Luke Brandon era un dueño y editor de una revista para principiantes en el mundo de la economía. Su trabajo le apasionaba ya que, gracias a sus ideas, los ineptos en el tema podían entender los conceptos tan complejos en el mundo de las cuentas.
Si a algo o a alguien le debía su mérito, era a su novia: Becky. Más conocida como “La chica del pañuelo verde”. Gracias a ella, el mundo pudo descubrir la manera perfecta para entender términos complejos dentro del sector económico. Gracias a ella, era feliz. Su novia era la viva imagen de alegría y felicidad. Lo que más le gustaba en el mundo era verla feliz, porque eso le hacía feliz.Un trabajo de ensueño, una mujer maravillosa... Lo tenía todo, menos el transporte.
A pocos minutos de que llegase su chófer, le avisó de que había tenido un accidente en la carretera y que no podía ir: dos coches se habían chocado y el tráfico era enorme.
Luke estaba muy frustrado y enfadado porque no le había llamado antes:
— ¿¡Y me lo dices ahora!?
— Luke, escucha. Acabo de darme cuenta de este tráfico.
— ¡Haber salido antes, lo han anunciado en la televisión desde hace una hora!
— Luke, tengo familia, no puedo estar todo el día pendiente de tus necesidades.
— Yo te pago. ¿Ellos te pagan, eh? ¿Te pagan? No. El que te paga, el único —resaltó— que te paga soy yo.
Antes esa contestación, el hombre le colgó.
— Capullo —dijo nada más colgar.
Luke estaba en un gran aprieto: tenía que estar allí en cuatro días, y el viaje duraba cuarenta y cuatro horas y seis minutos en coche. No tenía tiempo para comprar un billete de avión.
— Genial, y ahora qué hago...
Con la maleta a su lado y su maletín agarrado, buscó a alguien disponible qué lo pudiera llevar hasta allí. De pronto, encontró a alguien dispuesto a llevarlo. En la página ponía que se llamaba Tonny, y era joven. “Perfecto para viajar”, pensó Luke.
— Buenas, ¿es usted Tonny?
— Eh... Sí, soy yo. ¿Me hablas normal por favor?
Luke se extrañó.
— ¿Normal?...
— Sí, sin llamarme de usted.
— Oh, bueno, eh... Entendido, Tonny. Verás, necesito a alguien que me lleve a California y en la página web pone que me puedes llevar.
— ¿Qué página?
— Eh... No sé, una de internet.
— Ah, sí, claro, te puedo llevar. ¿Dónde te recojo?
— Te mando la dirección.
— Como quieras.
— ¡Es usted muy amable!
— ¡Que no me hables de usted! —colgó cabreado.
Luke se sorprendió ante semejante grito.
— Vaya, es de carácter fuerte. Bueno, no creo que sea para tanto.
Eso pensó, hasta que vio el coche. Un coche normal y corriente, común, pero parecía que no iba muy rápido. Aunque lo peor no fue el coche, sino el conductor de él.
Tonny salió del coche y con un cigarro en la boca, sonriente, le estrechó la mano.— Es un gusto conocerle, Tonny...
— ¿Quién es usted, el presidente? —dijo entre risas. Era muy bromista.
— No, soy dueño y editor de una revista para principiantes en el mundo de la economía. Ya veo que usted necesita leerla... —dijo susurrando para que no le escuchara. Y no, no le escuchó.
— ¡Ah! Bueno, gracias por decírmelo, aunque me importa un coño. Suba, ¿quiere? No tengo todo el día, tengo que llevarle para que me pague. Usted necesita el transporte y yo el dinero, así que rapidito.
— Le daré algo más si me promete no fumar en todo el viaje... —respondió con miedo.
Tonny se le acercó, intimidándole, y sonrió:
— Ni por un millón de dólares, chavalote —Sin decir nada más, subió al coche—. Anda, ¡monta, nenaza!
— Ay madre... —rezó antes de subir para que no le pasara nada. Una vez guardar sus cosas en el maletero, se sentó delante.
— Me gusta su chaqueta.
— Oh, gracias, es de
— Era coña —Tras una pausa, se empezó a reír. Luke intentó reírse también para que no le matase, estaba seguro de que ese delincuente era capaz de todo.
Y así, emprendieron el viaje.
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Dos idiotas de casualidad - Tonny×Luke
FanfictionLuke Brandon, un editor de una revista para principiantes en el mundo de la economía, es una persona seria y trabajadora, pero humilde y con gran sentido del humor. Le contactan desde California para hacer una conferencia en una de las salas más ele...