¿qué hay de los estragos del tiempo?

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de manera incorrecta, mido el tiempo
con mis brazos.
asesino de gracia, no miro, ni observo.
contratiempo de la vida, que envuelve
mis miedos con un trapo blanco y lo
posa sobre mi cabeza.
mis pies, mis dedos, son de madera y
están quebrados.
y el agua que desliza sobre mi rostro,
me quema la nariz y la barbilla.
me desfiguro porque soy partes de troncos, me
parto, sigo escuchando una rima en mi
memoria.
aunque escribo y no sigue una secuencia,
aunque grito y no existe nada.
no existe nada porque no hay nada.
yo soy la nada, que aparenta estar despierta en un sueño viejo de noche y de día.
que viaja de sur a norte y de norte a sur, que envuelve cicatrices.
destapa migajas de pan oxidado, el estómago ruge en forma enfurecida y las hojas de las árboles son amarillas, representan la muerte.
un silbido que maúlla cercano a los oídos y
el gato negro que es casi gris. porque envejece más de prisa que de paso.
el tiempo, solo representación constante de
lo que en algún momento posará frente a nuestros párpados y ojos.
los escombros de aquella casa vacía. y la libertad que mira desde el borde de la cama hacía el resto de la habitación.
un suspiro en forma de alivio, que termina
por cobrar un sinfín de sentencias.
una brisa, un abrazo, y alguien que se asoma y dice ¿qué hay de los estragos del tiempo?

versos desordenados. Where stories live. Discover now