°capítulo 09°

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Cinco meses después pasa lo mis importante en este cuento de hadas.

25 de febrero de 1851


Beomgyu había acordado con yeonjun que esa tarde le dirían a la señora que estaban planeando casarse. Tan sólo faltaban cuatro meses para que su plan pudiera llevarse acabo, eso les emocinaba a ambos.

Ahora mismo yeonjun se dirigía al Castillo, había quedado con beomgyu en el jardín de las mariposas, para confesarle a la madre de beomgyu todo lo que planeaban.

Al llegar pudo ver una silueta recargada en el gran árbol, salió corriendo, al estar ya más cerca pudo ver de quien se trataba y tuvo que acelerar más el paso. No podía dejar de correr, tenía que hacerlo he iba a hacerlo.

—Se encuentra bien? —Preguntó yeonjun mientras intentaba recuperar el aliento.

—No mentire, no me encuentro bien. Pero tranquilo no te alteres, todo estará bien. —Dijo la señora de mayor edad.

—Levantese, la cargare hasta el castillo. Ahí podrán revisarla. —Dijo yeonjun, fue casi más una orden que sugerencia.

—No. No quiere que me revisen. Se que es algo cruel pero no quiero aferrarme más a esta vida la cual ya no me quiere dejar vivir más, escucha, sé porque me trajo aquí beomgyu, estoy feliz por ustedes y si casarse es lo que quieren, háganlo, no esperen a que los demas estén deacuerdo. Sean feliz, que yo los estaré cuidando desde arriba, donde nadie pueda verme, ahí estaré. Mi propósito aquí ya está cumplido, mi hijo es feliz alado de alguien que lo ama con toda su alma, eso es más que suficiente. Como siempre le digo a mi hijo Una persona nunca se va si la sigues recordando, esta se quedara contigo, en tú corazón, cuidandote. Así que no lloren por mi por favor. —Dijo la señora al ver que los ojos de yeonjun se estaban cristalizando.

—No, por favor... quedese un poco más, no se puede ir aún, vea a su hijo un poco más de tiempo. —Dijo yeonjun.

—No puedo más, pequeño. Se que ahora tú estarás para cuidarlo por mi. —Dijo la señora abrazando a yeonjun el cual ahora estaba llorando.

—Gracias. Gracias por ser tan buena y criar a una persona igual de generosa y buena como usted. —Agradeció yeonjun, ya había comprendido que el tiempo de la señora en la tierra había acabado, no podía hacer más, no debía evitar nada.

—Cuida a mi hijo por mi. Hazlo feliz. —Dijo la señora con las pocas fuerzas que tenía. Y con eso la señora cerro sus ojos, dejando un gran silencio, el cual ahora solo podía dejar escuchar los sollozos de yeonjun.

Se escuchó un ruido, algo callo.

—Mamá! —Grito beomgyu, dejando caer las cosas que traía, salió corriendo lo más rápido posible. —Mamá, no no no no no. —Sólo podía decir la palabra no era lo único que podía hacer.

—Gyu... —intento hablar yeonjun.

—Un médico!, ayúdame a llevarla al castillo. Por favor... —Dijo beomgyu intentando cargar a su madre.

—Beomgyu, no. Ya no está aquí. —Dijo yeonjun jalando a beomgyu hacia él, abrazandolo.

—No, me niego a aceptarlo. Yeonjun ayúdame, no se puede ir aún. —Dijo beomgyu.

—No gyu, ella ya se quería ir. Dejala que pueda descansar en paz, ahora está mejor. Dijo que no lloraramos por ella. —Dijo yeonjun abrazando con más fuerzas a beomgyu.

—No, no ahora. No puede dejarme sólo ahora!, no en estos momentos! —Dijo beomgyu ahora, llorando con más intensidad.

—Tranquilo, no llores, te entiendo. Pero son cosas se que no se pueden evitar. —Yeonjun intento tranquilizar a beomgyu.

—Lo sé pero... No es facil. —Dijo beomgyu.

—Lo sé, lo sé. Y estoy aquí para apoyarte, pero tú también debes ser fuerte. —Dijo yeonjun limpiando con delicadeza los rastros de lágrimas que había por las mejillas de beomgyu.

Yeonjun estaba igual de destrozado que beomgyu, ambos han perdido a la mujer que más seguridad les hizo sentir, la persona que más felices los hizo sentir.

Al mover el cuerpo para poner lo en otro lugar, pudieron ver que la mano tenía un carta, así que la tomaron y leyeron.

Mi querido hijo:

Hijo mío, te amo mucho, perdón por irme de una manera tan repentina, aún que los estudios saliera que yo estaba bien yo sabía que mi muerte estaba cerca. Por eso, escribí esta carta para poder decirte lo que seguramente no pude hacerlo en vida.

No llores por favor, yo, ahora te estoy viendo desde arriba, y no me gusta verte así. Se feliz con yeonjun, vive tú vida, la que tanto querías vivir pero que no puedes porque tú padre es muy estricto, hijo escapa, hazlo ahora, antes de que te arrepientas, antes de que sea demaciado tarde.

Te quiero mucho, y por favor, hazlo que te digo. Solo busco tú felicidad y la de ese lindo muchacho el cual te ama más que a si mismo. Te amo mi querido hijo, gracias por llegar a mi vida y hacerme feliz, gracias por ser el mejor hijo del mundo, gracias por buscar una solución a mi enfermedad, gracia por pasar noches sin dormir sólo para hacer que yo este mejor, gracias por llenar de tanta informacion sobre plantas y demas ese cerebro solo para que yo estuviste mejor, gracias por todo hijo mío.


Con amor, mamá.

Esa pequeña carta, lo único que le dejo su madre a beomgyu, hizo que este llorase a montones, pero nunca estuvo sólo. Como lo había prometido yeonjun, siempre estaría con él, tanto como en las buenas como en las malas. Y beomgyu estaba agradecido con el por haber cumplido su promesa, no dejarlo sólo en los peores momentos.

Ahora todo el mundo de beomgyu estaba roto, todo lo que tenía ya no estaba. La persona que alguna vez lo hizo reír a montones cuando más lo necesitaba ya no estaba, la persona que lo curaba cuando se lastimaba por andar de travieso ya no iba a poder sanarlo más, la persona que siempre le daba animos ya no podría animarlo jamás. Beomgyu estaba agradecido con su madre, sabía que había hecho bien su trabajo como madre, lo hizo tan bien que ahora es más doloroso de lo normal, pero sabía que, donde quiera que este la señora lo iba a estar cuidando.

Con eso, beomgyu supo que era su último día con la única mujer que una vez amo con toda el alma. Ya no estaría más para el.

The Butterfly Palace ʚĭɞDonde viven las historias. Descúbrelo ahora