durmió? Eso no tenía ningún sentido. Mirándo a su alrededor, notó que todos habían huido, estaba solo.

Caminó con pasos pesados hasta la ventana, Deidara solo necesitó un solo golpe para hacer que el vidrio se rompiera en pedazos, su acción genero un ruido muy fuerte que resonó por toda la habitación.

Desde la ventana, Deidara vio máquinas extrañas, era muy diferente al pájaro de arcilla que estaba acostumbrado a pilotar. Eran similares a los carruajes, pero muchos más modernos. Los de abajo tenían ruedas diferentes y se movían sin jinete, o tal vez él estaba adentro. Frente a él había un enorme... ¿casa? Era tan grande que incluso te mareaba si lo mirabas por mucho tiempo. Lleno de ventanas de vidrio, pero no podías ver a través de ellas.

—¿Dónde termine....?—

El joven fue tomado desprevenido, dos personas lo agarraron por la espalda. Deidara se sintió como un idiota por no haber notado el acercamiento, después de todo él era un ninja, los deslices como esos no podían pasar, y no importaba si prefería el combate de larga distancia, seguía siendo un ninja desaparecido. Esos enemigos eran débiles, por lo que fácilmente podría deshacerse de ellos. Aterrizó un codazo en el estómago de uno de ellos, seguido de una patada en el mismo lugar, en cuanto al otro, se agachó y lo hizo tropezar, causando que cayera boca abajo en el suelo, y pronto se montó encima de su cuerpo, cuando estaba apunto de golpearle la cara con un puñetazo directo, un dolor en el muslo lo hizo detenerse, miro hacia el lugar donde había golpeado y vio una jeringa clava en su carne.

Poco a poco, empezó a ver todo borroso, todo su cuerpo se sentía suave como si estuviera derritiendo. Sin que él se diera cuenta, los dos hombres ya lo estaban levantando y llevándolo a la cama.

Deidara perdió esa batalla.












Continuará......
































Holaaa holaaa, me extrañaron?❣
Aquí les traigo una nueva historia, espero la disfruten💟

¡Segunda Oportunidad! Obi/DeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora