Tras varias horas de viaje sin hacer ni un solo descanso, pararon para comer y para que él viese el partido.
— ¿Pagas tú, colega? No tengo dinero.
— ¿No tienes...?
— He dicho que no. ¿Quieres que te ponga la pistola en tu preciosa cara de nuevo?
— ¡No! N... No... Pago yo.
Tonny sonrió, orgulloso de él mismo al conseguir que pagase su cliente.
— Así me gusta, chavalote. Venga, vamos, ¡me muero de hambre y el partido va a empezar dentro de media hora!
— S... Sí, a las cuatro, me muero de hambre...
— No exageres. Vamos.
Ambos entraron. Luke pensaba que iba a ser un sitio más agradable, pero no fue el caso: era un restaurante con la misma gente que su acompañante de viaje.
— Bebida.
— Ni de coña, yo quiero comer chaval.
— A ver listillo, ¿quién te crees que eres para hablar así?
— Tonny, ¡colega!
Al darse cuenta de quién era, la mujer le dio un fuerte abrazo.
— ¡Tonny! ¡Qué mayor estás!
— Es lo que tiene cumplir años —dijo entre risas—. Pon dos hamburguesas gigantes para mi amigo y para mí —dijo “amigo” con total confianza. Luke estaba flipando.
— La mía no tan grande, si puede ser...
— Venga ya, hombre, ¡si no has comido nada desde las siete de la mañana! Dos gigantes, ni caso a mi colega.
— Marchando dos gigantes para mi amigo y para su colega —sonrió y entró a la cocina.
— Ay, madre... —suspiró Luke, que estaba muy incómodo en ese ambiente. Eran como bestias salvajes que todo les importaba una mierda, algo que a él no le gustó nada— ¿Nos sentamos en la mesa?...
— ¿Qué mesa? En la barra, ¡chaval! Ven, sube aquí —lo agarró de la cintura y lo subió a la silla. A Brandon no le gustó eso, pero sonrió al darse cuenta de que no era tan malo.
— Oh, gracias...
— ¡Aquí están las dos hamburguesas gigantes para mis dos clientes!
— ¡Y dos cervezas!
— ¡Marchando!
La hamburguesa gigante, era todo menos pequeña. Su nombre le venía como anillo al dedo. Luke casi se desmayó al ver semejante monstruosidad, mientras Tonny la miraba con asombro y con ganas de hincarle el diente.
— ¡Que aproveche, colega! —empezó a comer.
— Aquí están las dos cervezas.
— Gracias,
En cuanto dijo eso, todo el restaurante se quedó callado, mirándole. Luke rezó por su vida por segunda vez. Tragó saliva antes de hablar.
— ¿He dicho algo malo?...
— Nosotros no decimos gracias, Luke. No os preocupéis, ¡está aprendiendo! —exclamó entre risas su “querido” acompañante.
Al saber eso, todos siguieron comiendo tras exclamar “¡ah!”. Tonny sonrió a Luke, y él a Tonny.
Al acabar la hamburguesa, no podía con su vida. Se pasaba el rato en el baño mientras él veía el partido.
— Tonny, te juro que me encuentro fatal...
— Si te has comido media, me he tenido que comer yo tu otra mitad más mi hamburguesa, ¡flipado! Venga hombre, deja de quejarte —En el momento que miró la pantalla y al ver que un jugador de su equipo se acercaba a la portería con el balón, gritó con alegría mientras se levantaba ilusionado— Gol, gol, gol, ¡gol! ¡Gol!
Todos empezaron a celebrarlo, mientras Luke volvió al baño. Una vez acabar el partido, volvieron al coche.
— Qué buen rato, qué gente más agradable.
— Sí, lo que tú digas...
— Te has perdido todo el partido, cómo se nota que eres estadounidense y no ves fútbol.
Luke le miró con seriedad en su rostro. Había estado en el baño más de seis veces por su culpa.
— En fin, sois raros. ¡Volvemos a la carretera!
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Dos idiotas de casualidad - Tonny×Luke
Fiksi PenggemarLuke Brandon, un editor de una revista para principiantes en el mundo de la economía, es una persona seria y trabajadora, pero humilde y con gran sentido del humor. Le contactan desde California para hacer una conferencia en una de las salas más ele...