¿qué encuentro en estas paredes
rodeada de espinas?
mi torso enjaulado a las enormes
ramas de un árbol angosto.
que implora piedad mi cuerpo
y la sangre que corre por él.
es anhelo de una idea plasmada
en aquello que me deja sentir
la última palabra del adiós.
los fragmentos taciturnos, que
envuelven los brazos y los cubren
del frío. mis ojos sin mirar el rastro
de pequeñas hojas de una flor
disecada por el pasar del tiempo.
a qué sabrá la vida cuando
despierte otra vez y me de cuenta
de que estuve soñando más de una
década con pájaros y sonidos violentos
del viento.
el aire que atrapa cual abrazo, la lluvia
que desprende historias inconclusas.
no eres de carne ni huesos, ni de sal ni
de plata. no eres eso que sientes
al dormir. no eres eso que dices ser.
eres eso que en mis memorias existe.
o que interpreta mi cabeza cuando
miro detrás de mis hombros cansados.
el amor como atadura, como intento
de alteración sin ser alterado.
la falta de placeres que vienen
en líneas paralelas.
los versos forzados, porque tú no
existes cuando yo existo.
traspasa mi cintura, aquella cerca
que aprieta mi pecho.
lejanía de un camino de añoranza
y amargura.
sé que no vivo por hacerlo,
y que forzo el pensamiento todo el tiempo.
pero también sé que vuelvo a completar
las frases del olvido.
dentro de la lejanía que aparenta estar
podrida. sigo aquí, aunque esté perdida.
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versos desordenados.
Poesiepalabras que nacen de la noche a la mañana, en su mayoría por obra del insomnio. agosto 2022.